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lunes, 18 de mayo de 2015

La tradicional lista de deseos de cumpleaños

Pues llegaron los 33, un número que me parece que no tiene mucha gracia y en medio de días en que no he estado tan contenta. 

Pero yo creo que cumplir años es chévere y es una oportunidad de pensar y poner las cosas en perspectiva. Y creo que es un buen momento para dejar claro qué es lo que quiero y necesito por estos días. Así que queridos lectores y querido universo, va mi lista de deseos para este año: 
  • Tranquilidad y estabilidad emocional. Esto de andar jugando al yo-yo me tiene ojerosa y cansada
  • Un paseo al nevado de Toluca
  • Salud... claramente se ven los 33, estoy cansada de las partes defectuosas de mi cuerpo
  • Y si ya estamos en estas, varios kilos menos 
  • Muchos good hair days
  • Que Ginebra entienda qué días podemos dormir más y no me despierte llorando por comida que sí tiene y que solo quiere que yo vaya y le muestre
  • Organizar mis finanzas y tener más ahorros
  • Conocer un país nuevo
  • Poder tomar las clases de canto que quiero y que nada que puedo tomar 
  • Encontrar y entrar a un bonito diplomado/curso de Social Media 
  • Abrir mis horizontes profesionales aprendiendo cosas nuevas
  • Que el sueño de llevar al señor Gelatina a Bogotá se haga realidad
  • Una de dos... que las palabras que sueño sean dichas o que yo pueda dejar ir la necesidad de esas palabras y lo único que importe sean las acciones 
  • Gente nueva para conocer
  • Y que los que están se queden... 
  • Tener el valor de dejar mis miedos, superar los dolores de mi pasado y poder simplemente ser feliz 
  • Espacio mental para escribir mucho 
  • Más visitas de la gente que quiero
  • Muchas mañanas en Shakespeare 
  • Y si ya están buscando... alguno de estos vestidos

jueves, 19 de febrero de 2015

La vida que no fue

El fin de semana me fui con el Sr. Gelatina de paseo y nos quedamos en un hotel que era un club de golf. Y no pude evitar pensar en la vida que por un instante pude haber tenido. En otro universo hay una Lina que se casó a los 23 o 24 con el Ex, siguió levantándose temprano los domingos para ir a jugar golf, eventualmente accedió a dominar su pelo y tuvo los hijitos que el Ex soñaba tener. Quiero pensar que ni siquiera en un universo paralelo llegué a ponerme el aretico de perla que él soñaba que yo me pusiera pero no hay manera de saberlo. 

Estoy convencida que si hubiera seguido por ese camino, hoy estaría divorciada porque yo no estoy hecha para la vida que él quería. Pero una vez cada 487 días me pregunto por esa opción. Soy feliz con la vida que tengo, soy feliz en la relación en la que estoy y con la manera en que he hecho mis cosas. Eso lo tengo claro... 

Pero a veces, a veces pienso en las cosas que no pasaron y que probablemente no van a pasar. En esa casa con vista al lago, con un esposo, un perro, sin gato y unos niños. Tal vez es porque durante un breve momento de mi vida yo me convencí de que ese era el futuro que quería aunque por dentro supiera que no era así. Tal vez es porque por un momento confundí su sueño de una familia con la estabilidad emocional (que tampoco me proporcionaba) y a veces recuerdo lo bonito que sonaba ser parte de una familia como la que nunca tuve. 

El caso es que en estos días he estado dividida entre la nostalgia por una vida que no tuve y que no quiero tener y la felicidad de la vida que tengo. Entender que hay cosas que probablemente nunca van a pasar es difícil, incluso si no son las que quiero. Ayer me senté en un consultorio médico y tuve que oír que al parecer mi cuerpo esta de acuerdo con mi cerebro en que no quiero tener hijos y por tanto, 
-por lo menos por ahora- es algo casi imposible de que pase. 

Y sí, en efecto yo no quiero tener hijos. Lo he pensado y reanalizado muchas veces y la conclusión siempre es la misma. No puedo garantizar que en 10 años no me levante un día queriendo reproducirme como tampoco puedo asegurar que no voy a querer ser vegana (querido universo, por favor que no me de por ser vegana) pero digamos que en mis primeros 32 años he sido bastante consistente con el tema. 

