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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Graves problemas de memoria

Hace un tiempo escribí sobre las obviedades que suelo olvidar, como que hacer amigos es muy importante a la hora de ser feliz. 

Hoy voy a volver a escribir sobre el tema. Porque ayer volví a recordar cosas que son muy importantes para mí. 

Cosas como lo feliz que soy cuando me doy mis espacios para hacer las cosas que más me gustan y estar conmigo misma. Resulta que llevaba muchos fines de semana seguidos con una vida social muy activa. Que vamos a Tunick, que paseo/boda en Cuerna, que cenas, cafés, etc. Y entre todo eso se me atravesó una bonita enfermedad, que estoy segura fue producto del estrés, la cual me dejó el 90% del único puente en meses, tirada entre la cama, arrastrándome al baño y durmiendo el malestar. Entonces eso no cuenta como espacios conmigo misma. 

Pero ayer... ayer volví a tener uno lo que suelo denominar como dates conmigo misma. Primero me fui de la junta en la que estaba hasta el cine en bici. Y aunque aún le tengo susto y ya no lo disfruto como antes, el placer de elegir por donde me meto, saltarme el tráfico y no estar entre un taxi, fue fantástico. En lo que empezaba la película me tomé un delicioso té y leí feliz mi libro del momento (The solitude of the prime numbers por si se lo preguntaban). Después, continué en silencio y me fui a ver Cosmópolis, la cual no me encantó. 

Pero lo que me encantó fue volver a tener mi espacio. Leer mi libro, estar en silencio, interactuar solo conmigo misma. Y entonces me acordé... que así como me encanta salir a cenar y estar con mis amigos, también me gustan los espacios conmigo misma. 

A veces por la pereza de salir sumada al cansancio del trabajo, termino quedándome en mi casa, descerebrándome frente a la tele. Pero en esos momentos necesito recordar que también es sano tener un date conmigo misma y ser muy feliz.