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viernes, 6 de mayo de 2016

Un año después...

En la última entrada de este blog yo escribía mis deseos de cumpleaños. Y la semana pasada alguien, un anónimo, me preguntó si es que mi deseo era no escribir más aquí... 


Y ese nunca fue mi deseo. Pero fue algo que pasó. Y me han tomado muchos meses, muchas noches de no dormir, muchas días de no sentirme yo y muchas sesiones de terapia para entender qué pasó. 

Yo he escrito desde antes de saber escribir. A mi mamá le dictaba historias para que ella las escribiera en su máquina de escribir. Como he dicho tantas veces, yo solo sé sentir, pensar y procesar mi vida a través de la escritura. Fue escribiendo que pude sacar tantos dolores, miedos, traumas y angustias. Escribiendo descubrí lo que quería y lo que me hacía falta. Escribiendo es que yo me construí a mi misma. 

Y un día dejé de escribir. El silencio se apoderó de mi vida porque todo lo que quería era escribir sobre lo que me había pasado. Y por respeto a quién era la otra mitad de la historia no lo hice. ¿Cómo podía sentarme aquí y ventilar todo mi dolor cuando cualquiera que leyera lo que me pasaba sabría de quién estaba hablando? Tantas veces él me había reclamado que yo hiciera eso con mis amores, "te expones demasiado", "dejas todo en un espacio público y visible para cualquiera"... ¿cómo podía hacerle eso precisamente a él? Y entonces no lo hice. Y en el camino me perdí a mí misma. 

Un año ha pasado y realmente no puedo decir que yo ya esté bien. Es muy difícil procesar que perdí a mi mejor amigo. Escribo esto y me angustia pensar en publicar esta entrada. Pero ya no sé cómo hacer este duelo. Yo sé cómo terminar con un novio, yo sé cómo enterrar a una mascota, yo sé cómo intentar aceptar que se me murió alguien a quien quiero y no sé muy bien cómo pero he logrado que los días y los años pasen desde que mi abuelo se murió. Pero no sé cómo decirme a mí misma que ya no tengo a mi mejor amigo. Que todos los días que me quedan de vida él ya no va a estar. 

Años y años de amistad y un día ya no fue más. De alguna forma, esta pérdida se ha parecido a terminar con un novio en el sentido en que es un duelo por alguien que sigue vivo y que simplemente decidió que ya no quiere ser parte de mi vida. Pero cuando uno termina con un novio, eventualmente llega otro y aunque con cada persona es distinto, al final se establece una relación de pareja con ese otro. 

Pero yo no voy a volver a tener un mejor amigo como él. Y no porque no pueda tener otras amistades profundas y sinceras. Pero porque la amistad que nosotros teníamos se inició en un momento de la vida que ya no voy a repetir. Mis 33 (casi 34 años) hacen que ya no quiera mochilear con nadie por Europa con un presupuesto de 5 euros por comida para poder bebernos el resto. La intensidad de la vida laboral ya no permite que yo coma todos los martes con una misma persona como lo hicimos durante nuestros cinco años de universidad. Ya no volveré a tener la cantidad de tiempo libre que tenía al terminar el colegio o estar en la universidad. Lo que pasó en mis 20, ya no lo voy a volver a vivir. 

Y entonces no voy a poder construir una amistad como la que tenía con él. Porque con nadie voy a tener esas historias, esos momentos, esa cantidad de recuerdos que hoy me siguen partiendo el alma. 

Hay días en que estoy mejor, hay días -hoy por ejemplo- en que pude contar una historia que viví con él sin sentir que se me parte el alma. Pero no siempre es así. Justo ayer entré a un baño y la decoración era algo que a él le hubiera fascinado y que me hubiera permitido burlarme de él por algo que muy pocas personas saben (o sabían, tal vez en este punto él ya lo cuenta a cualquiera... quién sabe), y entonces sentí que no iba a poder respirar. Y estaba en evento por lo que no podía atacarme a llorar como hubiera querido, así que me tocó sacar toda mi fuerza, contar hasta 50 y poner mis lágrimas en hold.  

Hay un capítulo de Grey's Anatomy en que la mamá de Meredith se despierta de su Alzheimer y la ve y en vez de decirle que se siente orgullosa de que esta a punto de ser doctor,a que tiene un novio maravilloso y que ha construido una vida chévere, le dice que se avergüenza porque ella se ha convertido en alguien ordinary (y lo dejo en inglés porque ordinary no es lo mismo que ordinario así esa sea la traducción). 

 

Y yo me siento así. Como que un día desperté y me di cuenta que soy ordinary. Tengo un trabajo normal, una relación maravillosa y estable que (afortunadamente) hace que ya no tenga que salir con personajes que saqué de debajo de una enorme piedra, la economía (y tal vez lo cómoda que estoy en mi zona de confort) ha logrado que cada vez viaje menos. Como si no fuera suficiente que solo quisiera contar una sola historia que no me permitía contar, logré que mi vida ya no generara más historias para escribir. Y entonces dejé de hacerlo. Ni realidad ni ficción. Dejé que el silencio me ganara. 

Pero ya no quiero más eso. Quiero volver a sentirme yo, quiero volver a sentir y pensar a través de mis palabras. Y si vuelvo a escribir, tal vez pueda encontrar una forma de sanar esta herida y yo logre recordar el pasado sin tristeza. 

