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viernes, 6 de abril de 2012

Quick quick slow

¿Cómo hace uno para ir despacio? ¿Cómo se hace eso cuando todo fluye? ¿Cuando todo es fácil, natural y cómodo?

Llevo varios días preguntándome esto. Mr. M apareció sin que yo lo esperara. Unos días antes le había dicho a una muy buena amiga que estaba en un momento donde no había nada en el horizonte amoroso pero que eso estaba bien, porque tenía encima el ascenso y la mudanza, con lo cual ya era suficiente para sentir que no hay tiempo ni de respirar.

Pero basto decir que estaba tranquila sin tener a nadie, para que alguien apareciera.

Y con él me siento feliz. Sin saberlo me ha mostrado que me hacía falta encontrar a alguien con un mundo propio que me interese, atraiga y del que yo pueda ser parte. Las cosas fluyen con una facilidad ya olvidada. Con esa misma facilidad con la que todo por fin ha empezado a salir bien.

El mismo día que le decía a mi amiga que no tenía tiempo para un chico, le dije que dejara de preocuparse por no pelear o tener conflictos con su marido... "tal vez es que ya peleaste lo suficiente y que ya tuviste todos los problemas de pareja que una persona puede tener"... Y ahora siento que tal vez eso es un poco lo que me pasa... ya tuve suficientes rollos, dramas, dolores y caídas -literales y figuradas- para poder ahora estar bien.

Llevo casi un año trabajando en mí, concentrándome en todas esas cosas que me hacían daño, que me impedían estar bien. Tal vez es que ahora puedo recoger los frutos. Casa nueva, ascenso laboral... y chico.

Pero también siento que debo ser precavida, ver con cuidado lo que esta frente a mí. Oír, leer y entender quién es. No tirarme de cabeza porque en media hora se irá de mi vida para siempre. Quiero conocerlo. Ante todo quiero darme el espacio para respirar en medio de todo lo que fluye. Como bien le dije esta noche quiero hacer las cosas bien. Y hacer las cosas bien significa hacerlas de forma que yo me sienta tranquila.

Pero eso no es tan fácil. Me encanta hablar con él todos los días y saber que vamos a salir hoy, mañana y pasado me emociona. Aún así, lentamente he detectado puntos para los que aún no estoy del todo lista, donde quiero ir con cuidado. Crear ciertos espacios, ciertas rutinas, abrir ciertas puertas.... son cosas para las que aún no estoy lista.

Y claro, no quiero asustarlo ni alejarlo con mis grandiosos issues emocionales. Para rematar, aunque yo quiera y por fin este consciente de que hay cosas que debo decir, él tiene su propia historia y le cuesta hablar las cosas. Y eso es algo que también quiero respetar.

Entonces ahí esta el gran problema: ¿Cómo ir despacio en las cosas que necesito y dejar que el resto fluya a gran velocidad?


sábado, 24 de marzo de 2012

Empacando

Suspiras mientras sientes que tu cuarto ha explotado. Cajas por todos lados, bolsas de basura, ropa, las maletas que sabes que tienes que renovar antes de tu siguiente viaje y un caos infinito. Sientes el cansancio de los últimos meses, así que le subes el volúmen a la música para distraerte.

Empacas en automático mientras tu mente divaga... tratas de evitar recordar que deberías hacer esa traducción para que el lunes no sea un infierno, te acuerdas del día que compraste ese vestido negro que ahora vas a tirar porque se ha desteñido y ya no tiene gracia, piensas que hace rato nadie te visita y que eso te hacce falta. Ante todo las visitas son cortes de la rutina. Y a ti la rutina laboral te tiene exhausta.