Yo elegí no tener la vida de señora casada con niños, perro y mamivan. Yo elegí mi vida de expat que usa dr. martens en la oficina, tiene a Ginebra como única roomate y vive un amor donde nosotros creamos las reglas. 

Entonces no debería ser muy grave que me digan que es muy difícil para mí tener hijos. Pero lo es. Porque una cosa es que yo no quiera y otra que no pueda. 




lunes, 23 de junio de 2014

Mi cruzada por vivir la vida que quiero

Hoy actualicé mi perfil en este blog. Borré que soy soltera desde hace varios años porque la verdad es que desde hace mucho no lo soy. Pero ese no fue el cambio importante, el cambio por el que estoy escribiendo este post, fue incluir la frase: 

"Desde hace meses emprendí una cruzada por vivir la vida que quiero y hasta ahora me ha dado muy buenos resultados". 

Y la verdad es que me siento realmente contenta con mi vida. Escribo estas palabras y una parte de mí se muere del susto de estar adelantándome a las cosas y que el trabajo que he encontrado resulte no ser lo que estoy buscando. Pero la verdad, es que tengo confianza en que hice bien las cosas. En que el punto principal por el cual hoy estoy feliz es que hice un análisis serio sobre qué era lo que necesitaba para estar bien y entonces pude aprovechar las oportunidades que se dieron. 

Durante muchas, muchas, muchas sesiones de terapia, conversaciones con mis amigas, tardes de escritura y caminatas en soledad, evalué todas las variables. Irme de México, quedarme, estar con el Sr Gelatina, dejarlo ir, buscar trabajo en corporativos, buscar trabajo en agencias, vender un riñón y vivir de eso. 

Al final, las cosas se fueron aclarando. Siempre tendré la posibilidad de irme de México pero en este momento de mi vida quiero darme la oportunidad de seguir construyendo algo que me hace bien. La decisión la tomé por mí, porque no quiero volver a quedarme con la duda de qué hubiera pasado si le daba una oportunidad al amor. 

Y una vez decidí quedarme en este país para que mi vida personal fuera una prioridad, fue cuestión de pensar qué era lo que me hacía falta para estar bien y vivir la vida que quiero. Porque el Sr Gelatina muy bonito y todo lo que quieran pero no es suficiente. Entonces entendí que el camino era seguir poniéndome en primer lugar. Y yo lo que necesitaba era tiempo y espacio para hacer más cosas que trabajar. Porque a mí me encanta lo que hago pero también me encanta escribir, ir a mi curso, hacer proyectos, tener el tiempo para estar con la gente que quiero, inventarme cosas para hacer que me asusten y emocionen por partes iguales. 

Así, cuando lo tuve claro, apareció la oportunidad que pronto se convirtió en realidad. Hoy soy feliz de decir que estoy enfrentando un reto nuevo, que estoy aprendiendo de otros temas, conociendo gente y nuevas formas de hacer lo que hago. Pero además, estoy en un lugar al que puedo llegar a pie desde mi casa, en el que tengo la libertad de irme vestida como soy y que me permite tener tiempo para mí. 

Y con el tiempo para mí, puedo vivir la vida que quiero vivir. 

Hace una semana pasó algo que pensé que el Sr Gelatina y yo no podríamos superar, era de las cosas que él se negaba a hacer. Uno de esos "no porque no porque no" que a mí me matan. Pero esta vez no lo acepté. Parte de vivir la vida que quiero vivir incluye estar con una persona que me da ciertas cosas. Y aunque no me imagino mi vida sin él, eso ya no fue razón suficiente para aceptar lo que a mí me parece inaceptable. Así que dejé a un lado el miedo de perderlo, de quedarme sola, de no tener amor en mi vida y entendí que si no se podía, yo no quería ser la persona que aceptaba eso. Y por tanto, no podría estar con él.  

Y se pudo. Y estamos y somos. Y entonces entendí que vale la pena ponerme de primeras porque así el amor que recibo es el que merezco y por el que he luchado por tanto tiempo. Porque el trabajo que tengo es el que me permite aprender, hacer lo que me gusta profesionalmente pero también el que me da el tiempo de estar aquí escribiendo, sabiendo que al terminar este post podré además prepararme algo de cenar, leer un rato, jugar con Ginebra, escribir un poco más y luego ver tele. 