Aún cuando sé que él no me leerá, mientras escribo estas palabras no dejo de pensar que le molestaría que yo escriba esto. Pero tengo que hacerlo. Me lo debo a mí. Y él ya no está así que no puedo ni por un minuto más dejarlo estar por encima de mí. 

Así que aquí voy, de nuevo... convencida, como siempre, que la escritura será la forma de sanarme. 


PD. Querido anónimo, GRACIAS. Necesitaba ese empujón. 




lunes, 28 de julio de 2014

Por el derecho a opinar

Resulta que el otro día le estaba diciendo al Sr Gelatina que tenía que cuidar mis gastos porque a finales de agosto voy a aplicar para la residencia permanente y eso me cuesta $5,000. Y con tanto gasto que he tenido recientemente, pues es mucha plata. Le dije que sabía que en otros países me costaría muchísimo más (porque ya me he tenido que soplar el "en Estados Unidos pagarías $50,000 dólares y un riñón") pero que en esos países tendría beneficios que aquí no tengo en términos de seguridad social y esas cosas que tanto le gustan a los políticos. 

Y escudándose del bonito "no te lo tomes personal" (que claro, no me hizo inmune al muy personal comentario), el Sr Gelatina me soltó el "pues entonces vete a esos países". No lo dijo así, no es tan bruto pero básicamente fue el resumen de lo que dijo. Alegó que uno es dueño y señor de su vida y que uno elige donde vive según lo que uno quiera y necesite. 

Sé que lo dijo con buena intención y que realmente no quería que me lo tomara personal. Y si fuera la primera vez que lidio con el tema, no hubiera habido problema. Y probablemente el hecho de que yo estuviera sensible y hormonal solo empeoró las cosas. Mejor dicho: el hecho de que yo estuviera sensible y hormonal, solo empeoró las cosas. 

Pero a veces siento que mi posición de extranjera en México me pone en una situación donde el 100% de las veces, en el 100% de las circunstancias y condiciones y en el 100% de los días, todo de este país me debe parecer maravilloso, porque sino qué estoy haciendo aquí. ¿Que me molesta que mi cuadra se inunde cada vez que llueve y que no haya luz por lo que todas las noches me arriesgo a caerme en un charco? pues regresa a tu ciudad. ¿Que me emputa que haya empresas machistas que solo creen tener clientas mujeres por ser un supermercado (si, Superama, hablo de ti)? pues ahí esta la vía al aeropuerto. ¿Que creo que es vergonzoso que se hagan reformas estructurales a puerta cerrada de los ciudadanos? Mija, venga y le aplicamos el 33. 

Da lo mismo si están de acuerdo conmigo o no, los años que lleve viviendo aquí, que trabaje para empresas mexicanas, pague impuestos mexicanos y hasta salga con un mexicano, dependiendo de mi interlocutor, siempre corro el riesgo de oír el dichoso "pues entonces vete a tu país", cuando digo que algo no me parece o gusta. 

Por una parte lo entiendo, al final yo bien puedo elegir vivir en otro lugar. De hecho, durante mucho tiempo me debatí si esa era la mejor opción para mí. Pero creo que esa no es la respuesta. Más allá de creer que luego de tantos años de vivir aquí, me he ganado el derecho a opinar (ni siquiera digo votar, tan solo opinar), creo que abrirse a las opiniones de los extranjeros es positivo. Estamos en un mundo lleno de intolerancia y odio, por lo que entre más opiniones tengan derecho a existir, mejor para todos.

Y la verdad es que yo no puedo dejar de tener una opinión. La forma en que yo amo es pensando sobre lo que amo -bien pueden preguntarle al Sr Gelatina quien además de tener que aguantarse mis hormonas, sufre con mi over-thinking- pero es lo que soy y no sé hacer las cosas de otra forma. En mi pasada oficina se burlaban de mí diciendo que iba a montar el sindicato, y sé que varios pensaban el "¿y si esto no le gusta pues por qué no mejor se va?", pero a mí me gustaba trabajar para que las cosas fueran mejores, yo analizaba y señalaba las cosas con las que no estaba de acuerdo. Siempre traté que fuera un mejor lugar porque lo consideré mi casa por muchos años. 

Claramente, me pasa lo mismo con México. Porque es el país que ha sido mi casa por tantos años, porque me ha moldeado como persona, ha transformado de mi forma de ser y de ver la vida... porque aquí tengo a algunas de las personas que más quiero, he crecido profesionalmente y me he dado la libertad de escribir y arriesgarme a hacer las cosas que solo se pueden hacer cuando uno tiene a su familia y amigos a miles de kilómetros de distancia. Después de años de dudar dónde quería estar, México es el lugar donde he elegido vivir y donde decidí vivir la vida que quiero, como la quiero y con quien quiero. ¿Entonces cómo no opinar sobre este lugar? 







lunes, 23 de junio de 2014

Mi cruzada por vivir la vida que quiero

Hoy actualicé mi perfil en este blog. Borré que soy soltera desde hace varios años porque la verdad es que desde hace mucho no lo soy. Pero ese no fue el cambio importante, el cambio por el que estoy escribiendo este post, fue incluir la frase: 

"Desde hace meses emprendí una cruzada por vivir la vida que quiero y hasta ahora me ha dado muy buenos resultados". 

