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viernes, 3 de junio de 2016

Déjalo ir...

Mi memoria es una cosa rara. Me cuesta mucho aprenderme nombres pero sé exactamente qué tenía puesto en mi primer date (jeans, camiseta blanca, saco azul y un collar con un dije azul noventerísimo), el día que salí por primera vez con el Ex (saco gris que picaba y que compré en Naf Naf y jeans) y la noche que me di los primeros besos con Open-Boy (vestidito azul que luego boté porque no fui capaz de volverlo a usar porque me daba tristeza). Y no solo me acuerdo de cosas  que pasaron en momentos importantes, también sé que las primeras películas que renté cuando Blockbuster llegó a Colombia fueron Mujercitas y Belle Époque. 

Hay cosas que por algún motivo se quedan grabadas en mi mente y no hay forma de dejarlas ir. Y realmente no me parece grave que mi cerebro este lleno de datos inútiles como que mi cuaderno de sociales en décimo era de los Auténticos Decadentes no porque me gustara la banda sino porque me pareció que era una buena definición del tema. Lo que me parece grave es que hay sensaciones, sentimientos, momentos y dolores que no puedo olvidar, que simplemente no puedo dejar ir. 

Y entonces los recuerdos se convierten en el arma para no dejar ir las cosas. Están ahí, permanentemente, mostrándome la ausencia como una constante. En este momento no se trata solo de ese amigo que ya no es y que tanto me pesa, se trata también de un rechazo que viví hace poco y que simplemente no sé cómo superarlo. 

Dentro de las cosas que me joden a mi la vida es la sensación de rechazo. Cuando supe que esto había pasado pero no pude saber los motivos, entré en un conflicto horrible. He analizado una y otra vez todo lo que pasó buscando las señales de por qué ya no quieren que yo esté. Y sé que probablemente nunca lo vaya a entender y que, al igual que con ese ex amigo, nada vaya a cambiar si de repente encuentro las razones verdaderas de lo que pasó... pero el no saber me mata. 

Al final lo que he aprendido es que como en todo el tiempo ayuda a que la incertidumbre no pese... Y llegara el día en que solo me queden los recuerdos sin un sentimiento amarrado a ellos. 


jueves, 19 de febrero de 2015

La vida que no fue

El fin de semana me fui con el Sr. Gelatina de paseo y nos quedamos en un hotel que era un club de golf. Y no pude evitar pensar en la vida que por un instante pude haber tenido. En otro universo hay una Lina que se casó a los 23 o 24 con el Ex, siguió levantándose temprano los domingos para ir a jugar golf, eventualmente accedió a dominar su pelo y tuvo los hijitos que el Ex soñaba tener. Quiero pensar que ni siquiera en un universo paralelo llegué a ponerme el aretico de perla que él soñaba que yo me pusiera pero no hay manera de saberlo. 

Estoy convencida que si hubiera seguido por ese camino, hoy estaría divorciada porque yo no estoy hecha para la vida que él quería. Pero una vez cada 487 días me pregunto por esa opción. Soy feliz con la vida que tengo, soy feliz en la relación en la que estoy y con la manera en que he hecho mis cosas. Eso lo tengo claro... 

Pero a veces, a veces pienso en las cosas que no pasaron y que probablemente no van a pasar. En esa casa con vista al lago, con un esposo, un perro, sin gato y unos niños. Tal vez es porque durante un breve momento de mi vida yo me convencí de que ese era el futuro que quería aunque por dentro supiera que no era así. Tal vez es porque por un momento confundí su sueño de una familia con la estabilidad emocional (que tampoco me proporcionaba) y a veces recuerdo lo bonito que sonaba ser parte de una familia como la que nunca tuve. 

El caso es que en estos días he estado dividida entre la nostalgia por una vida que no tuve y que no quiero tener y la felicidad de la vida que tengo. Entender que hay cosas que probablemente nunca van a pasar es difícil, incluso si no son las que quiero. Ayer me senté en un consultorio médico y tuve que oír que al parecer mi cuerpo esta de acuerdo con mi cerebro en que no quiero tener hijos y por tanto, 
-por lo menos por ahora- es algo casi imposible de que pase. 

Y sí, en efecto yo no quiero tener hijos. Lo he pensado y reanalizado muchas veces y la conclusión siempre es la misma. No puedo garantizar que en 10 años no me levante un día queriendo reproducirme como tampoco puedo asegurar que no voy a querer ser vegana (querido universo, por favor que no me de por ser vegana) pero digamos que en mis primeros 32 años he sido bastante consistente con el tema. 

Yo elegí no tener la vida de señora casada con niños, perro y mamivan. Yo elegí mi vida de expat que usa dr. martens en la oficina, tiene a Ginebra como única roomate y vive un amor donde nosotros creamos las reglas. 

Entonces no debería ser muy grave que me digan que es muy difícil para mí tener hijos. Pero lo es. Porque una cosa es que yo no quiera y otra que no pueda. 




lunes, 5 de mayo de 2014

Y entonces te das cuenta...

Sin que supiera muy bien a qué horas, se decidió que me iría a Los Ángeles a un curso. Viaje exprés de 2 días, uno de vacaciones para conocer la ciudad. Suena normal y a algo que pasa muy seguido en mi vida, pero esta vez era algo más. Era ir a Los Ángeles. 

Su ciudad. 

Y ya sé que es de las ciudades más grandes del mundo, donde es imposible encontrarse con alguien sin planearlo y que era ilógico pasar las noches desvelándome por qué pasaría si lo viera. Pero fue justo después de la muerte de GGM que tanto me hizo pensarlo y volvemos a que al universo le gusta reírse haciendo que me pase lo imposible. Si viviendo en otro país, trabajando en una industria no relacionada con la suya y en una empresa sin vínculos con Colombia, terminé dándole un curso al Ex, ¿por qué no me voy a encontrar con Open-Boy en la mitad de la calle?



