A lo largo de mi vida he dicho muchas veces que si para algo soy buena es para ser amiga. Con el tiempo he descubierto que a veces no soy tan buena en el tema como me gustaría ser. En los últimos años he cometido algunos errores que sigo pensando son imperdonables. Sin embargo, he contado con tan buenos amigos, con relaciones tan sólidas, que hemos superado incluso mis errores.
Así que sigo definiéndome como alguien que es amiga. Y sigo sabiendo que si estoy aquí es porque he tenido cerca amigos maravillosos que creen en mí, que me quieren donde quiera que este y que confían en que nuestra amistad continuará sin importar la distancia. Fueron mis amigos quiénes me salvaron la vida en algún momento y fueron ellos quiénes me enseñaron que la familia se construye. Y cuando yo por fin encontré el camino hacia mi familia sanguínea supieron ser felices conmigo.
La lista de quiénes son realmente mis amigos ha cambiado poco desde que tengo 16. Las relaciones se han cimentado y hemos podido crecer juntos. Algunos han aparecido y le han aportado cosas maravillosas. Otros se han alejado, algunos hoy tan solo son una cara a la que se felicita por el cumpleaños en Facebook... otros ya ni eso.
Pero en realidad han sido pocos los amigos de verdad que he perdido. Claramente ha habido mucha gente que en algún momento ha sido cercana y luego se ha alejado. Vivir en distintos países me ha hecho perder gente con quién la relación no era tan fuerte. Pero siempre quedan esos.... esos que yo realmente consideré mis amigos y que hoy ya no están. Y cuando lo pienso, con esos... realmente no sé qué sucedió.
Hubo esa amiga que cambió, con quién chocamos y con quién jamás pude hablar acerca de los issues que teníamos. Si soy sincera, hoy realmente no la extraño, pero me duele saber que perdí a alguien que era tan importante para mí.
Y están esos que tan importantes fueron para que yo no me enloqueciera en esta ciudad. Cuando lo pienso, sé que nunca hablé de las cosas más importantes, nunca fueron ese espacio. Pero eran muchas otras cosas. Y sin saber por qué, un buen día ya no lo fueron. Y a veces creo que las cosas retomaran el rumbo, pero sé que es whishful thinking. Y con ellos, el no saber por qué duele mucho.
La lista de quiénes son realmente mis amigos ha cambiado poco desde que tengo 16. Las relaciones se han cimentado y hemos podido crecer juntos. Algunos han aparecido y le han aportado cosas maravillosas. Otros se han alejado, algunos hoy tan solo son una cara a la que se felicita por el cumpleaños en Facebook... otros ya ni eso.
Pero en realidad han sido pocos los amigos de verdad que he perdido. Claramente ha habido mucha gente que en algún momento ha sido cercana y luego se ha alejado. Vivir en distintos países me ha hecho perder gente con quién la relación no era tan fuerte. Pero siempre quedan esos.... esos que yo realmente consideré mis amigos y que hoy ya no están. Y cuando lo pienso, con esos... realmente no sé qué sucedió.
Hubo esa amiga que cambió, con quién chocamos y con quién jamás pude hablar acerca de los issues que teníamos. Si soy sincera, hoy realmente no la extraño, pero me duele saber que perdí a alguien que era tan importante para mí.
Y están esos que tan importantes fueron para que yo no me enloqueciera en esta ciudad. Cuando lo pienso, sé que nunca hablé de las cosas más importantes, nunca fueron ese espacio. Pero eran muchas otras cosas. Y sin saber por qué, un buen día ya no lo fueron. Y a veces creo que las cosas retomaran el rumbo, pero sé que es whishful thinking. Y con ellos, el no saber por qué duele mucho.
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