Y la verdad es que me siento realmente contenta con mi vida. Escribo estas palabras y una parte de mí se muere del susto de estar adelantándome a las cosas y que el trabajo que he encontrado resulte no ser lo que estoy buscando. Pero la verdad, es que tengo confianza en que hice bien las cosas. En que el punto principal por el cual hoy estoy feliz es que hice un análisis serio sobre qué era lo que necesitaba para estar bien y entonces pude aprovechar las oportunidades que se dieron. 

Durante muchas, muchas, muchas sesiones de terapia, conversaciones con mis amigas, tardes de escritura y caminatas en soledad, evalué todas las variables. Irme de México, quedarme, estar con el Sr Gelatina, dejarlo ir, buscar trabajo en corporativos, buscar trabajo en agencias, vender un riñón y vivir de eso. 

Al final, las cosas se fueron aclarando. Siempre tendré la posibilidad de irme de México pero en este momento de mi vida quiero darme la oportunidad de seguir construyendo algo que me hace bien. La decisión la tomé por mí, porque no quiero volver a quedarme con la duda de qué hubiera pasado si le daba una oportunidad al amor. 

Y una vez decidí quedarme en este país para que mi vida personal fuera una prioridad, fue cuestión de pensar qué era lo que me hacía falta para estar bien y vivir la vida que quiero. Porque el Sr Gelatina muy bonito y todo lo que quieran pero no es suficiente. Entonces entendí que el camino era seguir poniéndome en primer lugar. Y yo lo que necesitaba era tiempo y espacio para hacer más cosas que trabajar. Porque a mí me encanta lo que hago pero también me encanta escribir, ir a mi curso, hacer proyectos, tener el tiempo para estar con la gente que quiero, inventarme cosas para hacer que me asusten y emocionen por partes iguales. 

Así, cuando lo tuve claro, apareció la oportunidad que pronto se convirtió en realidad. Hoy soy feliz de decir que estoy enfrentando un reto nuevo, que estoy aprendiendo de otros temas, conociendo gente y nuevas formas de hacer lo que hago. Pero además, estoy en un lugar al que puedo llegar a pie desde mi casa, en el que tengo la libertad de irme vestida como soy y que me permite tener tiempo para mí. 

Y con el tiempo para mí, puedo vivir la vida que quiero vivir. 

Hace una semana pasó algo que pensé que el Sr Gelatina y yo no podríamos superar, era de las cosas que él se negaba a hacer. Uno de esos "no porque no porque no" que a mí me matan. Pero esta vez no lo acepté. Parte de vivir la vida que quiero vivir incluye estar con una persona que me da ciertas cosas. Y aunque no me imagino mi vida sin él, eso ya no fue razón suficiente para aceptar lo que a mí me parece inaceptable. Así que dejé a un lado el miedo de perderlo, de quedarme sola, de no tener amor en mi vida y entendí que si no se podía, yo no quería ser la persona que aceptaba eso. Y por tanto, no podría estar con él.  

Y se pudo. Y estamos y somos. Y entonces entendí que vale la pena ponerme de primeras porque así el amor que recibo es el que merezco y por el que he luchado por tanto tiempo. Porque el trabajo que tengo es el que me permite aprender, hacer lo que me gusta profesionalmente pero también el que me da el tiempo de estar aquí escribiendo, sabiendo que al terminar este post podré además prepararme algo de cenar, leer un rato, jugar con Ginebra, escribir un poco más y luego ver tele. 

Y cuando me doy cuenta de lo que he ganado, también me doy cuenta que en el improbable caso de que el miedo del que hablé al inicio de este post, se hiciera realidad, no sería tan grave. Porque ya sé que es lo que quiero, ya sé que es lo que necesito y ya sé que cuando lo tengo claro, puedo luchar para que las cosas se den. 

Y entonces, se dan. 



lunes, 3 de febrero de 2014

Better said than sorry

No soy una persona callada. Pero resulta que soy una persona que se calla muchas cosas. Las importantes, casi siempre. Pero estoy aprendiendo que esa no es la mejor estrategia para estar bien. 

Así en diciembre un buen día le dije todo lo que pensaba al Sr Gelatina. Como después contaría al relatar la historia de la casi-terminada, fue mi ventana para entender las películas de Jean Claude Van Damme. Esas donde le matan a la esposa, a la hija y le dejan el cadáver del perro en la puerta. Y como ya no tiene nada para perder, Van Damme se va a Rusia a vengar sus muertos. Porque nada le importa, ya no le pueden quitar nada. Así me sentía yo, ya había tomado la decisión de que todo se había acabado entonces ¿qué importaba decir lo que sentía y pensaba? ¿qué más podía perder si le decía mis sueños?



Y en vez de un montón de rusos muertos, yo me encontré con la vulnerabilidad del Sr Gelatina. Entendí sus puntos, sus debilidades y decidimos intentarlo. Como dije en su momento, decidí apostar por la esperanza

Los días han pasado y en algunas cosas todo sigue igual. En otras, cada uno ha cambiado. Sé que él lo esta intentando. Y yo por aquí ando, aprendiendo a hacer las cosas diferentes. Hay puntos donde todavía nuestros containers de emotional issues chocan. Y yo sigo con la sensación de que le 90% de las veces sería mejor no decir mucho para que así él no se asuste. 