Y aún cuando lograba convencerme que no iba a encontrármelo, no podía quitarme el miedo de sentirlo en cada milímetro que recorriera de LA. Aún recuerdo sus palabras "I see you everywhere, and I never know when a piece of you is waiting around a corner for me". Conozco bien esas minas emocionales, durante mucho tiempo estuvieron por todo el DF, encontré una en Toronto y hasta llegaron a Cartagena. Estaba segura que habría muchas en el lugar donde él vive. 

Pero me equivoqué. 

Resulta que cuando me di cuenta que durante el viaje, pensé en el que debo pensar. Una grabación, la iglesia mormona y hasta sudaderas de Mi pequeño pony me hicieron pensar en el Sr. Gelatina. Y eso esta bien, eso es lo que pasa cuando uno esta enamorado, las cosas chiquitas e insignificantes le recuerdan a uno a la otra persona. 

Así, aún cuando caminé calles que tal vez Open-Boy ha recorrido y tomé té en un café que seguramente él conoce, yo pensé fue en el Sr. Gelatina y mi corazón lo extrañó fue a él. Claro, luego de varios días de miedos irracionales, tenía en mi cabeza que estaba en la ciudad donde vive Open-Boy pero lo tuve porque fue fantástico descubrir que ya no sentía su ausencia. Ya no me dolía el hueco. 

Todavía me duele el "pudo haber sido" y me hubiera gustado poder al menos tomarme un café con él y saber en qué va su historia. Al final él siempre será la persona que me amó cuando creía que eso nunca sucedería, el que me cambió la vida... él siempre será importante en mi historia... pero soy feliz de que por fin es un recuerdo que no duele. 




sábado, 17 de agosto de 2013

Atreverse a aceptar la felicidad o el drama de tener una monja interior

"Yo lo que creo es que a ti te da miedo aceptar que eres feliz en algo que no es en lo que el mundo nos enseñó que era lo normal". 

Así, en una frase, Adri logró desenredar mi cabeza. Y es que esa es la verdad. Yo solita me pongo la presión de ¿cómo es que puedo ser feliz en algo que no cabe dentro de la norma? ¿cómo es que me importan más ciertas cosas que otras que en teoría son las importantes? ¿por qué no me jode más la cabeza que él no sea mi novio? 

Una y otra vez sale la realidad. Y la realidad es que yo soy feliz. Muy feliz. Y sí, el personaje en cuestión no es mi novio. No estamos en una relación formal, definida y definible con un término que salga en el diccionario. No caminamos hacia un lugar donde hay una casa, un par de niños María José y José María diría el Ex–, un golden retriever y una mamivan. De hecho, hay días donde incluso cuestiono si estamos caminando. 

El problema es que yo siempre fui la más liberal entre mis amigos, fui la que se pintó el pelo de colores a los 17 y que desde niña quería irse YA de la casa para ver ese mundo que hay ahí afuera... Y a mis 31 años vengo a descubrir, que resulta que tengo una monja metida entre la cabeza. Y esa monja, se estresa y angustia de que a mí no me estrese y no me angustie que no somos exclusivos. La maldita monja es tan poderosa, que logra hacerme sentir mal, por no sentirme mal. 




Para fortuna mía, tengo una mejor amiga, que en vez de darle voz a la monja, me hace ver que desde hace tiempo soy muy feliz. Que más allá de los términos, yo me siento acompañada, me siento aceptada, valorada y comprendida. Me siento retada intelectualmente y me siento querida. Que me divierto infinitamente y que no tengo problema de tener mis espacios donde él no cabe. 

Claro, hay una parte que a veces duda qué tan especial soy para él y cómo se cuenta él mismo nuestra historia, pero resulta que también me han hecho ver... que eso va a pasar en cualquier relación que tenga. Incluso si es exclusiva y bien normalita. Todo el mundo en algún momento cuestiona las cosas y se pregunta cómo las ve el otro. 

Lo que es cierto, lo que yo sé... es que la que ha armado dramas soy yo y el que se ha quedado cerca, es él. La que ha contemplado mandarlo a la mierda soy yo y él que me ha dicho que no quiere eso, es él. 

Entonces, lo que necesito es aceptar que soy feliz, muy feliz, en algo que no importa nunca haya contemplado como posible en el mundo de limitadas opciones en el que crecí.


domingo, 10 de marzo de 2013

Lo que realmente quiero

Hace unas semanas me fui a desayunar con una amiga. Ella llegó empoderada de sí misma. Con las cosas claras sobre qué quiere en su vida y qué es necesario para lograrlo. Una parte de mí, esa que se siente nadando en gelatina la envidió un poco. El resto la admiró. 

Salí del desayuno y decidí que aunque hay muchas cosas que no puedo cambiar en este instante, que son cosas que requieren procesos que ya he iniciado... hay algunas que sí puedo cambiar. Así que fui a cambiarlas. Hablé, dije lo que pensaba y sentía y a cambio recibí respuestas que realmente no me esperaba. 

Desde ese día he pensado mucho acerca de lo que quiero. Y en términos de pareja, creo que cada vez lo tengo más claro. Hay muchas cosas que me gustarían en un hombre: que le gusten los gatos, que tenga un trabajo chévere pero que no sea workoholic, que no fume, que quiera viajar conmigo, que tenga una buena nariz y un mejor rabo... pero esas cosas no son las más importantes. 

Lo realmente importante es que quiero a alguien con quién yo me sienta cómoda de ser quién soy. 

Y es que ese ha sido uno de los grandes problemas en mi vida. Me he dado cuenta que muchas de mis parejas nunca realmente me aceptaron o quisieron por lo que soy. 

Estaba el Ex, por ejemplo. Ese estoy segura que se sintió siempre atraído por lo que soy, pero siempre me quiso por lo que yo podría ser. No por lo que era. Sé que en el fondo, él estaba convencido que yo podría cambiar y convertirme en esa que quiere ser mamá de mil niños, usa aretes de perlas, quiere ser profesora en un pueblo miserable en donde él tenga su casa de campo y que deje que su vida sea más importante a la mía. Claramente yo podría serlo (solo se requiere de una rápida lobotomía) pero no lo fui y no lo seré. 

