Mostrando entradas con la etiqueta derrotada. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta derrotada. Mostrar todas las entradas

martes, 29 de mayo de 2012

Un año

Pocas veces en la vida he tenido la oportunidad de ver tan claro cómo todo puede cambiar en muy poco tiempo. Hoy amanecí pensando en lo mal que estaba hace un año. Recuerdo esos días de levantarme con la almohada mojada de las lágrimas para pasar el resto del tiempo sintiendo un hueco que no se acababa. Vivir la vida en automático con un dolor tan profundo que pronto dejé de intentar fingir que estaba bien y me di permiso de sentir por completo la tristeza. 

Y ahí fue que todo cambió. Solo cuando sentí que me había roto, tuve el valor de pedir ayuda, de buscar la manera de reconstruirme. Solo entonces pude atreverme a ver por qué me había dado por vencida, por qué había llegado al punto de convencerme de la imposibilidad de tener amor en mi vida y por qué necesité algo tan profundo, tan fuerte, tan radical, dramático y efusivo para reaccionar. 

Y es que estoy convencida de que yo estaba tan bloqueada, que solo algo de la magnitud de Open-Boy tuvo la capacidad de romper mis paradigmas. Fue necesario un amor imposible que se convirtió, por un segundo, en posible. Nada menos que un terremoto me hubiera servido. 

Tras meses de intensa terapia hoy ya no necesito terremotos, lo cual no significa que no requiera de personas increíblemente especiales, complejas y particulares en mi vida.

Hoy cuando tantas cosas han cambiado, cuando me levanto contenta, recibo llamadas de personas que me acompañan y hacen feliz, cuando me gusta mi trabajo y cuando ante todo, por fin me siento cómoda con lo que soy... agradezco el terremoto-harakiri-amoroso en el que me metí. 

A veces me pregunto si del otro lado, la tristeza del mes de mayo habrá tenido un efecto igual de poderoso... intuyo que no, pero quiero creer que sí. Y aunque mi bienestar se debe al trabajo que he realizado, sé que el detonante fue él... 

Y yo soy yo... la que quiere que el impacto positivo haya sido mutuo. Así entonces siento que todo tuvo sentido.



lunes, 16 de abril de 2012

¿Y ahora?

¿Y entonces cuál es el plan ahora?

Esa parece ser la gran pregunta de los que me conocen. Empecé el año con metas claras y un proyecto personal definido con plazos específicos. Y de repente, la vida cambió y ya no se trató de lo que yo quería, sino de lo que yo necesito.

Y lo que necesito es estabilidad. Tener un lugar donde sentirme en casa. Tras años de muertes, ausencias, derrotas y aquel harakiri-emocional, es momento de respirar y disfrutar de la calma. De darme espacio para estar bien y terminar de descubrir quién soy después de tanta cosa.

Pero con la decisión de aceptar que lo que necesito es distinto de lo que quiero y de entonces hacer lo que es mejor para mí, viene la pregunta de ¿y ahora? A veces me parece que desde que estoy en el colegio he pensado la vida en términos del siguiente proyecto, del siguiente viaje: graduarme, terminar la universidad, irme de Colombia, hacer la especialización, ahorrar lo suficiente para irme a Europa, encontrar maestria, ahorrar para viajar en México, irme el verano a Washington, conseguir trabajo para no volver a Colombia, implementar el proyecto personal...

Y ahora... ahora todo esta bien pero no sé cuál es el siguiente paso. Como siempre me cuesta trabajo pensar en el futuro y saber dónde estaré ni haciendo qué en los próximos años. Sé que hay gente que vive así y vive bien. Pero a mí me gusta tener un viaje en mente, un proyecto que me anime en los días de aburrición y rutina. Y ahorita... ahorita simplemente no sé. Así que seguiré dejando que las cosas fluyan y tal vez uno de estos días encuentre el siguiente muro que quiero escalar.



jueves, 9 de junio de 2011

Y entonces el dolor regresa

Te levantas y descubres que ese dolor que te perfora, te desgasta, te parte en mil pedazos ha regresado. Justo dos semanas después, estás en el mismo lugar, donde respirar implica un esfuerzo enorme y cualquier palabra, sonido o incluso silencio, genera más lágrimas. Haces las cosas de siempre, pedaleas la bicicleta, te sirves agua, prendes la computadora y trabajas, pero todo en automático, sin verle sentido. Porque lo único que puedes hacer ahora es sentir el dolor. Ese dolor que te atraviesa y que aunque racionalmente sabes que se mermará, por ahora esta más vivo que nunca.

"I'm coming to terms with an understanding that it's going to sit there forever, a piece of me now."

Para este momento ya te sabes su carta de memoria. Agradeces que te haya tumbado, en un solo movimiento, todas tus inseguridades producto de su silencio. Relees la frase "I see you everywhere, and I never know when a piece of you is waiting around a corner for me. And I'm glad. It hurts like hell, but I wouldn't trade it for anything" y sabes que para ti es exáctamente igual, que cada día que pasa, lo encuentras en todas partes, incluso en los lugares donde nunca estuvo. Al mismo tiempo, te emociona y parte el corazón saber que tu ausencia/presencia es tan fuerte en su vida.

Quieres tener rabia. Recuerdas a tu amiga que hablaba de cómo la tristeza hace que todo se detenga y la furia te impulsa y te mueve hacia adelante. Pero no puedes. Por más que lo intentes, no te puedes molestar con él. Sabes que él esta haciendo lo que cree que es correcto. Pero no lo entiendes del todo, finalmente él dice cosas como "And I miss you desperately, every day" y tu sabes que el sentimiento es mutuo. Y entonces quieres que el mundo sea diferentes y que él se atreva a ser feliz contigo y deje el resto del mundo en otro lugar. Quieres que la vida sea justa por una vez y ustedes tengan el chance de explorar ese amor tan intenso, esa conexión tan profundo y esa felicidad tan real que solo sucede cuando están juntos.

Sabes que no sientes rabia porque en el fondo tu corazón esta derrotado. Que hace rato, desde antes de que él apareciera, te diste por vencida y que aunque la vida te demostró por un breve instante que alguien podía amarte, también te mostró que ese amor no podía ser y que por tanto, todo sigue igual, tu sigues sola, con tus verdaderos amigos a kilómetros de distancia y con la certeza en tu cabeza y corazón, sabes que la vida seguirá como ha sido desde hace tiempo. Solitaria.