Pero callarme las cosas solo condujo a que yo un buen día explotara, le revelara todo el daño que me estaba haciendo y sintiéndome Van Damme sacara mi metralleta lista para darle fin a la relación. Y yo ya no quiero volver a ese punto. 

Así que hoy mandé un mail. Better said than sorry. Porque al final, ya no quiero seguir descubriendo que él no tenía ni idea de cómo estoy viendo yo las cosas. Que no se dio cuenta cuando algo me hizo daño o en este específico, que las cosas pueden ser como él quiere aún cuando yo paseé a su lado. Así que se las dije. En un correo para intentar que él no sienta que soy yo armando drama. E intentando que las lea como las pienso. 

A lo mejor es un paso más para que las cosas fluyan mejor. Me daré este instante del final de lunes festivo para soñar con nieve como nunca la he visto, gustos compartidos y mis sueños haciéndose realidad. 

Y si no lo es... si mi correo hace que él se aleje... yo ya aprendí la lección. Yo vivo más tranquila y soy más feliz, diciendo las cosas. Intentando aplicar todo lo que hago en mi trabajo en mi vida emocional: enviando los mensajes de forma estratégica para que le lleguen de la mejor manera y den el resultado esperado. 

Ahora solo es cuestión de esperar. 


jueves, 26 de abril de 2012

Birthday wishlist Año 2...

Brutas. Se llegaron los 30. Por meses tuve pánico de vivir mi cumpleaños en la ciudad, planeé una ruta de escape la cual por cosas de la vida no se dio, pero abrió otra oportunidad para unas buenas vacaciones. Ahora me siento un poco más tranquila y lista para tener mi cumpleaños aquí. Espero las cosas salgan bien y yo no termine llorando en el baño atacada por mi pasado. 

Hace un año hice mi birthday wishlist y debo decir con orgullo que casi todo lo que dependía de mí, he logrado. Así, tengo laptop nueva, una hermosa gata, he avanzado en Las dos hermanas, más vestidos, más espacio en el closet gracias a la casa nueva y si todo sale bien, la próxima semana compro boleto para en septiembre irme a ver a Pollo a Toronto. La cámara buena sigue en espera pero he descubierto que soy muy feliz con la que tengo en el iPhone. La parte de la motivación para levantarme temprano todos los días.... pues... digamos que nunca seré feliz cuando suena el despertador y yo sigo con sueño, pero hoy en día me gusta mucho mi trabajo y son raros los días en que realmente no quiero levantarme. La parte del bonito novio con quién tener una relación sana... no me quiero adelantar, pero creo que voy en muy buen camino. Y eso, es un gran paso. 

Ahora... viene la lista de este año, queda un poquito de un mes para que el que quiera vaya comprando: 

  • Más ahorros en mi cuenta bancaria. Es hora de ponerme seria con el tema. 
  • Más dedicación para avanzar en Las dos hermanas. 
  • Más tiempo libre, bien utilizando en hacer las cosas que me hacen bien. 
  • Más amigos. 
  • Proyectos paralelos que me permitan aprender de otras cosas. 
  • La buena cámara que el año pasado quería. 
  • La colección de reportajes de García Márquez. 
  • Unos buenos pantalones negros. 
  • Mantenerme en el peso en el que estoy. 
  • Y por contradictorio que suene, un cheescake enoooorme. 
  • Un paseo rico de fin de semana a algún lugar que no conozco. 
  • Sillas para la nueva casa. 
  • Mesa para la terraza. 
  • La paz mental propia, disposición del otro lado y espacio para que las cosas continúen fluyendo bien con Mr. M... y en dado caso que no, la tranquilidad de que estar bien es algo que depende de mí.
  • Un vestido rojo. 
  • Terminar de dejar ir the road I never travelled.

domingo, 1 de abril de 2012

El problema de que me lean...

Varias veces he reflexionado ya, sobre por qué escribo aquí. Este blog nació por la necesidad de tener uno más personal, uno más yo que aquel otro que tenía. Y claramente, ganó en dedicación.

Este blog ha sido un espacio para muchas cosas... Ante todo, me ha permitido volver a escribir como lo he hecho durante toda mi vida. Es mi diario, donde pienso, siento, analizo y me cuestiono. Por qué no lo hago en un cuaderno como lo hice siempre, no lo sé. Ya no se siente cómodo; consecuencias de la tecnología digamos.

Así que cuando necesito escribir, este es mi lugar. Aquí volqué todas mis tristezas, dolores y frustraciones por el harakiri-amoroso, y aunque no todos estuvieron de acuerdo, fue parte integral del proceso de sanarme. Este espacio es tan importante para mí que no se me ocurre cómo no escribir.

... Y entonces aparece alguien que me lee. Y eso me pone nerviosisima. Y aún cuando me rehuso a la auto-censura debo aceptar que llevo queriendo escribir sobre él y me he frenado. Quiero que él me conozca y quiero poder contarle yo las cosas, que él me vea y decida. Y lo que pueda interpretar de este blog es un motivo más de nerviosisimo. No sé si él tiene un blog, no sé si él escribe sobre mí. Aún con todo mi talento para el cyberstalkeo, he encontrado suficientes motivos para no hacerlo... aún. Creo que no lo he hecho porque al final, sé que si alguien lee este blog puede verme de formas que no necesariamente son la película completa. Y yo no quiero andar interpretando y adivinando.