Y cuando me doy cuenta de lo que he ganado, también me doy cuenta que en el improbable caso de que el miedo del que hablé al inicio de este post, se hiciera realidad, no sería tan grave. Porque ya sé que es lo que quiero, ya sé que es lo que necesito y ya sé que cuando lo tengo claro, puedo luchar para que las cosas se den. 

Y entonces, se dan. 



sábado, 26 de enero de 2013

Quejas desde la edad media.

Como dirían estoy que mato y como del muerto. Si fuera uribista diría que estoy cargada de tigre. En pocas palabras estoy absolutamente emputada. Óiganme bien: Em-pu-ta-da. 


Resulta que desde que me mudé a este edificio le llevo subsidiando a todos sus inquilinos el gas. Todos viven en apartamentos grandes, con secadoras, viven de a dos personas, cocinan y gastan gas como felices suicidas. Yo en cambio vivo sola, no tengo secadora, no cocino y para lo único que uso el gas es para calentar el agua con la que me baño. Y por eso pago cantidades estúpidas de dinero. Entonces me cansé, hablé con los dueños del departamento y logré que me aceptaran la propuesta de comprar un tanque independiente donde lo que yo pague sea lo que yo me gaste. Ya veré si quiero hacer fiestas de gas con Ginebra. Será mi problema y no me peleará la del tercer piso que porque estoy gastando mucho. 

Así que esta mañana debían llegar los del tanque. Pero amanecí sin luz. Y esto ha significado un desgaste que no termina. Para empezar porque tenía que estar pendiente de la puerta porque sin luz no hay timbre. Tampoco pude hablar con mi mamá porque el teléfono es inalámbrico y así tuviera uno viejo, yo llamo a través de internet. Y sin luz no hay modem y sin modem, no hay llamada  a la mamá. Fin del contacto familiar por este día.  

Para empeorar las cosas tampoco tengo agua porque la bomba es eléctrica. Y sin luz, no hay bomba y sin bomba... no hay agua. Para ese momento tampoco tenía gas porque ya estaba que se acababa y no íbamos a pedir más si íbamos a cambiar el tanque. Finalmente llegaron los encargados lo instalaron y resultó que los que traen el tanque no lo llenan. Se limitan a llamar a otros que se dedican a esos menesteres. 

Esos prometieron que antes de las 4 lo traían. Así que de nuevo a pasar el día junto con mis vecinos (que también decidieron vivir en repúblicas independientes de gas) pegados a la ventana de ellos (yo no tengo ventanas que den a la calle... de hecho no tengo ventanas por lo que escribo en total oscuridad) esperando primero que llegaran los del tanque y luego los del gas. 

Pero para lograr que los del gas llegaran tuvimos que hacer unas 5 o 6 llamadas porque cada vez nos decían algo distinto. Que se dañó el camión, que es que no les habían dicho, que es que, quesque. Y al quejarme de eso necesito desahogar toda mi IRA (porque yo ya no tengo furia, yo tengo IRA. En mayúsculas y todo) contra los tarados e ineficientes de la Comisión Federal de Electricidad, CFE. 

A ellos yo los llamé a las 930 am a decirles que no había luz. Y ahí me aseguraron que entre 1 y 4 horas venían. Como ya sabemos como son las cosas, a las 12 mi vecina volvió a llamar y le dijeron que no había ningún reporte. (Seguro aluciné la primera llamada aunque tengo el reporte de la misma). Así que volvimos a poner otro reporte. A las 2 seguían sin llegar y un idiota de atención al cliente me dijo que los fines de semana el plazo de 1 a 4 horas no era cierto porque es fin de semana. Y con lo que me gusta a mi que me digan mentiras. Pero que ya volvía a enviar el reporte para que vinieran. 

A las 4 (aún sin gas) descubrimos que detrás de mi calle estaban los genios de la CFE, quiénes procedieron a informarnos que ellos llegaron a las 10 de la mañana por una revisión programada. Es decir NO por mi reporte. De hecho ni sabían del reporte. Lo que sí sabían era que el daño era grave. Muy grave. En realidad eran 3 daños. Uno en el transformador, otro en una línea y otro en yo no sé qué. Y que ellos ya estaban terminando el turno y que se iban a ir. Que le tocaba ahora a otra cuadrilla. Cuadrilla a la que no le informarían lo que ellos ya sabían porque eso pa'qué. 