Continúas con tu tarea. Decides limpiar todas las bolsas antes de empacarlas. Agarras la roja que te prestó tu amiga hace ya muchos meses y que aún no le devuelves. Sin pensarlo mucho la abres y encuentras unos polvos y el blush que llevabas buscando hace meses. Te das cuenta que no has tocado la bolsa desde la noche que la usaste. Y ahora, sabes muy bien por qué. Fue la primera vez que saliste después de que él se fue. Cuando decidiste no quedarte llorando en tu casa y dejaste que tu amigo te llevara a aquella boda, donde toda la noche trataste de fingir que tu corazón no estaba totalmente destruido. Esa fue la noche en que llegaste y animada por los tequilas y besos que tu amigo te dio, le enviaste el primero de los correos que habrías de escribirle. Por eso no habías vuelto a tocar la bolsa. Primera mina emocional que pisas y ya estas llorando.

Le subes nuevamente a la música y prefieres concentrarte en la selección de cosas que tirarás. Papeles, chicles viejos, revistas que nunca leíste, medicamentos ya vencidos. Todo va a la basura. Sin dudas. Eliges otra bolsa para echar la ropa que le regalarás a la empleada. Los jeans que nunca te acomodaron y que hoy te quedan gigantes, un sweater negro que no has usado en 3 años, ese vestido verde que nunca te gustó. Si tan solo fuera tan sencillo tirar el resto de las cosas. El pasado. Los recuerdos. El hueco. La maldita costumbre de pensar en él.

Has empacado todo menos un cajón. Y no lo has hecho porque sabes que ahí esta la caja donde enterraste sus recuerdos. Los boletos de la película que vieron la última noche que estuvieron juntos. La página de Vanity Fair con el cuestionario de Proust que jugaron a responder en el vuelo de regreso de Zipolite. La nota que te dejo. Sabes que sería mejor no abrir la caja, pero que ya para este punto te es imposible no hacerlo. Por un momento dejas de oír la música, de sentir el cansancio corporal, el sueño atrasado de este mes y medio, solo sus palabras existen. Sus letras que hoy te parecen tristes, pero tienen el mismo efecto del día que las viste por primera vez. Penetran tu corazón con fuerza, te obligan a llorar y vuelves a ser la misma que no puede creer que él no pueda ser. You are somebody loved. You are somebody loved. You are somebody loved. You are somebody loved. Lees y relees sus palabras. Tratas de pensar que él llegó a tu vida para transformarte y ponerte en el camino hacia tu bienestar, pero en este momentoeso te suena a una explicación forzada y racional, que nada tiene que ver con la intensidad, profundidad y complejidad de un amor que ya no esta.

Te sientas en la cama. Quieres escribirle. En realidad lo que quieres es verlo, tenerlo cerca, abrazarlo. Pero eso no se puede. Así que te concentras en el deseo de escribirle que es lo único que puedes hacer. Pero sabes que no tiene sentido hacerlo. Él no responderá. Ni siquiera sabes si leyó tu correo de diciembre. Y de haberlo hecho, no sabes si le molesta, incomoda o genera problemas que lo hagas. Te da pánico que él te pierda el respeto y llegue el día donde seas "la vieja esa que me escribe aún cuando jamás le he respondido". Porque aún si no responde, aún si llevas tantísimos días de tan claro silencio, en tus manos tienes la prueba de que para él fuiste igual de importante. You are somebody loved. Y no quieres que eso cambie.

Continuas empacando. Ya casi terminas. Quieres adelantar el tiempo al siguiente sábado, cuando te pases a tu nueva casa, esa que tanta ilusión te genera. Esa donde estarás en tu espacio y podrás contruir un mundo propio. Con la ya conocida mezcla de dolor y resignación, sabes que aún cuando él jamás haya pisado tu nueva casa, de alguna forma ahí estará. Sus recuerdos ya los empacaste.

viernes, 2 de marzo de 2012

"Las ataduras están en tu cabeza"

Llevo varios días sin dormir bien. Una vez tomé la decisión de mudarme empecé contenta a buscar casa. Encontré una maravillosa, que se adaptaba perfecto a mis necesidades, me recibían con Ginebra, era amplia y muy muy bonita. Y me dijeron que no.