Pero él me lee. Y me gusta que me lea. Me gusta interesarle lo suficiente para que me lea y para que la entrada sobre la empacada le genere algo de conflicto (bendito Old Fashioned que permite que yo me entere de esas cosas). Me gusta que no se quede con lo que ese día escribí y no salga corriendo.

El problema es que yo quiero escribir sobre él y siento que eso sería casi que decirle las cosas directamente y creo que es importante que esos procesos de comunicación se den de forma natural. Que él se entere de lo que quiero, pienso y siento, por lo que le digo y por como actúo. No por lo que aquí escribo. No por mí pasado ni lo que puede interpretarse a partir de mis palabras. Entonces estoy en el conflicto entre querer escribir sobre esto nuevo que me ha sucedido y que me hace sonreír... y lo que quiero que él sepa.

¿Alguna sugerencia?

sábado, 24 de marzo de 2012

Empacando

Suspiras mientras sientes que tu cuarto ha explotado. Cajas por todos lados, bolsas de basura, ropa, las maletas que sabes que tienes que renovar antes de tu siguiente viaje y un caos infinito. Sientes el cansancio de los últimos meses, así que le subes el volúmen a la música para distraerte.

Empacas en automático mientras tu mente divaga... tratas de evitar recordar que deberías hacer esa traducción para que el lunes no sea un infierno, te acuerdas del día que compraste ese vestido negro que ahora vas a tirar porque se ha desteñido y ya no tiene gracia, piensas que hace rato nadie te visita y que eso te hacce falta. Ante todo las visitas son cortes de la rutina. Y a ti la rutina laboral te tiene exhausta.

Continúas con tu tarea. Decides limpiar todas las bolsas antes de empacarlas. Agarras la roja que te prestó tu amiga hace ya muchos meses y que aún no le devuelves. Sin pensarlo mucho la abres y encuentras unos polvos y el blush que llevabas buscando hace meses. Te das cuenta que no has tocado la bolsa desde la noche que la usaste. Y ahora, sabes muy bien por qué. Fue la primera vez que saliste después de que él se fue. Cuando decidiste no quedarte llorando en tu casa y dejaste que tu amigo te llevara a aquella boda, donde toda la noche trataste de fingir que tu corazón no estaba totalmente destruido. Esa fue la noche en que llegaste y animada por los tequilas y besos que tu amigo te dio, le enviaste el primero de los correos que habrías de escribirle. Por eso no habías vuelto a tocar la bolsa. Primera mina emocional que pisas y ya estas llorando.

Le subes nuevamente a la música y prefieres concentrarte en la selección de cosas que tirarás. Papeles, chicles viejos, revistas que nunca leíste, medicamentos ya vencidos. Todo va a la basura. Sin dudas. Eliges otra bolsa para echar la ropa que le regalarás a la empleada. Los jeans que nunca te acomodaron y que hoy te quedan gigantes, un sweater negro que no has usado en 3 años, ese vestido verde que nunca te gustó. Si tan solo fuera tan sencillo tirar el resto de las cosas. El pasado. Los recuerdos. El hueco. La maldita costumbre de pensar en él.

Has empacado todo menos un cajón. Y no lo has hecho porque sabes que ahí esta la caja donde enterraste sus recuerdos. Los boletos de la película que vieron la última noche que estuvieron juntos. La página de Vanity Fair con el cuestionario de Proust que jugaron a responder en el vuelo de regreso de Zipolite. La nota que te dejo. Sabes que sería mejor no abrir la caja, pero que ya para este punto te es imposible no hacerlo. Por un momento dejas de oír la música, de sentir el cansancio corporal, el sueño atrasado de este mes y medio, solo sus palabras existen. Sus letras que hoy te parecen tristes, pero tienen el mismo efecto del día que las viste por primera vez. Penetran tu corazón con fuerza, te obligan a llorar y vuelves a ser la misma que no puede creer que él no pueda ser. You are somebody loved. You are somebody loved. You are somebody loved. You are somebody loved. Lees y relees sus palabras. Tratas de pensar que él llegó a tu vida para transformarte y ponerte en el camino hacia tu bienestar, pero en este momentoeso te suena a una explicación forzada y racional, que nada tiene que ver con la intensidad, profundidad y complejidad de un amor que ya no esta.

Te sientas en la cama. Quieres escribirle. En realidad lo que quieres es verlo, tenerlo cerca, abrazarlo. Pero eso no se puede. Así que te concentras en el deseo de escribirle que es lo único que puedes hacer. Pero sabes que no tiene sentido hacerlo. Él no responderá. Ni siquiera sabes si leyó tu correo de diciembre. Y de haberlo hecho, no sabes si le molesta, incomoda o genera problemas que lo hagas. Te da pánico que él te pierda el respeto y llegue el día donde seas "la vieja esa que me escribe aún cuando jamás le he respondido". Porque aún si no responde, aún si llevas tantísimos días de tan claro silencio, en tus manos tienes la prueba de que para él fuiste igual de importante. You are somebody loved. Y no quieres que eso cambie.