O están otros como Mr. M que quisieron ver algo que no soy y una vez descubrieron la realidad se dedicaron a rechazarme. No voy a negar que por el camino estuvo el novio-número-dos que me quería por lo que soy pero al mismo tiempo (y con buenos motivos, no voy a negarlo) jamás pudo acercarse a mí, porque temía lo que puedo ser. Y eso tampoco ayudó a la hora de construir la creencia que lo que soy no me permitirá tener a alguien. 

Pero en el proceso estuvo Open-Boy, que tal vez fue el primero en amarme por lo que soy, sin querer cambiarme. El tiempo ha pasado y su amor dejó en mí, la confianza de que es posible ser amada sin necesidad de cambiar. 

Hoy, luego del harakiri-amoroso, luego de la terapia, luego de tantas horas de hablar y pensar acerca del tema, luego de sentirme cómoda ciertos domingos cuando paseo por la tierra de Shakespeare, entiendo que lo que realmente quiero es a alguien con quién yo me sienta cómoda. Alguien con quién no tenga que ser más de lo que soy para ser amada pero que al mismo tiempo me empuje a ser cada vez mejor. 

Estoy en un momento donde veo que eso es posible. También veo que eso, al menos hoy, tiene un costo que no sé si quiero pagar. Pero el sentirme cómoda, sin fingir y al mismo tiempo oyendo que puedo ser mucho sin traicionarme a mí misma... eso me ha dado una tranquilidad que no pensé que jamás podría tener. 





viernes, 22 de febrero de 2013

A través del espejo

Han sido unas semanas extremadamente largas. De trabajo en exceso, cansancio, gripa, desespero por  sentir que estoy dándome contra paredes que jamás había visto, de una enorme frustración por no tener acceso a mis espacios, que siempre han sido mi punto de equilibrio. 

Y en medio de todo esto, un día, mientras corría a comprar un sánduche para comer frente a mi computadora, Adri, mi mejor amiga, me mandó un mensaje. Habíamos hablado el fin de semana y como siempre, encontramos que vivimos momentos parecidos, que aún con lo distintas que somos, con las vidas diferentes que llevamos, las sensaciones y reflexiones eran similares. Ella también estaba cansada, perdida y frustrada. 

Pero su mensaje decía otra cosa. Y tal vez son los 15 años de estar cerca, tal vez es lo que llaman la intuición femenina, que la conozco mejor que muchos o que -desde la perspectiva masculina- como dijo Pollo, era algo que era obvio que iba a pasar. No sé. 

A mí me bastó leer un "Estoy feeeeeeliz y necesito hablar contigo" para saber que de repente la vida nos había cambiado. Que mi Adri, mi amiga con la que hicimos sopitas de bon-bon-bum en piña colada (para descubrir al día siguiente que era pésima idea ya que el azúcar sumado al trago nos estaba matando), con la que compartimos la emoción de enamorarnos de verdad luego de un primer noviazgo que no era lo que creíamos, la que me abrió las puertas de su casa y me dio una familia adoptiva donde siempre me he sentido cómoda, la primera en ponerme como referencia en una hoja de vida, la que en su momento fue una de las que me salvó la vida, a la que ayudé a vestir el día que se casó y por la que hice las cosas que jamás haría ni por mí misma, con la que hay tantas historias para contar y aún más que jamás contaremos pero que nos servirán cuando estemos viejitas y queramos recordar esos años donde exploramos, jugamos, viajamos y nos divertimos (incluyendo una que involucra una pata de pollo, una cámara y prueba que ella la buena y yo soy la mala).... esa que pasó de ser adolescente a ser joven y a ser adulta y jamás dejó de ser mi amiga... esa que es tan parecida a mí y al mismo tiempo tan radicalmente distinta... esa va a ser mamá. 

Una vez más viví uno de esos momentos de miles de sentimientos, todos al tiempo, muchos contradictorios, todos intensos. Lloré frente al celular y sin poder guardarme la noticia, se la conté a la señora de los sánduches quién se conmovió tanto que las siguientes veces que he ido ya hasta me pregunta por "su amiga, la que esta embarazada". 

La cosa es que siendo yo tan poco maternal, con tantas dudas sobre si quiero tener hijos, estando tan lejos de una vida de señora casada con bebé a bordo... jamás pensé que podría sentir una felicidad tan grande. Porque lo primero que sentí fue eso. La inmensa felicidad de saber que sus sueños se están logrando, que esa mamá que siempre ha estado en su interior va a salir y va a generar a un ser humano que desde ya sé que va a ser absolutamente increíble. Que para mi sorpresa, desde ya quiero. Porque ¿cómo no quererlo? 

Y por el lado de la felicidad, fueron saliendo el resto de los sentimientos. El dolor y la culpa de la distancia, de saber que no estaré para acompañarla, que no podré verla cambiar, que me perderé tantos momentos y que para ese bebe que va a llegar, yo seré la amiga loca de la mamá que a veces llega llena de regalos pero que no esta cerca. 

También estuvo el miedo... ese miedo que de repente siento de que la vida nos cambie y nos aleje. Que la vida de mamá, esposa y residente de Bogotá, sumada a mi vida de no-mamá, no-esposa y no-residente de Bogotá, acabe con los años de querernos sin juzgarnos. Y es que eso es lo especial de nuestra amistad: siempre hemos valorado que aunque somos muy parecidas en el fondo, vivimos nuestras vidas de formas muy distintas. Y ahí siempre estamos, para mostrarle a la otra, que todo podría ser distinto. Pero que no es lo que queremos. Constantemente vivimos situaciones similares y cada una ve en el espejo de la otra cómo podría ser una vida diferente. 

Hay días... hay días donde yo me pregunto qué hubiera pasado si nunca me hubiera ido a India, si me hubiera casado con el Ex o con algún otro que quisiera esa vida, si no tuviera esta profunda necesidad de ver qué hay allá afuera, que me ha traído hasta México y si en mí no hubiera ese gen independiente que logra que yo no dure más de 30 segundos contemplando la posibilidad de volver a Colombia. Y cuando tengo esos días, pienso en ella. Y la veo feliz, casada, llena, ahora embarazada. Y sé que aunque esa es una vida posible, no lo es para mí. 