Volvimos a llamar, volvimos a pelear y volvimos a oír versiones encontradas. Más tarde nos encontramos con los de la otra cuadrilla que nos aseguraron que el único problema era el transformador y cuando les contamos que unos vecinos habían visto a las 6 am como un poste del otro lado de la calle botaba chispas, hicieron cara de total sorpresa. 

Yo para ese punto ya estaba absolutamente emputada, desgastada y frustrada. Habían sido mínimo 10 llamadas entre mis vecinos y yo, y cada vez nos dijeron algo distinto. Así que un buen samaritano me prestó su ducha y yo me largué a esos lugares tan absolutamente modernos que tienen agua, agua caliente, luz y hasta internet. Lo que es la modernidad, ala. 

De ahí me fui a cine y regresé a las 11 de la noche para descubrir que las dos calles con el problema ya tenían luz, incluyendo mi cuadra. Excepto por 3 putos edificios que seguimos a oscuras. Sin siquiera intentar calmarme antes de llamar, volví a hablar con los de la CFE quiénes primero me aseguraron que el problema estaba resuelto (seguro es que yo de loca no quiero prender la luz en mi casa y de paso se las apago a todos mis vecinos) y luego de mucho rogar y explicar y pelear, me dijeron que mi reporte señalaba que el problema estaba resuelto PERO que había otro reporte en mi mismo domicilio que indicaba que tanto a las 4 pm como a las 10 de la noche habían intentado resolverlo y que la calle estaba bloqueada y que por eso no lo habían arreglado. Así que aparentemente los 3 edificios somos el gato de Schödinger donde tenemos y no tenemos luz. "Como si hay una contradicción, voy a levantar un nuevo reporte para que entre 1 y 4 horas vayan a su domicilio a revisar el problema, señorita Obregón". Esa fue la respuesta. Pues si, idiota, claro que hay una contradicción y yo ya llevo 20 horas sin luz así que manden a alguien pero YA. 

Siguiendo los consejos de Twitter media hora después volví a llamar y la genio en turno que me atendió me informó que el problema no era que la calle estuviera bloqueada, que no había ningún reporte que dijera eso ni que dijera que mi problema estaba resuelto (otra locura mía seguramente), que el tema era que una línea estaba dañada y que en algún momento de la vida (seguro entre ahorita y el fin del mundo) vendrían a arreglarla. 

Así cumplo 20 horas sin luz, sin agua, sin teléfono y con la señal de internet robada del hotel del lado que tiene planta de energía. Mi teléfono lo cargo por ratitos y desde las 3 de la tarde, no supera el 35% de batería. En esta laptop me quedan 51 minutos de carga. Y algo me dice que mañana cuando me levante seguiré en esta especie de medioevo forzado en el que me tocó vivir. Y tendré que recordar por qué carajos, si vivo como en la edad media, yo no puedo ir a donde algún señor feudal a exigirle que acribille a los idiotas que se encargan de la luz y por ende del agua, del internet y del teléfono.

Al menos ya tengo gas. Así no me sirva de nada.  



martes, 8 de enero de 2013

¿Adulta?

El domingo en el vuelo de regreso al DF me vi Liberal Arts y tiene una gran cita:

"Nobody feels like an adult. That’s the world’s dirty secret" 

¿Será cierto?

Cuando lo pienso la verdad es que no me siento muy adulta que digamos. 

He conocido gente que realmente parece encajar perfecto en su rol de adulto. Incluso antes de que lo sean. Tuve una amiga que cuando teníamos como 22 años decidió empezar a hablar de cómo "ya no estamos en edad de emborracharnos y hacer boberías". Me acuerdo de pensar que yo si me sentía en edad de hacerlo. 

Y la cosa es que hoy a mis 30 años, hay días en que quiero emborracharme y hacer tonterías. De hecho hay días donde lo hago. Y no sé si eso signifique que soy inmadura como creía esa amiga o que simplemente ella era la inmadura. 

Veo mi Facebook lleno de niñas de mi colegio, niñas de mi edad, casadas y con hijos. Adultas todas ellas. Más allá de mis eternas dudas sobre la posibilidad de reproducirme, yo no me siento ni remotamente cerca de la estabilidad necesaria para tener un hijo. ¿Eso significa que aún no soy adulta?

Si me encontrara con mi yo de 8 años, ella probablemente pensaría que soy muy adulta. Vivo sola, soy responsable de una gata (y de una planta, pero dado que a esa la estoy matando lentamente no vamos a ahondar en el tema), pago mis cuentas, me mantengo con mi sueldo, el cual me gano yendo todos los días a trabajar y hoy hasta ando de tacones. 