De ahí, todo ha sido en caída libre.

Ver letreros engañosos, ir a departamentos diminutos (y caros), oír una y otra vez que no quieren vivir con un gato (algún día escribiré en contra de la gente que no quiere a los gatos pero hoy no es el día), ver sitios que podrían ser pero que al final no salen, hacerme a la idea de irme de la Condesa y ni por esas encontrar algo que me guste.

Parte del conflicto es que no quiero un sitio para mí sola aunque es lo que más sentido hace y lo que realmente me dan ganas. Cuando pienso en vivir sola, entro en el dilema de no querer comprar las cosas necesarias para una casa y querer disfrutar de mi independencia y no tener a nadie jodiendome la vida. La idea de la casa sola implica gastos y comprar cosas que me hacen sentir que me amarro.

Y no es que no este contenta. Pero la idea de amarrarme me cuesta mucho. Anoche encontré un sitio que suena muy bien pero que es un apto vacío. Habría que comprar nevera, algo de cocina, contratar internet, etc. Y yo siento que me amarro. Y no me gusta. Me genera repelus.

Entonces esta mañana hablé con la bonita Gabidearest quién luego de oirme mi confusión mental, mi no me quiero amarrar pero quiero vivir sola, pero pero pero, en una sola frase me tranquilizó:

"Las ataduras están en tu cabeza"

Y si. Las ataduras están en mi cabeza. Las cosas se venden el día que tengan que venderse, los contratos se traspasan o se cancelan. Comprar un par de cosas no significa que los planes cambien o que yo renuncie a mis sueños como señaló el Sol. Al final como dice mi mamá:

Es invertir en mi felicidad.


Y en esa es en la que tanto he estado trabajando.

miércoles, 20 de abril de 2011

¿detenida?

Tattoo-boy regresa el domingo de su viaje. Y mientras él ha viajado, conocido, experimentado, yo... yo sigo detenida. Y mientras escribo esa palabra me pregunto hasta dónde es cierto.

Fui a Colombia. Acompañé a mi mejor amiga casarse. Me reencontré con V, lo abracé y bailé en sus brazos. Lo oí decirme que me quiere como a nadie y pude sentir que seguimos siendo.

Terminé mi curso, me aseguré de encontrar otro y ahora estoy en un intermedio donde me ha costado profundamente seguir escribiendo.

La distancia con mis amigos siguió creciendo sin que yo sepa cómo frenarla. Duele pero no sé si es posible hacer algo. La situación me ha regresado a mi adolescencia, con la diferencia de que yo ya no soy la misma y no sé si tiene sentido alguno pedirle a la gente que regrese.

Y me mudé. Escribo en una sala que hasta ahora empiezo a sentir como mía. En un edificio distinto, sin poder callar la pregunta ¿tomé la decisión correcta?

Y empecé a idear un ruta para mí. Con una fecha -octubre- y unas posibilidades específicas.

El problema entonces es que tal vez ha sido una época de soledad, de hacer las cosas por mi cuenta, de estar cerca de las amigas de la oficina, lejos de lo que consideraba mi mundo y sin un hombre-del-momento.

Y si tu corazón ya no va mas
si ya no existe conexión con los demás
si estas igual que un barco en alta mar
tirate un cable a tierra.


Y entonces, mientras buscaba esa canción, esa frase en particular para pegarla aquí, encontré la última estrofa.... en la cual tal vez deba empezar a creer:

No creas que perdió sentido todo
no dificultes la llegada del amor
no hables de más, escucha el corazón
ese es el cable a tierra


viernes, 15 de abril de 2011

Baggage

Esta será mi última entrada desde esta casa. Por fin terminé de empacar. Me duele hasta el pelo y estoy hormonal, cansada y sensible.