Aunque sé que yo también soy su espejo, a veces me pregunto cómo me ve ella a mí. Si también me usa como referente en las noches donde se pregunta qué hubiera pasado si sus decisiones hubieran sido distintas, si Francia hubiera sido algo más que unas complicadas vacaciones o si la especialización hubiera sido en otro país. No sé exactamente qué se responde, pero también sé que ella me sabe feliz y me sabe bien, pero sabe que esta vida, aunque es posible, no es para ella. 


Volviendo al cúmulo de sentimientos... de nuevo hubo esa sensación de que mi mundo crece, se hace adulto y yo... yo lucho por vivir una vida donde yo me sienta cómoda y donde este bien. Donde sienta que puedo ser yo. Y eso, de alguna forma, no encaja en la definición - tal vez arcaica e infantil - que tengo de lo que es ser adulta. Recordé entonces lo que me dijo Pollo luego de leer esa entrada y es que nunca me di cuenta que la primera en armar una vida adulta fui yo. Y que no por no tener marido e hijos, soy menos adulta que ellas. Y pues si. Es un poco así. 

Al final, luego de la cascada de sentimientos, los que realmente han quedado, han sido el profundo cariño que le tengo, las ganas de estar más cerca de ella que siempre. Debo ser sincera, un poco la frustración de saber que me perderé de tantas cosas importantes... La felicidad de saber que ella esta haciendo la vida que siempre quiso. 

Y además, queda esa otra enorme felicidad y profundo agradecimiento, de saber que para ella era increíblemente importante contarme y hacerme parte, porque como para mí, las cosas se sienten realmente reales cuando la otra las sabe y las comparte. Sentirme así de querida, de valorada, aún después de 5 años de distancia, más de 15 después de esas fiestas de quince... es de las cosas que siempre agradeceré y que serán motivos para sonreír incluso en el peor de los días. 







viernes, 7 de diciembre de 2012

Mínimo común denominador

Ok, vamos por pasos. Esta no es una entrada sobre matemáticas, porque para empezar no sé sumar. Mucho menos escribir sobre matemáticas. 

Ahora... esta tiene que ser la entrada más patética que haya escrito. La más reveladora, y miren que este año escribí sobre desnudarme en público y lo que uso cuando me llega la regla.

Ya en varias ocasiones he aceptado que mi verdadero talento en la vida es el cyberstalkeo. Estoy segura de que algún día esto será un trabajo y entonces yo me ganaré millones. Seré la detective privada del futuro. Y sí... es un poco patético andar averiguando la vida de gente que ya no esta con uno. Pero quiero que alguien me diga que jamás lo ha hecho. Para rematar, yo de tanto en tanto me encuentro cyberstalkeando a las nuevas chicas de mis ex's. 

Y de eso es que se trata esta entrada. 

Resulta que ayer descubrí que la ex de un ex, es conocida de Gabidearest . Se siguen en Twitter y por Instagram. El ex en común fue un tipo con el que yo salí hace muchos años, que no fue nada memorable en mi historia personal y del que jamás llegué a enamorarme. Por la época en que terminamos, el tipo empezó a salir con la niña y yo a verle su Facebook (era la época antes de Twitter). Entonces ayer la reconocí cuando algo le comentó a Gabidearest (ya sé... soy una psicópata). 

Aparentemente la niña es bastante chévere, "buena papa" en las palabras de Gabidearest. Al volver a ver sus fotos en Facebook (gente aprendan... cierren sus perfiles si no quieren que alguien como yo termine enterándose de en dónde pasaron sus vacaciones y que el fin de semana pasado fueron a cine) pensé que efectivamente esta niña y yo tenemos cosas en común. Toma fotos que a mí me gustan, ha viajado a lugares donde yo he estado y pone cosas que me interesan. Al menos por lo que se ve, podríamos ser amigas. 

Y entonces me puse a pensar cómo es que esta niña y yo, tenemos de común denominador a un tipo con el que yo jamás me conecté del todo y con el que en realidad salí porque estaba sufriendo del mal de vereda

La cosa me genera curiosidad especialmente porque en mi rampante patetismo el otro día descubrí el Twitter de la chica del Ex. Ese al que amé con todo mi corazón, que me tomó años de terapia superar, con el que casi no terminamos de terminar... Ese que durante tantos años fue el hombre al que más había amado en mi vida. Y ese Ex esta con una vieja que es totalmente opuesta a mí. De la que nunca sería amiga y que en realidad ya me cae mal por todo lo que dice. Al menos en Twitter la niña es una hater intensa, que pelea contra el mundo y que básicamente está en contra de todo lo que yo estoy a favor. 

Ahora... es cierto que ese Ex era absolutamente distinto a mí. Y que en realidad estaba en contra de todo lo que yo estoy a favor. Teníamos visiones opuestas del mundo. Siempre pensé que él necesitaba una niña como con la que está. De pelo perfecto, aretico de perla y que vaya a misa con él. Pero no deja de sorprenderme que a ella y a mí nos una algo. Y que ese algo sea algo que fue tan importante como el Ex. 

Es cierto que han pasado muchos años desde que yo me enamoré de este hombre. Que yo era distinta. Pero jamás fui como ella. Jamás hubiera escrito lo que ella twittea. Jamás lo habría pensado. Y eso lo sabía el Ex. Finalmente la mayoría de las peleas eran por eso. 

Tal vez la cosa es que yo he cambiado mucho más de lo que pude imaginar. Tal vez es que él se ha radicalizado aún más y necesita a alguien mucho más radical. O tal vez es que solo alguien muy radical puede estar con él. 

Lo que sí es que no deja de sorprenderme que entre esa mujer y yo, haya tanto en común. 







miércoles, 3 de octubre de 2012

Ese ex ya expiró...

Llevo varios días pensando en las fechas de expiración de los ex's. 

 
Y es que yo creo firmemente que con los ex's hay un momento donde pueden dejar de calificarse como ex novios. 