Pero a veces siento como si estuviera jugando a la casita y a la oficina. Cuando estuve en Colombia me encontré con mi anuario de colegio y al leerme me di cuenta que aún siento que me queda mucha vida para hacer muchas cosas, para lograr muchos sueños y vivir muchas cosas. Tal vez por eso no me siento tan adulta. Una parte de mí todavía se siente chiquita, siente que falta mucho para el momento en que haya que tomar decisiones más serias, como definir lo de los hijos o comprar un apartamento y así decidir que cierto lugar del mundo es donde quiero estar por muchos años... cosas de grande. 

Y tal vez es cierto que nadie más se siente realmente adulto. O tal vez soy yo que me niego a ver la realidad. 








domingo, 23 de diciembre de 2012

Xmas wishlist

Pues muy 23 de diciembre y probablemente muy tarde para hacer la lista de mis regalos navideños... pero aquí va lo que quisiera, porque lentamente he aprendido que cuando uno tiene claro qué es lo que quiere, es más fácil obtenerlo. 


  • Retos... muchos retos. Porque son la única forma en que aprendo y que crezco. 
  • Mejor calidad de vida. Puede venir en la forma de la teletransportación, el cambio de política educativa en el DF para que los niños dejen de ir a la escuela (y generen tráfico) o un cambio geográfico de mi oficina... como quieran, para que vean que no soy picky. 
  • iPhone nuevo porque el mío ya da ganas de llorar. 
  • Constancia para ir al gimnasio... si hay alguna pildorita que yo me pueda tomar para que me den ganas de levantarme a las 630 am a hacer ejercicio yo sería mucho más feliz. 
  • Boletos gratis a Colombia... porque estando aquí si que me doy cuenta de la falta que me hace venir y lo bien que me hace (y eso que de las 72 horas que llevo, 24 estuve intoxicada)
  • Tiempo y dinero para visitar a mis amigos que viven lejos. 
  • Un tanque de gas independiente para mí, porque ya no se vale que siga financiando a todo el edificio. 
  • Que lo que empezó siendo un virus de 24 horas, sea algo más permanente. 
  • Menos tiempo para pensar tonterías y mucho más para hacer las cosas que me gustan y me hacen bien. 
  • La capacidad para entender qué quiere Ginebra cuando decide empezar a joder a las 3 de la mañana. O mejor aún, que Ginebra no vuelva a joder a las 3 de la mañana. 

lunes, 6 de agosto de 2012

Tres cosas felices

Hace un mes y 4 días estaba perdiendo el tiempo en Facebook cuando me encontré, en el perfil de Solterica, un link a un artículo donde una vieja hablaba de un experimento donde por una semana (que mi cerebro leyó un mes... pero en otra entrada exploraré mi continúa falta de atención hacia ciertas cosas) uno debía escribir three good things (que efectivamente como dice el artículo suena menos tonto en inglés que en español) que le hayan pasado a uno en el día. 

La idea del experimento es: "crear un patrón cognitivo en nuestro cerebro, que se mantiene durante un periodo de tiempo, aún cuando estamos realizando otras actividades. En el libro “The Happiness Advantage”, Shawn Achor propone que, mediante la práctica repetida de un ejercicio, nos aprovechemos de este efecto y condicionemos a nuestro cerebro para focalizarse de manera inconsciente en lo positivo. Esto no modificará nuestra realidad, pero sí la manera en que la percibimos"

Y yo decidí que podía ser una buena idea. Finalmente ya sabemos que a mí se me da súper bien eso del pesimismo. Para mí es súper fácil pensar en las cosas malas. Pero a veces se convierte en todo un reto pensar en las buenas.

Así que desde hace un mes y cuatro días, todas las noches, alrededor de las nueve, en mi celular suena la alarma para recordarme que debo anotar Tres cosas felices (que me sonó un poco mejor que las tres cosas buenas).

Debo decir que no he llegado al punto de la autora donde "me encuentro a mí misma pensando “no puedo creer que haya cogido este autobús a tiempo"“es increíble que haya dejado de llover justo cuando salíamos”, “hemos dado con el sitio perfecto para comer”.