Y cuando terminé de empacar vi mi vida en México en muchas cajas, bolsas negras de basura y maletas. Y de repente sentí que es cierto, que tengo muchas cosas. Pero ya hice el proceso de tirar lo innecesario. De regalar ropa, botar papeles y desprenderme de recuerdos innecesarios. Y aún así quedaron tantas cosas. Y ahora que me estoy pasando a un lugar más pequeño esta la gran pregunta de ¿cabrán mis cosas?

Pero la cosa es que no puedo dejar de ser yo. Y yo soy una persona que tiene mucha ropa, que jamás ha podido desprenderse de un libro que le haya gustado, que le gusta hacer nidito, decorar y que para sentir que un lugar es suyo, necesita adaptarlo, poner sus cosas, fotos y demás. Así que seguiré acumulando. Tal vez llegue el día en que me tenga que ir de aquí y tire todo. Tal vez llegue el día en que simplemente me canse y tire todo. Pero por ahora, quiero hacer del nuevo apartamento mi casa. Y para eso necesito mis cosas, mis fotos, mis adornos y demás elementos que me hacen sentir que ese es mi espacio.

sábado, 2 de abril de 2011

Aprendiendo a dejar ir

Una de las cosas detestables de mudarse es que es necesario empacar todo. Estos son los momentos en que quisiera tener la habilidad de teletransportar mi vida. Algunos han comentado que cuál es el problema si me voy a pocas cuadras. Pero ¿cual es la diferencia entre una cuadra y 200? Al final del día, las cosas no se mueven solitas aunque yo intente convencerlas que no van muy lejos. Y toca empacar exáctamente igual.

Así que entre ayer y hoy me he dedicado a empacar. En cajas y bolsas de basura está casi todo lo que tengo. Debo dejar lo necesario para vivir los siguientes 15 días (por cuestiones de logística tocaba empacar hoy a pesar de que me mudo en dos semanas). Y durante este ejercicio tocó tomar la decisión de botar muchas cosas, ya que me paso a un sitio mucho más chico donde no tendré el espacio para toda mi basura.

En mi familia existen dos tipos de personas... las que acumulan y las que botan. Cuando mi abuela se murió encontraron toda clase de objetos inútiles, desde las notas de colegio de 4 hijos hasta los dientes de leche de esos mismos niños (evidentemente, era imposible saber cuál pertenecía a cual y a mí me pareció algo absolutamente creepy). Mi mamá es del mismo estilo, estoy segura que el día que se muera enocntraré mis dientes de leche, mis notas de colegio y las cartas que le escribí a papá noel. Por el otro lado, esta mi tía que bota todo; cuando mis primos eran niños vivían en pánico de que tirara sus juguetes y muñecos con la excusa de "hace dos semanas no juegas con esto". Eran tan drásticas sus actividades de limpieza que cuando iniciaba una mi abuelo solía decir que mejor se escondía antes de que lo botara a él.

Y yo... yo soy hija de mi mamá. Yo guardo todo, en alguna parte de Colombia están algunos de mis cuadernos del colegio, un yeso que tuve y que todos mis amigos fimaron, regalos de niños cuyo nombre no recuerdo, etc. México no ha sido la excepción y he logrado acumular una inmensa cantidad de cosas que no necesito pero de las cuales no me puedo desprender en paz.

Pero ando queriendo dejar atrás muchas cosas. Ando queriendo desprenderme y abrirme a cosas nuevas. Por esto, logré llenar 3 bolsas de basura completas. Hice un ejercicio de reflexión ¿qué realmente me servirá en el futuro? ¿qué realmente quiero recordar? ¿qué es realmente importante mantener? y así fueron saliendo desde fotocopias de la maestria que jamás leí (si no las leí en su momento, no veo cuándo en el futuro me voy a dar el espacio de hacerlo), entradas a cine, a teatro y flyers que me dieron en Nueva York, las rosas que estoy casi segura (pero no 100%) que tattoo-boy me dio en una noche de tragos, las postales de the beatles que llevo paseando por el mundo 4 años, el sweater rojo que compré hace como 8 años y que he usado menos de 5 veces en total, la camiseta blanca que no he usado ni una vez desde que llegué pero que me gustaba tanto antes, etc. Y debo reconocer que al menos el 75% de las cosas que boté me generaron el conflicto de... ¿será una buena idea? ¿me arrepentiré?