Continuas empacando. Ya casi terminas. Quieres adelantar el tiempo al siguiente sábado, cuando te pases a tu nueva casa, esa que tanta ilusión te genera. Esa donde estarás en tu espacio y podrás contruir un mundo propio. Con la ya conocida mezcla de dolor y resignación, sabes que aún cuando él jamás haya pisado tu nueva casa, de alguna forma ahí estará. Sus recuerdos ya los empacaste.

domingo, 26 de febrero de 2012

Turn-ons

2 de la mañana de un sábado tranquilo... que mejor hora para hacer la lista de 3 turn-ons.

Day Eight: Three turn-ons.

  1. Iniciativa.
  2. Un buen beso que no me espere.
  3. La mezcla entre dulzura y rudeza.

Y con esto.... hora de dormir. Alone por desgracia.





viernes, 3 de febrero de 2012

Eight ways to win your heart.

Sigo con el ejercicio. Esto será de mucha utilidad para cuando el universo decida mandarme a alguien decente con quien salir.

Day Three: Eight ways to win your heart.

  1. Ser inteligente, muy inteligente.
  2. Entender el sarcasmo, la ironía y manejar un humor negro te harán llegar muy lejos conmigo.
  3. Tener intereses variados (y preferiblemente de cosas que yo no conozca) es clave ya que me gusta cuando me enseñan cosas nuevas, pero es necesario que les guste la política y el cine.
  4. Eso sí tienen que disfrutar de las cosas light, donde se me ofendan porque quiero ir a ver una película donde las cosas explotan y a cambio exijan ir al documental mudo en blanco y negro iraní, les pego.
  5. Ser detallistas pero no cursis. Medio oso de peluche y salgo corriendo.
  6. Ayuda tener un buen rabo, ser flaco y tener el pelo en desorden.
  7. ¡Ni un yo-yo más en mi vida! Sentimientos claros, ganas de estar conmigo y nada de andar apanicándose porque sintieron algo.
  8. Tattoo-boy dice que a las niñas siempre se les debe mantener fed, warm and dry... y es una buena forma de garantizar que yo este de buen genio. Solo añadiría un corolario y es descansada, meaning nada de despertarme, ni andar jodiendo la vida cuando estoy recién levantada.

Ahora... ¿quién se anima?


miércoles, 1 de febrero de 2012

Ejercicio, día 2. Nine things about yourself.

Seguimos con el ejercicio a ver qué sale (este se parece a una lista que ya había hecho, pero digamos que muchas cosas han cambiado)

Day Two: Nine things about yourself.

  1. Me gusta bañarme oyendo música, la lista de esta semana ha incluido a Madeleine Peyroux, Shakira y Norah Jones.
  2. Aprendí a que me gustara el arroz a mis 29 años cuando fue la única harina que me dejaron comer en la dieta (por cierto, sigo y seguiré sin comer nada que nade o flote en el mar)
  3. Solo tengo los huecos de fábrica, es decir no tengo aretes ni piercings ni nada.
  4. I'm a nipple racist.
  5. Odio tener correos sin revisar en la bandeja de entrada de la oficina, pero desde hace dos años tengo 28 nuevos en el mail personal.
  6. Me encanta la piña pero no el jugo de piña.
  7. Soy buenísima en el cyber-stalking... si me pagaran por eso sería rica.
  8. No sé si quiero tener hijos, si los tengo será con alguien con quién me sienta muy segura de que estará por ahí... y si no... no pasa nada.
  9. En la vida me he pintado las uñas de los pies.

jueves, 24 de noviembre de 2011

I am Possibility-Girl

Luego de mi ataque de pánico y la resolución del mismo en una larga conversación con Possibility-Boy de la cual ya escribí fui a terapia y de repente me encontré viendo los avances que he tenido. Como he soltado lo que me hacía daño al tiempo que he vuelto a confiar en el universo y en mí.

Por primera vez en mucho tiempo me siento tranquila y sé que el futuro me va a traer cosas buenas. Que la posibilidad de encontrar una pareja con quién yo sea feliz y que me quiera, es real. Ya no siento la desesperanza que coloreaba mi vida antes de Open-Boy ni siento el dolor, la frustración y profunda decepción que su paso por mi vida dejó.

Ya tampoco siento las dolorosas similitudes que en un inicio veía entre los doy personajes. Con los días he visto a Possibility-Boy por lo que es y ya no es un reflejo distorsionado de alguien más. Y aunque una circunstancia sigue siendo la misma: la distancia física entre los dos, algo en mi interior siente con completa confianza que las cosas van a ser distintas. Tal vez termine triste, pero ya no terminaré herida. Y hay una gran diferencia entre estar triste y estar herida. Sé que lo que esta pasando con él es algo bueno para mí y aún si, como dice él, esta no fuera una historia de amor, será una historia buena para mi vida.

Al tiempo que todo esto ha pasado, me he dado cuenta que yo también estoy llena de posibilidades. No son tan sencillas como las de él, ya que mi vida soñada requiere de más trámites burucráticos, pero eso no significa que las posibilidades no estén ahí. Hay mucho que puedo hacer, en términos profesionales, de escritura y personales. Hay muchas posibilidades. Y entonces fue cuando entendí que yo también soy Possibility-Girl.