Pero ha habido un cambio importante... y es que cada noche, sin importar si ha sido un día muy bueno o uno de mierda... encuentro que al menos 3 cosas buenas me pasaron. Ha habido días donde es muy difícil pensar en esas tres cosas buenas, días como hoy que fueron una porquería y donde la lista de cosas malas sería larguísima. Pero siempre logro encontrar tres cosas buenas. 

Y al ver este mes de anotaciones, encuentro cosas que ya sé. 

Así, por ejemplo, es clarísimo lo que tanto le molestaba a Mr. M y es que para mí las personas son súper importantes. Las conversaciones en el trayecto de regreso con Adriof, los mails de Pollo, los chateos con Adri y mis amigas de Colombia, los encuentros con Mariana.... todos son motivos de alegría. 

Pero en igual medida mis espacios propios lo son... las idas a comer by myself donde me reconecto y respiro, las horas de lectura, las idas al gimnasio, los momentos dedicados a escribir... todos esos momentos han sido increíblemente importantes.  

Y también se evidencia que Ginebra llegó a mi vida para hacerme feliz. Los arrunches y siestas con ella entran en la lista con bastante frecuencia. De igual forma queda claro que a mí me encanta el cine. Sin importar si son películas trascendentales o el espacio para escaparme de la realidad cuando la oficina me está enloqueciendo... todas son motivo de inclusión en la lista diaria. 


El experimento también me permitió ver cosas que no me esperaba, cómo que la comida juega un papel importante para mí... y que disfruto de esos momentos cuando me como una toronja particularmente rica o me sorprendo al descubrir que el sánduche que yo creía iba a estar espantoso, en realidad estaba delicioso. 

No sé si me estoy condicionando a "focalizarme en lo positivo", estoy segura de que no me estoy convirtiendo en un teletubbie que cree que todo es maravilloso. Pero estoy aprendiendo que incluso en los días más malos... hay algo bueno. Y esa es una gran lección. 

Así que aquí dejo mi lista de hoy: 

1. Chismosear con Adri en el trayecto a la oficina 
2. Té de rosas mientras escribo
3. The Fratellis para quitarme el mal genio


jueves, 26 de abril de 2012

Birthday wishlist Año 2...

Brutas. Se llegaron los 30. Por meses tuve pánico de vivir mi cumpleaños en la ciudad, planeé una ruta de escape la cual por cosas de la vida no se dio, pero abrió otra oportunidad para unas buenas vacaciones. Ahora me siento un poco más tranquila y lista para tener mi cumpleaños aquí. Espero las cosas salgan bien y yo no termine llorando en el baño atacada por mi pasado. 

Hace un año hice mi birthday wishlist y debo decir con orgullo que casi todo lo que dependía de mí, he logrado. Así, tengo laptop nueva, una hermosa gata, he avanzado en Las dos hermanas, más vestidos, más espacio en el closet gracias a la casa nueva y si todo sale bien, la próxima semana compro boleto para en septiembre irme a ver a Pollo a Toronto. La cámara buena sigue en espera pero he descubierto que soy muy feliz con la que tengo en el iPhone. La parte de la motivación para levantarme temprano todos los días.... pues... digamos que nunca seré feliz cuando suena el despertador y yo sigo con sueño, pero hoy en día me gusta mucho mi trabajo y son raros los días en que realmente no quiero levantarme. La parte del bonito novio con quién tener una relación sana... no me quiero adelantar, pero creo que voy en muy buen camino. Y eso, es un gran paso. 

Ahora... viene la lista de este año, queda un poquito de un mes para que el que quiera vaya comprando: 

  • Más ahorros en mi cuenta bancaria. Es hora de ponerme seria con el tema. 
  • Más dedicación para avanzar en Las dos hermanas. 
  • Más tiempo libre, bien utilizando en hacer las cosas que me hacen bien. 
  • Más amigos. 
  • Proyectos paralelos que me permitan aprender de otras cosas. 
  • La buena cámara que el año pasado quería. 
  • La colección de reportajes de García Márquez. 
  • Unos buenos pantalones negros. 
  • Mantenerme en el peso en el que estoy. 
  • Y por contradictorio que suene, un cheescake enoooorme. 
  • Un paseo rico de fin de semana a algún lugar que no conozco. 
  • Sillas para la nueva casa. 
  • Mesa para la terraza. 
  • La paz mental propia, disposición del otro lado y espacio para que las cosas continúen fluyendo bien con Mr. M... y en dado caso que no, la tranquilidad de que estar bien es algo que depende de mí.
  • Un vestido rojo. 
  • Terminar de dejar ir the road I never travelled.