Pongamos a mi mamá como ejemplo. Uno de sus mejores amigos en la vida fue su primer novio. Por allá cuando ella tenía 17 años y estaba en el colegio. Desde entonces ha habido muchos novios, un esposo y años y años de que no pase nada entre ellos. Yo estoy convencida de que ya dejaron de ser ex's y que lo que define su relación es la amistad de cuarenta y tantos años. 

Pero para que la fecha de expiración funcione se requiere de algo muy básico: la relación tiene que haberse superado completamente. Claramente si el ex es ese personaje en el que uno sigue pensando, que le genera conflicto, en el que uno piensa cuando no tiene en quién pensar... pues el tipo no ha dejado de ser ex novio. Ni siquiera se trata de que uno siga muy enganchado, pero si el tipo sigue generando algún tipo de conflicto, la cosa no ha expirado. Sigue siendo ex novio y punto.

Pero hay un bonito momento en la vida en que uno no solo ya olvidó al ex novio, sino que ya realmente todo se desvaneció y no dan ganas de nada. Para mí, ahí ya el ex-noviazgo expiró. A veces eso significa que uno puede ser amigos y a veces significa que ya uno no tiene ningún tipo de contacto y vive tranquilo con el tema. 

La parte extraña surge cuando de repente, uno se da cuenta que ese ex-noviazgo que uno consideraba absolutamente expirado... no esta superado del otro lado. Y que cada uno estaba actuando bajo lógicas diferentes. Ahí entonces, como bien diría ese amigo de mi mamá, que carga con 4 matrimonios encima... ahí la cosa se pone complicada porque se le daña a uno el divorcio. 

Y ese sí no se puede arreglar. 






 


domingo, 29 de julio de 2012

De mis eternas dudas sobre los hijos

Este fin de semana me fui a Cuerna a estar con Caro mi amiga colombiana. Ella tiene dos hijos. Emiliano de 2 años y Juan Sebastián que debe tener como 5 meses (si me dijo pero ya se me olvidó... el caso es que aún  no gatea... a qué edad los niños gatean?). Y son dos pequeños terremotos. Hermosos. Pero terremotos. Bonitos, aún más si están en foto. 

Durante muchos años yo no quise tener hijos. Me rehusaba a la idea y entre mis amigos era conocida como una devota de San Herodes... una Cruella de Vil sin pelo chévere. Y entonces conocí al Ex quién era una Susanita obsesionada con tener muchos hijitos. Y empecé a pensar que de pronto, tal vez, who knows. Y entonces me fui a India donde fui profesora de niños de primaria y aunque me hicieron la vida imposible, yo regresé a Colombia pensando que sí quería tener hijos (volvemos a que a veces pienso que soy masoquista). 

Los años han pasado, yo ya no estoy con el Ex y la idea de tener hijos es totalmente ambigua. En teoría me parece una posibilidad muy interesante, debe ser fantástico hacer vida y formar a alguien. Debe además ser chévere tener quién me cuide cuando sea viejita, porque con esta cosa de ser hija única y vivir lejos, a veces me da la angustia de qué va a pasar cuando tenga 90 y no pueda ni ir al baño sola. 

Tengo absolutamente claro que al menos en este momento de mi vida, definitivamente no quiero tener un hijo estando sola. No quiero la vida de mi mamá, mirando a ver cómo carajos me sacaba adelante, con la responsabilidad completa. Para rematar, yo no tendría a mis dos tías (sus dos hermanas) al lado para que funcionaran de niñeras y demás. Ni siquiera parecería que tendría a mis papás cerca para que funcionen de abuelos y se encarguen del chino cuando a mí ya no me de la vida. Así que como mínimo necesito un compañero a quién achantarle la co-responsabilidad. 

Y entonces me fui a Cuerna. Y conviví por un larguísimo fin de semana con estos dos bebés. Mucho más de lo que jamás había hecho. Y vaya que si eso es un buen anticonceptivo. Salí pensando que por ningún motivo quiero reproducirme. 

Ya en el camino de regreso, me quedé pensando... La verdad es que no sé si quiero dedicarle mi vida por completo a alguien. Y eso es tener un hijo. Es poner todas mis necesidades por debajo de las de alguien más. No sé si quiero que mi vida gire en relación a otro. A veces siento que ni puedo conmigo... ¿quiero encargarme de alguien más? Tal vez sea egoísmo... pero creo que es válido. Y si uno va a hacerlo, es para hacerlo bien... no para salir corriendo y dejar al chino lleno de traumas (take me as exhibit A if you wish)

Y luego de pasar un fin de semana completo de "no te subas ahí, ¡cuidado te vas a caer! no le pegues a tu hermano, por qué estás llorando, ya te hago el tetero, etc, etc, etc"... me queda muy claro que el nivel de atención y dedicación que hay que tener... es absoluto. 

Y yo no sé si quiero eso...

Eso sí... debo aceptar, que en el momento en que yo me quedé a cargo de Juanse (¿quién carajos me deja a mí a cargo de un bebé?) y logré que se quedara dormido después de muchas horas... sentí que era uno de los logros más importantes de mi vida. Y la sensación del bebé dormido completamente en paz en mis brazos... fue algo maravilloso. Que claro duró dos minutos hasta que el chino se despertó y volvió a ser el ente que llora a todo pulmón. Entonces volví a mis eternas dudas. 


viernes, 16 de marzo de 2012

Overwhelmed

Me acuesto en mi cama. Cierro los ojos y siento el cansancio del día. Pero en vez de dormirme empiezo: Hay que buscar un quote para el comunicado, tengo que revisar el reporte, mandar el mail para los del video, hacer seguimiento del documento que mandamos ayer, pasar las fotos a la compu para dárselas al cliente, etc, etc, etc, ETC. Entonces trato de pensar en otra cosa, distraerme para poder por fin dormirme. Y entonces mi cerebro se va a la nueva casa: dónde voy a poner la arenera de Ginebra? cabrá la tele al frente de la cama? se verá rara? hará mucho calor en el cuarto? el espacio donde esta la lavadora tendrá techo? tengo que comprar cubiertos y la cosa donde se ponen los platos y un trapero, necesitaré trapero si no hay baldosin más que en el baño?