Do you have a clue what this is?
Are you everything that I miss? (I don't hope so)
We'll just have to wait and see (Wait, and see)
If things go right we're meant to be

miércoles, 24 de agosto de 2011

Frustrada

De repente, de la nada, había alguien por ahí. Y ha sido una enorme sorpresa en mi vida. Ha significado un cambio en la forma en que usualmente hago las cosas. Y siguiendo mi objetivo de aprender de todo lo que sucedió, dejé que mi adolorido corazón se quedara abierto para lo que viniera.

Y muchas sonrisas vinieron. Grandes conversaciones. Muchas reflexiones. Buenos abrazos y momentos fantásticos de sentirme tranquila. De saber que estoy en la cabeza de alguien más y que en la medida en que he ido curando mis heridas, ese alguien ha empezado a ser parte importante de mi vida.

Pero no es fácil. Nuevamente estoy en una situación donde los horarios no nos simplifican la vida y donde verse requiere de una logística digna de un jefe de protocolo presidencial. Y yo me canso. Hoy me canso. Hoy quería hacer algo rico, pasar un rato amable, desconectarme de la oficina, del estres y la ansiedad. Así que lo busqué. Y tras un "sí, vamos a cenar", llegó un "no la logro, mejor mañana o si prefieres el fin de semana". Pero mañana yo no puedo y este fin de semana tengo planeado salir de la ciudad. Originalmente el plan era con él y había sido un gran motivo de ilusión... pero no puede y aunque entiendo sus motivos, quisiera que las cosas fueran diferentes. Así, mi primer impulso fue cancelar los planes de mañana, cancelar el viaje y quedarme con él.

Pero no puedo hacer eso.

Necesito irme de viaje, necesito desconectarme y tener espacio para leer, escribir, pensar y relajarme. Últimamente estoy ansiosa, me cuesta trabajo dormir y la ida a Colombia me tiene nerviosa. Así que necesito pensar primero en mí. Y sé que lo que me hace bien es viajar. Irme. Como siempre el viaje me curará más que cualquier otra cosa.

Y aún así tengo el hueco de saber que no lo veré. Que las siguientes semanas serán complicadas, pronto me iré a Colombia y siento que la fluidez inicial, lentamente se pierde.

Hoy no tengo ganas de cosas complicadas, de sentirme frustrada, de este sentimiento de "y para qué?" Y surge entonces, aquel viejo impulso de volver a cerrar mi corazón y regresar a donde estaba.

Pero tampoco puedo hacer eso.

Lo único que puedo hacer es respirar, esperar a ver cómo se dan las cosas, seguir planeando mi viaje y tener la confianza de que de alguna forma, las cosas se resolverán. Las cosas en mi vida, se resolverán.

I need to believe that.


sábado, 16 de julio de 2011

¿Para quién canto yo entonces?

¿Por qué escribo aquí? ¿Por qué he decidido abrir mi alma en este blog? ¿Acaso no me arriesgo mucho al mostrarme al mundo?

Yo siempre he tenido diarios. Desde que era una niña. Libretas de colores que llené con mis pensamientos, sentimientos y dudas. Pasé de las tristezas porque me había peleado con mis amigas en el recreo a los dolores de terminar una relación de pareja. Pienso mejor cuando escribo, es mi manera de reflexionar, sentir y analizar las cosas. Y un buen día, hace mucho, un amigo me obligó a abrir un blog. Allí hablaba de mis experiencias en México y publicaba mis crónicas de viaje. Pronto sentí la necesidad de escribir algo más íntimo, más personal. Algo para mí y no para el mundo. Dejé la libreta y abrí este espacio.

Tras casi tres años, el blog cada día es más importante para mí. Cuando lo abrí no pensaba en si alguien me leería y hoy tiendo a olvidar que la gente lo hace. No escribo para nadie. Yo no canto para nadie, canto para mí. Este es mi espacio para sentir, pensar, desahogarme y poner las cosas en perspectiva.

Y cuando la tormenta de Open-Boy sucedió en mi vida, este fue el espacio para vaciar mi tristeza. La escritura me ha permitido soltar mi dolor, frustración, rabia, su ausencia y sus silencios. Use mis palabras, las de otros, letras de canciones, imágenes y todo lo que se me atravesó para sacar mis sentimientos. En el proceso he tenido que oir cómo algunos no están de acuerdo.... "te abres mucho", "te expones demasiado"... bueno, por fin he decidido dejar de cerrar mi corazón, de negarme a sentir. Pero también me rehuso a acomodarme en la tristeza y quedarme allí. Y la única manera que yo conozco para sentir lo que siento y soltarlo, es escribiendo. Este es el espacio donde me siento cómoda y segura para hacerlo.

Así que continuaré cantando. Hasta que el dolor pase y yo tenga otras historias para contar.




jueves, 23 de junio de 2011

Sensatez

Una frase que durante mucho tiempo fue de mis quotes preferidos es: "Why it's so hard to do what's best for you?" Y es que para mí es cierto. Tantas veces he estado en situaciones donde es muy difícil hacer lo que es mejor para mí.

Hoy amanecí en un mal día. En uno de esos donde su silencio y su ausencia pesan más que el resto de los días. Pero decidí hacer lo que es mejor para mí. Deje salir mi tristeza, permití que una buena amiga me abrazara y luego me hicieron pensar en la importancia de ser sensato en la vida.