viernes, 16 de marzo de 2012

Overwhelmed

Me acuesto en mi cama. Cierro los ojos y siento el cansancio del día. Pero en vez de dormirme empiezo: Hay que buscar un quote para el comunicado, tengo que revisar el reporte, mandar el mail para los del video, hacer seguimiento del documento que mandamos ayer, pasar las fotos a la compu para dárselas al cliente, etc, etc, etc, ETC. Entonces trato de pensar en otra cosa, distraerme para poder por fin dormirme. Y entonces mi cerebro se va a la nueva casa: dónde voy a poner la arenera de Ginebra? cabrá la tele al frente de la cama? se verá rara? hará mucho calor en el cuarto? el espacio donde esta la lavadora tendrá techo? tengo que comprar cubiertos y la cosa donde se ponen los platos y un trapero, necesitaré trapero si no hay baldosin más que en el baño?

Así se me van mis noches. Sin dormir, haciendo listas de pendientes y preguntándome cosas que no puedo saber. Y la principal razón por la cual no puedo saber la respuesta a esa pregunta es que son las 3 de la mañana! Y como son las 3 de la mañana, o las 5 -el otro día hasta oí a los malditos pajaritos- tampoco tiene sentido pensar en el comunicado del día siguiente.

Lo extraño es que no estoy mal. Usualmente en mi vida, cuando no puedo dormir es porque no estoy bien. Pereo estoy contenta. Muy contenta. Dichosa con la nueva casa. Feliz de tener nuevos retos y nuevas responsabilidades. Pero ha sido a bit too much. Todo al mismo tiempo, como ayer le dije al Ex. Pero como bien me respondió, así es la vida. Toda al mismo tiempo y sin chance para que uno pare a respirar. Los cambios se dan de forma atropellada y salvaje.

Sé que es cuestión de adaptarme y acostumbrarme a las cosas nuevas. Que todo estará mejor cuando por fin me cambie de casa y pueda responder las preguntas que me hago, que al final del día, son solo la ansiedad producto de la emoción de dar ese paso.

In any given day, I would have shot you in the face, but I'm in a transitional phase here.
Samuel Jackson en Pulp Fiction, via Pollo.

La verdad es que la idea de mi propio espacio cada vez me emociona más. A veces me pregunto por qué lo dudé tanto si en realidad es algo tan bueno para mí. Desde que mi abuelo se enfermó y mi casa la vendieron, me he sentido un tanto homeless. En estos años además, siempre he vivido en la casa de alguien más, lo cual no ayuda al sentimiento. Así que es momento de construir ese espacio para mí, sin importar por cuanto tiempo sea. Necesito hacerlo.

A chair is still a chair
Even when there's no one sitting there.
But a chair is not a house
And a house is not a home




viernes, 2 de marzo de 2012

"Las ataduras están en tu cabeza"

Llevo varios días sin dormir bien. Una vez tomé la decisión de mudarme empecé contenta a buscar casa. Encontré una maravillosa, que se adaptaba perfecto a mis necesidades, me recibían con Ginebra, era amplia y muy muy bonita. Y me dijeron que no.

De ahí, todo ha sido en caída libre.

Ver letreros engañosos, ir a departamentos diminutos (y caros), oír una y otra vez que no quieren vivir con un gato (algún día escribiré en contra de la gente que no quiere a los gatos pero hoy no es el día), ver sitios que podrían ser pero que al final no salen, hacerme a la idea de irme de la Condesa y ni por esas encontrar algo que me guste.

Parte del conflicto es que no quiero un sitio para mí sola aunque es lo que más sentido hace y lo que realmente me dan ganas. Cuando pienso en vivir sola, entro en el dilema de no querer comprar las cosas necesarias para una casa y querer disfrutar de mi independencia y no tener a nadie jodiendome la vida. La idea de la casa sola implica gastos y comprar cosas que me hacen sentir que me amarro.

Y no es que no este contenta. Pero la idea de amarrarme me cuesta mucho. Anoche encontré un sitio que suena muy bien pero que es un apto vacío. Habría que comprar nevera, algo de cocina, contratar internet, etc. Y yo siento que me amarro. Y no me gusta. Me genera repelus.