Así se me van mis noches. Sin dormir, haciendo listas de pendientes y preguntándome cosas que no puedo saber. Y la principal razón por la cual no puedo saber la respuesta a esa pregunta es que son las 3 de la mañana! Y como son las 3 de la mañana, o las 5 -el otro día hasta oí a los malditos pajaritos- tampoco tiene sentido pensar en el comunicado del día siguiente.

Lo extraño es que no estoy mal. Usualmente en mi vida, cuando no puedo dormir es porque no estoy bien. Pereo estoy contenta. Muy contenta. Dichosa con la nueva casa. Feliz de tener nuevos retos y nuevas responsabilidades. Pero ha sido a bit too much. Todo al mismo tiempo, como ayer le dije al Ex. Pero como bien me respondió, así es la vida. Toda al mismo tiempo y sin chance para que uno pare a respirar. Los cambios se dan de forma atropellada y salvaje.

Sé que es cuestión de adaptarme y acostumbrarme a las cosas nuevas. Que todo estará mejor cuando por fin me cambie de casa y pueda responder las preguntas que me hago, que al final del día, son solo la ansiedad producto de la emoción de dar ese paso.

In any given day, I would have shot you in the face, but I'm in a transitional phase here.
Samuel Jackson en Pulp Fiction, via Pollo.

La verdad es que la idea de mi propio espacio cada vez me emociona más. A veces me pregunto por qué lo dudé tanto si en realidad es algo tan bueno para mí. Desde que mi abuelo se enfermó y mi casa la vendieron, me he sentido un tanto homeless. En estos años además, siempre he vivido en la casa de alguien más, lo cual no ayuda al sentimiento. Así que es momento de construir ese espacio para mí, sin importar por cuanto tiempo sea. Necesito hacerlo.

A chair is still a chair
Even when there's no one sitting there.
But a chair is not a house
And a house is not a home




miércoles, 4 de enero de 2012

Lo divertido de lo light

Esta ha sido una visita diferente a Colombia. Navidad en Cartagena con mi papá y luego días en Bogotá, los cuales han sido distintos. Adri no esta, mis amigas en su mayoría tampoco, mi tía se fue de viaje al igual que mis primitos así que de repente me encontré con el espacio para hacer otro tipo de planes, hacer otras cosas y ver gente que no veía desde que me fui.

Y en esos reencuentros, reapareció una buena amiga con quién en algún momento de la vida salía mucho en plan de rumba y quién en su momento me presentó a JC con quién siempre me divertí pero con quién la cosa nunca terminó de cuajar. Salimos un tiempito pero la cosa al final no funcionó. A JC lo quiero porque me trae recuerdos muy chéveres y aunque nunca encajamos, es alguien con quien pasé muy rico y es una buena historia para recordar. Así que una noche en esta visita, de repente estuve rumbeando con ellos, reviviendo una muy buena época de mi vida. Y claro, la química seguía ahí y la atracción también. Así que dejé que las cosas fluyeran y recordé lo divertido que es tener un romance light.

Con JC nada va a ser serio. No vamos a sentir grandes cosas el uno por el otro, no nos vamos a enamorar ni sentiremos una enorme conexión que genere fuertes sentimientos y me haga terminar en conversaciones hartísimas como las que tuve con Possibility-Boy. No lo haremos porque no es lo que somos y porque además, no tenemos el tiempo de que pase nada distinto a un par de salidas divertidas, coquetas y absolutamente lights.

Luego de un año donde una vez se abrió mi corazón, los personajes que aparecieron, generaron profundas e intensas emociones, las cuales estoy feliz de saber que puedo sentir... es maravilloso también tener unas vacaciones de tanta intensidad y simplemente encontrar a alguien con quién me río, a quién puedo molestar en español (y aún mejor... en colombiano!), rumbear como hace mucho no hacia, quedarme hasta las 4 de la mañana echando lora (de nuevo, soy feliz de hablar en colombiano) y tener un romance veraniego, sin dramas, y sobre todo, sin conversaciones sobre lo que somos y no somos ni reflexiones sobre lo que pasará más adelante. Aquí todo es light, chévere y extremadamente divertido.

Y por eso, esta noche, estoy muy feliz.


*** El universo no deja de querer demostrarme que la vida es irónica, que Bogotá es un pueblo donde todo el mundo conoce a todo el mundo y me encontré sabiendo cosas fuertes sobre el Ex... quién se lo hubiera imaginado.



martes, 11 de octubre de 2011

Irony at its best.

Mi vida se puede definir por la ironía. Hace unas semanas, escribí sobre cómo en un ataque de humor negro, el universo me plantó frente al Ex para darle un entrenamiento. Historias como esa hay miles, esta el día que una viejita me pidió que la ayudara a hacer pipí en un baño público o los meses en que yo, la que odiaba a los niños, no quería tener hijos y odiaba la navidad, terminé de profesora de niños de primaria, armando el christmas show. Ironías.

Hoy hubo otra de esas. Me reuní con alguien que me puede ayudar en mi proyecto personal. Alguien con buenas conexiones que pueden hacer realidad mis objetivos. Y al plantearme las alternativas me dijo que donde le queda más fácil ayudarme, donde hay más chance de que lo que le pedía saliera es en.... (pausa dramática) Los Ángeles.

LA. Una de esas ciudades que nunca me han llamado la atención, pero que viéndola objetivamente, tiene mucho sentido para lo que busco... pero que tiene un pequeñísimo detalle. Allí es donde esta viviendo Open-Boy. Y entonces yo solo pienso en la ironía que sería que las cosas se dieran y yo terminara un día caminando por el mismo código postal que él.

Por ahora no me estreso. Faltan muchos pasos, muchos elementos. Todo es incierto por ahora. Pero qué divertido sería si eso fuera lo que pasaba. Irony at its best.




viernes, 19 de agosto de 2011

Y por una vez...

El universo parece conspirar a mi favor.