Al final, simplemente entendí... si no los he usado, si ya no tienen sentido, si nunca fueron realmente importantes... es hora de que se vayan. Y tal vez así debería ser todo en la vida.

***

Un último pensamiento.... desde que decidí mudarme he dudado en algunas ocasiones si tomé la decisión correcta, finalmente este es un apartamento hermoso en una ubicación inmejorable para mis necesidades. Pero hoy cuando la roomie desagradable llegó, no saludó, hizo mala cara y procedió a encerrarse en su cuarto con varios amigos a fumar marihuana y hacer ruido, recordé que definitivamente, lo mejor es irme a un lugar donde yo sea feliz.

domingo, 27 de marzo de 2011

y mi shower?

Cuando tenía 5 años una tía mía se casó. Yo tengo muy pocos recuerdos del tema, entre ellos mi mamá quejándose que "no hay nada más frito en la vida que los showers". Y la verdad es que cuando crecí empecé a entender por qué a mi mamá le aburrían tanto, son reuniones de señoras girly que dan regalos cuando otra señora girly decide casarse o reproducirse. No es propiamente el mejor plan del mundo, excepto para la que recibe los regalos.

Perdiendo mi tiempo en Facebook encontré un album de mi mejor amiga llamado Showers y más showers, y terminé viendo fotos de reuniones con regalos, señoras y demás. Ahora que se va a casar, los showers parecen ser una de sus principales actividades. Y aunque ha sido raro perderme de toda la construcción de su matrimonio, esto en particular no es algo que yo lamente mucho perderme.

Sin embargo, el tema me ha puesto a pensar que lo que Carrie dijo alguna vez en Sex & the city. Si uno no se casa o no tiene hijos, nadie vuelve a darle regalos por algo que no sea navidad o cumpleaños. Mientras mi mejor amiga recibe toda clase de regalos porque se va a casar, yo me mudaré con mis propios medios a un nuevo apartamento y nadie me dará ni medio helecho.

Think about it. If you are single, after graduation there isn't one occasion where people celebrate you. ... Hallmark doesn't make a "congratulations, you didn't marry the wrong guy" card. And where's the flatware for going on vacation alone?

Y no es que yo quiera un shower propiamente, pero hubiera sido chévere cuando me independice que hubiera algún tipo de reunión estilo te-apoyamos-queremos-y-acompañamos-en-este-momento. Pero bueno, ya haré alguna fiesta en la nueva casa y yo crearé el espacio para celebrar que yo solita busco mi felicidad, mis espacios para estar bien y para estar en paz conmigo misma. Y eso, ahora que lo pienso, es un gran motivo de celebración.


sábado, 19 de marzo de 2011

Nervios!

¿Cuánto vale la tranquilidad?

En mi caso aparentemente cuesta 200 pesos (20 dólares) y la reducción extrema de mi closet.

He decidido mudarme.

El cuento es que desde hace un tiempo dejé de entenderme con mi roommate nueva. Cuando llegó pensé que sería alguien muy chévere, la china es inteligente, ha viajado y su decoración me encnata. El problema es que tenemos vidas opuestas. Ella no trabaja, no tiene horario y en cambio le encanta la fiesta. Y yo trabajo, tengo horario y aunque me gusta ir de fiesta, no me entusiasma cuando es en jueves en mi casa. Así que hemos tenido distintas discusiones que culminaron en una pelea hartisima el lunes.