Entonces esta mañana hablé con la bonita Gabidearest quién luego de oirme mi confusión mental, mi no me quiero amarrar pero quiero vivir sola, pero pero pero, en una sola frase me tranquilizó:

"Las ataduras están en tu cabeza"

Y si. Las ataduras están en mi cabeza. Las cosas se venden el día que tengan que venderse, los contratos se traspasan o se cancelan. Comprar un par de cosas no significa que los planes cambien o que yo renuncie a mis sueños como señaló el Sol. Al final como dice mi mamá:

Es invertir en mi felicidad.


Y en esa es en la que tanto he estado trabajando.

sábado, 9 de julio de 2011

Decisiones

Hoy regresé al acupunturista. La llegada de Ginebra ha traido de nuevo mis alergias y me paso los días estornudando, sonándome y con los ojos hinchados. Y yo ya estoy harta de tener mis ojos hinchados. Dos meses de llorar intensamente son suficientes como para ahora ejercitar mis párpados a causa de la gata.

Y en cuanto la sesión empezó, el acupunturista con unas pocas palabras logró que yo hablara de mi dolor, del proceso que estoy realizando y de la rabia que siento. Él se limitó a oírme y luego a felicitarme... Según él, es maravilloso que yo por fin haya dejado que alguien rompiera todas las barreras que pongo, que yo me atraviera a saltar al vacío y arriesgarme a amar. Luego me dijo que soy intolerante al amor, que probablemente por eso soy alérgica a Ginebra, quiero su cariño, pero lo rechazo. Yo no sé si realmente lo que me dijo es cierto, quiero pensar que no. Pero lo que es cierto, esque efectivamente me cuesta mucho abrirme a las personas, dejarlas acercarse a lo que soy realmente y Open-Boy derrumbó todas las barreras que yo tenía, pasé de no atreverme a sostener su mirada por miedo a que me viera de verdad, a ser amada por lo que soy.

Luego el acupunturista señaló la importancia de hacer bien este proceso, de aceptar lo que pasó como un evento que puede cambiar mi vida, lo que soy y cómo vivo. No es suficiente con estar haciendo bien las cosas, escribiendo, yendo al gimnasio, trabajando, going thorough the motions como ya he dicho... es necesario abrirme al aprendizaje que el amor que sentí por Open-boy generó en mi vida. Encontrarlo, amarlo y perderlo, tienen que servirme para crecer, aprender y vivir mi vida de una mejor manera. Hasta ahora, gran parte de mi rabia es producto del sentir que él no esta cumpliendo con su parte del trato, que él no esta siendo feliz.... pero no se me había ocurrido pensar en qué estoy sacando yo de lo que viví. Todo lo pensé en términos de él: quién sería yo en su historia? la niña que le hizo ver lo importante que es ser feliz, etc. Cómo quedaría yo tranquila? dejándolo ir para que tenga lo que él considera es su felicidad... y yo? qué voy aprender yo de esta historia?

Con todo esto en mi cabeza, llegué a despedir a mis tías. Volví a sentirme querida y parte de mi familia. Las abrace y agradecí su visita. Y entonces, mi tía, la que vive aquí, me habló de lo maravilloso que ha sido iniciar un proceso de terapia con una psicóloga maravillosa que para mayor alegría es de formación sistémica. Le pedí el teléfono y el lunes llamaré a pedir cita. Ya no quiero simplemente estar mejor, quiero salir de esto habiendo aprendido, crecido y madurado, para así ser realmente feliz. Si su parte del trato alguna vez fue ser feliz... yo debo hacer lo mismo. Buscar y ejercer mi propia felicidad.



martes, 28 de junio de 2011

Ginebra para el alma

Tengo gata nueva. Y adoptarla, creo que ha sido la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo. Anoche dormí abrazada a ella y hoy amanecí sintiéndome bien.

Han sido buenos días en los que he empezado a ver las cosas desde otra perspectiva y he empezado a creer que como todo el mundo dice, this too shall pass y habrá cosas buenas esperándome al otro lado de este largo y oscuro tunel. De repente, me he encontrado pensando en otras cosas, otras personas y otras posibilidades... y así no sepa que pasará en el futuro, el pensar con ilusión en éste, es la señal de que las cosas están mejorando.

Y voy a dejar que el cariño animal, me ayude a sanar, a curar tantas heridas, que rompa el silencio y la ausencia que tanto daño le hacen a mi alma. ¡Bienvenida Ginebra!