Sin saber cómo ni por qué, de repente me encontré en un conference call con el Ex, hablando de temas de trabajo y antes de que me diera cuenta, mi jefe confirmaba que viajaré a Colombia a dictar un curso que él solicitó.

Yes indeed.... the universe has a sick and twisted sense of humor.

Pero, luego de que el universo se divirtiera a costa mía y del doloroso harakiri emocional, es un placer, que esta vez, las ironías y coincidencias sean motivo para que yo vaya gratis a Colombia. Siguiendo con lo aprendido en terapia, no me pregunto por qué? Es momento de preguntarme para qué.

Sé que la respuesta probablmente no llegará pronto, pero creo que es para acercarme a mi mamá, verla, resolver muchas preguntas y volver a un espacio donde hay tantas personas que me quieren. Tras estos meses, por fin estoy en un punto donde ya no siento tristeza, donde sonrío con ganas y he encontrado cosas que no pensé fueran posibles. Sin embargo, aún estoy blandita y aún me cuesta trabajo dormir. La idea de unos días en mi casa, con mi gente, mis amigos, mi familia y mi comida, suena a lo que exactamente necesito para terminar de cerrar el ciclo.

Cuando ya había dejado de reirme de la ironía de que gracias al Ex me haya salido este viaje, descubrí que coincidiré en Bogotá con mi papá. Y ahora soy aún más feliz.





sábado, 9 de octubre de 2010

Here we go again

El tema del cyber-stalking es que hace que uno se entere de cosas cuando no las espera. Como hoy... que es un sábado normal, donde trabajé toda la tarde y decidí antes de ir a arreglarme ver un rato Facebook para distraerme. Y sin saber muy bien cómo terminé en la página del Ex. Y veo que alguien en su wall le pone: "Me contaron que se casa, lo felicito", etc.

Algunas personas tal vez me juzguen por el hecho de que esa noticia todavía me genera impresión. Hasta yo misma me juzgo un poquito por eso. Pero la verdad es que el Ex fue alguien muy importante en mi vida y a una parte de mí siempre le ha dolido ver que él no encuentra lo que quiere. Otra parte de mí sigue siendo la loba herida que siempre he sido y simplemente se enfurrusca cuando lee que se va a casar.

Esta vez trataré de ser the bigger person and the grown up, y desear que esta vez lo logre y que la niña con la que se va a casar lo quiera con el corazón. Lo haga feliz y le permita estar en paz consigo mismo después de tanto tiempo de luchar por ello.

martes, 25 de mayo de 2010

La felicidad y las relaciones

Hace algún tiempo oí en uno de mis podcasts sobre un estudio acerca de la Felicidad. Su director, George E. Vaillant, quiso explorar este tema y ver qué hace que una persona sea o no feliz. Para eso, realizó uno de los estudios longitudinales (Já! no he olvidado mis clases de metodología) en la historia. Durante más de 70 años, estudió a un grupo de 268 hombres que a finales de los años 30 ingresaron a Harvard. Así los ha estudiado mientras ellos estudiaban, se graduaban, casaban, divorciaban, eran padres, trabajaban, etc.

Alguna vez lo entrevistaron y le hicieron la pregunta obvia: ¿Qué había encontrado gracias a su estudio? y la respuesta es maravillosa:

“That the only thing that really matters in life are your relationships to other people.”

Hoy cuando pienso en los momentos de mayor tristeza y depresión de mi vida, me doy cuenta que han sido los momentos en donde menos personas cercanas tenía. Hace 10 años, cuando fui tan profundamente infeliz, me había alejado de mis amigos, a duras penas le hablaba a mi papá, la relación con mi mamá era pésima, las cosas con mi novio eran un desastre y mi familia era un grupo de extraños amistosos. Y fue ahí donde caí en la depresión y donde toqué fondo con los problemas y circunstancias de mi adolescencia.

Gracias a ese momento aprendí que era básico mantener a mis amigos cerca y no permitirme jamás cambiarlos por un noviazgo. Cuando empecé a salir con el Ex, lo primero que hice fue aclararle que mis amigos estaban primero, ya que durarían más que él. Y tal como lo predije, el Ex pronto fue Ex y mis amigos ahí siguieron.

Pero la familia no era tan importante para mí. No era una relación determinante.... Hasta que me vine a México y los extrañé. Y hasta que pasaron tantas muertes en el 2009 y me di cuenta que mi familia es una red de apoyo increíblemente fuerte, que me da ánimo de seguir adelante y que no deja que yo me rinda.

Leo y releo la frase y pienso en cuanta razón tiene. Y entonces pienso en los amigos que he perdido. Además de la muerte, las pérdidas de mis amigos, son las cosas que más me duelen en la vida. Algunos de los que perdí los recuperé en la distancia y ahora la relación se limita a ser algo cordial a través de Facebook. Otros no han vuelto. Al día siguiente de mi cumpleaños, me llegó un correo felicitándome de quién en un momento de mi vida fue mi mejor amigo. Sentí algo horrible cuando me di cuenta que ni siquiera había notado que él no me había escrito. Y sé que es normal que las relaciones cambien, que la gente se aleje y se acerque durante la vida. Pero fue feo darme cuenta que una de las relaciones que tanto había significado, ya no es nada.

Y la verdad es que al vivir lejos muchas relaciones se pierden. Relaciones que dependían de la cercanía física y de una rutina de eventos compartidos. Creo ser buena en darle continuidad a mis relaciones, pero es muy triste cuando me doy cuenta que en algunas de las que más me importaban, fracasé. A eso debo sumarle, que este año cometí un gran error con un amigo al que quería mucho. No creo haberlo perdido del todo, pero sé que ya no es lo mismo. Así que si pudiera cuantificarlo diría que estoy en un déficit de 1.5 amigos. 1.5 relaciones que aportaban a mi vida y hacian que fuera más feliz.

Esto no quiere decir que no haya ganado gente en estos años en México. Y hoy tengo algunos amigos que no tenía cuando ese 1.5 amigos estaba en mi vida... pero con ellos dos la relación era mucho más profunda y valiosa que los otros que he encontrado desde entonces.