Así que decidí mudarme. Y la decisión no me tiene 100% contenta porque esta casa me encanta, me gusta mi balcón, el sol que entra por la ventana, tener un closet ENORME y un amplio espacio. Pero nada de eso vale cuando la mayoría de las noches de despiertan, hay discusiones hartas y tensión en el ambiente.

Empecé a buscar y encontré un sitio que me encantó. Es más chico, viviría con un hombre (por primera vez tendré un roomie masculino) y mi cuarto es mucho más pequeño. Pero la casa esta muy bonita, nos entendimos súper bien con el personaje y fue un lugar al que yo llegué y en donde me quise quedar. Y eso es lo importante.

Así que le dije sí y ahora solo tengo que resolver cuándo me mudaré. Tengo nervios del cambio pero creo que será algo bueno para mí. Y siendo aún más honesta.... más allá de todas las cosas... siento que es hora de un cambio.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ch-ch-ch-changes (Ah the changes are taking the pace I'm going through)


Escribo desde mi nueva casa. Ayer me mude. Cierro los ojos y me cuesta un poco de trabajo unir los puntos y ver todos los cambios que he vivido en los últimos meses. Adri vino, Adri se fue. Me enteré de cosas y perdí a mi mejor amigo. Tuve una profunda crisis de confianza. Me ofrecieron trabajo. Empecé a trabajar. Pasé de tardarme 15 minutos hasta la universidad a tardarme algo más de dos horas en llegar al trabajo. Lentamente recuperé la confianza. Conocí a Pandro-Fashion-Boy. Decidí mudarme.

Me mude.

Siento que no he tenido tiempo de digerir todos estos cambios. Respirar. Todo es muy intenso. Y el trabajo sí que lo ha sido. Jornadas larguísimas, miles de tareas y un mundo totalmente nuevo. Mi cliente es un gigante, con lenguaje propio y un tanto hiperactivo. Pero debo decir que estoy increíblemente contenta. Más de lo que había estado en mucho tiempo. Encuentro mi trabajo interesante, con retos, me gusta la gente y sobre todo, me gusta lo que me toca hacer. Me parece válido y creo que es útil.



Pero para poder disfrutar de mi trabajo y tener vida era necesario mudarse. Así que aquí estoy. En una nueva casa, en un nuevo mundo. Y es extraño. Por primera vez en mi vida estoy viviendo en un apartamento. Y de nuevo, tengo room-mates, aunque para ser clara son como diría Sarah, flat-mates. Tres niñas. Va a ser extraño volver a compartir casa. Yo tan acostumbrada a mi soledad. Es extraño estar escribiendo y oír ruidos de otras personas.

Pero además, de los ruidos internos, están los ruidos externos. Cuando era niña vivía en el campo en una hermosa casa. A los 11 años nos mudamos a Bogotá y fue un cambio muy radical. De repente, había ruido de carros, contaminación, gente, etc. Y ahora, 16 años después siento lo mismo. Mi casa en Tlalpan era en medio de un jardín (tres para ser más exácta) y yo tenía que lidiar con escorpiones, arañas y demás fauna local. Aquí, estoy en un cuarto piso, mi ventana da a una calle y lo único verde que hay es mi cobertor de cama.

Pero algo maravilloso sucede, algo que es la razón por la cual me mudé: todo queda a Walking Distance!!! Ayer CAMINAMOS con Sarah hasta un restaurante, y luego CAMINAMOS hasta una tienda donde compramos ciertas cosas que me faltaban y luego volvimos CAMINANDO. No había podido hacer eso desde que vivía en Bogotá.

Dejaré de levantarme a las 6 de la mañana, dejaré de pasar horas en el transporte público y volveré a tener espacio para mí.

Y dentro de ese espacio para mí hay unos nuevos objetivos que NECESITO cumplir:

* Tesis: necesito terminar mi tesis. URGENTE.
* Ahorrar: me he gastado muchísimo desde que empecé a trabajar y debo pagar por mi boleto a Colombia.

Por ahora sólo dejaré esos dos, que ya son bastante.