Entonces habrá que fortalecer las relaciones que tengo...

***
Un gran artículo sobre ese estudio:
http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2009/06/what-makes-us-happy/7439/1/

sábado, 1 de mayo de 2010

Nostalgia de los 90's

Esta fue una semana MUY intensa. Tan intensa que ni siquiera acepté que estaba incapacitada. Y en medio de las carreras y el estrés, me llegó un mail de Novio-número-dos, diciendo que viene a México por 10 semanas a un summer job.

V habla del ex-novio trauma y ese en mi caso claramente es el Ex. Pero Novio-número-dos fue el novio que definió el estándar de qué era estar enamorada, que era querer a alguien con todas mis fuerzas y que fue sentir que jamás lo superaría. Al día de hoy sigue siendo el novio más parecido a mí. Después de terminar con él dejamos de hablarnos por 5 años. Y aún cuando dejé de pensar en él, de recordar su exisstencia y dejó de dolerme, nunca dejé de extrañar un poco su presencia en mi vida. La verdad es que antes de ser Novio-número-dos, él fue mi primer mejor amigo. Nos gustaba el mismo cine, los mismos planes, libros, etc. Y aunque él era fan total de Metallica y yo no, en el resto de la música coincidíamos. Y ahora pienso que eso era lo que más extrañaba de él. Más que el novio, yo extrañaba al amigo.

Cuando terminamos pensé que jamás dejaría de doler. Y por cinco años no nos hablamos. Y luego, un día, mi mejor amiga logró que habláramos. Y la química seguía intacta. La misma conexión profunda que tuvimos desde el día que nos sentamos en un café a contarnos nuestras historias de dolor. Así que él volvió a estar en mi vida. Y por un momento en la historia, hubo algo parecido a un dating. Pero el daño que yo le hice cuando terminamos no se había ido y a él le daba pánico acercarse. Yo recuerdo tener mis propios issues al respecto pero hoy ya no sé cuáles eran. Así que nos volvimos a alejar. Pero ya no fu tanta distancia, a veces comíamos, a veces hablábamos y era tenerlo en mi vida de alguna forma y eso esta bien.

Y entonces esta semana me entero que viene a vivir a mi ciudad. Y la verdad es que me da emoción. Y estando en esta emoción ahora veo muchas cosas que me recuerdan nuestro pasado. Han empezado a dar Dawson's Creek y hoy dieron la lista de las mejores canciones de los 90's en VH1... y el 90% de las que yo conocía, me recordaban momentos con él. Así que mientras descanso en mi cama.... recuerdo mi adolescencia y me pregunto cómo será ver al Novio-número-dos en México.

lunes, 5 de octubre de 2009

Reflexiones post-second date

Ahora ando medio amiga del Ex. Hablamos por skype y somos lo más de civilizados. Alguna vez él me dijo que sólo hacia preguntas para cuya respuesta estuviera preparado, lo que en la práctica significa que no hace muchas preguntas sobre mi vida y en cambio me cuenta bastante de la suya. Pero esta bien. De lo poco que hemos hablado de mi vida, un día me dijo que yo debía aprender a jugar más en las relaciones. Mostrar que quiero dar un beso pero no darlo, no decir siempre que si y luego puso: etc.

El problema es que yo no tengo ni idea de jugar esos juegos. Así que no sé qué significa el etcétera. Intuyo que es importante jugar sobre todo cuando el resto del planeta parece estar jugando esos juegos. Pero yo en realidad no sé. Y aunque no me gusta hablar las cosas, tampoco me gusta ocultar mis sentimientos. Entonces no sé qué hacer.



Y todo esto salió porque ayer fui a un gran second-date. Con un chico que me gusta. Me parece súper atractivo, súper inteligente y me pone nerviosa en una buena manera. Me sentí de 15 años cuando en medio de la película me rozó el brazo y a mi me dieron toda clase de mariposas en el estómago. Es muy difícil que eso pase en mi vida.

Y yo creí que era mutuo. O creo. No sé. Luego del first-date me mandó un mensaje súper bonito y me invitó a salir inmediatamente. Y ayer estuvimos muy rico. Al despedirnos nos abrazamos y nos dimos un gran beso. (de nuevo explosión de mariposas). Luego de estar en esas un ratito me dijo algo así como: "mejor me voy antes de que me den ganas de no irme". Me abrazo de nuevo y se fue. Esta vez no hicimos planes para volver a vernos.

15 minutos después de que se fuera me mandó un mensaje diciendo: "Me encantó tu beso y me sorprendió. Buenas noches". Yo le respondí diciendo: "A mí también me gustó mucho, me haces sonreir. Descansa". Unos minutos después llegó un: "gracias por tu compañía, estamos en contacto".

Y yo quedé con la cabeza jodida.

¿Por qué le sorprendió mi beso? Trato de recordar y creo que el beso fue mutuo. Pero no estoy del todo segura. En medio del abrazo y luego de un beso esquineado yo recuerdo levantar mi cara hacia él y ahí nos dimos el beso. Para mí fue mutuo en la medida en que estabamos tan cerca y tan abrazados que bastó que yo levantara unos centímetros mi cara para que nos besaramos. Pero tal vez para él fue distinto. Y entonces eso qué significa? Cómo lo interpretó él?

Y esta el espantoso: estamos en contacto. Que frase tan fea. Mi mejor amigo suele decírmela de tanto en tanto y yo he aprendido a no ofenderme. Pero me sigue pareciéndo lo más cortante del universo. Y viniendo del niño con el que acabo de darme un beso... pues más.

Entonces? He debido seguir los consejos del Ex y limitarme a abrazarlo? Pero eso ya valió. Ahora qué pasará? Yo quisiera que volviera a aparecer. Ya no sé cómo leer señales ni interpretar nada. Así que esperaré. Y no haré nada más. ... Mentiras. Putearé al universo un rato. Porque me sigue molestando el no poder actuar, estar obligada a simplemente esperar y quedar mal si hago algo distinto. Malditas feministas que no terminaron su trabajo.