Y sí... tengo que ser sensata. Porque no hay mucho más que pueda hacer. Y lo sensato es seguir haciendo las cosas bien, seguir cuidandome y dejándolo ir. Y dejar que la confianza que tienen mis amigas en todas las cosas buenas que vienen en camino se convierta en una esperanza que yo sienta.



viernes, 17 de junio de 2011

¿Adiós?

Hoy fui por un café con Lu quién como siempre con una gran dosis de cariño e inteligencia me abrazó, oyó, habló y me puso a pensar. Dijo cosas que yo ya sabía. Yo sé que es hora de dejar la tristeza atrás, de enterrar su ausencia y decirle adiós. Y lo obvio para decir a continuación es la excusa: "sin embargo, es muy difícil". Y sí. Es claro que es muy difícil dejarlo atrás. Aceptar que se fue y que eligió no estar conmigo.

Sé que en la medida de lo posible estoy haciendo bien las cosas por fuera. Esto significa que en términos prácticos, he seguido con mi vida: voy al trabajo, hago chistes, voy al gimnasio, oigo mis podcasts, voy al mercado, escribo por encima de todas las cosas y cumplo con lo que debo. Pero por dentro el proceso ha sido más lento, profundamente más triste y, debo aceptar, mucho más patético. Sigo esperando que él responda aquel último correo así ya no haya nada más que decir entre nosotros, sigo viendo con tristeza su perfil en Facebook con la esperanza de encontrar un mensaje en clave para mí, sigo cerrando los ojos y reviviendo esos días de felicidad tan intensa. Y ante todo, sigo siendo impotente ante la esperanza. Mi corazón no deja de soñar con escenarios donde algún día, de la nada, él aparece frente a mí, con su corazón resuelto y la decisión de estar conmigo. Pero no puedo seguir así. Tengo que alinear lo interno con lo externo. Tengo que frenar la esperanza y soltarlo. Dejarlo ir.

Hoy leí algo que podría ser esto: "Protégete y confia en ti, porque al fin y al cabo, todas las personas quieren algo de ti o quieren que hagas algo por ellos, o quizá quieren hacerte ser algo que no eres. Tu única responsabilidad eres tu mismo". Y entonces recordé cuánto tiempo pasé hablándole de lo importante que era su felicidad y bienestar. Con un amor desinteresado, que no sabía podía sentir, acepté que para él eso significaba irse. Y ahora, es momento de dejar de pensar en él, en su felicidad y en las decisiones que pudo y podría tomar, pero que no pasarán. Ahora, toca recordar que lo que importa es protegerme a mí misma, confiar en mí y reconocer que mi única responsabilidad soy yo misma. Y para volver a estar bien, debo dejarlo ir. Necesito entonces dejar de tener esperanza. Debo ser disciplinada y obligarme a no soñar, a no anhelar, a controlar la historia que mi cerebro quiere escribir acerca de nosotros, esa donde él regresa, me abraza y todo deja de sentirse gris. No puedo hacerlo más.

Espero lograrlo pronto.



jueves, 16 de junio de 2011

A photograph of time

"We live together in a photograph of time"

Desde niña me gustaba coleccionar frases, citas de libros, pedazos de canciones. Será una muestra más de mi obsesión con la palabra escrita. Constantemente encuentro frases que expresan lo que siento y pienso. Así me acaba de pasar, dando vueltas en la música me encontré con Antony and The Johnson y su hermosa canción Fistful of Love.

Y ahí estaba... la única diferencia es que yo diría We lived together in a photograph of time. Porque ya no hay nada. Su silencio, mi silencio. Su ausencia. Y solo quedan los recuerdos. Todo pasó rápido, todo fue intenso y todo fue profundo. Y de repente, solo queda esa fotógrafía de lo que pasó. Y por más de que yo quiera quedarme en ella, detener mi vida, el tiempo y tan solo permanecer en el recuerdo de lo feliz que fui... sé que no puedo ni quiero hacerlo.




miércoles, 15 de junio de 2011

Cuando menos lo esperas...

El dolor reaparece. Creí que ya estaba en la fase de la furia, pero no. Fue cuestión de calmarme, de darme chance de respirar y de ser yo para volver a sentir su ausencia. Para volver a sentir ese dolor que me deja sin fuerzas y que pensé que ya había dejado atrás.

En este instante tan solo quisiera decirle que vuelva, que regrese, que aquí hay un lugar para él y que nos debemos el chance de intentarlo. Pero no se puede. Y aún si se pudiera no tendría sentido. Así que tocará continuar. Escribir aquí, soltar mis sentimientos y tratar de dormir.






It's okay in the day I'm staying busy
Tied up enough so I don't have to wonder where is he
Got so sick of crying
So just lately
When I catch myself I do a 180

I stay up clean the house
At least I'm not drinking
Run around just so I don't have to think about thinking
That silent sense of content
That everyone gets
Just disappears soon as the sun sets

This face in my dreams seizes my guts
He floods me with dread
Soaked in soul
He swims in my eyes by the bed
Pour myself over him
Moon spilling in
And I wake up alone


domingo, 12 de junio de 2011

Yo soy la que escribe...

Alguna vez, en este mismo blog, escribí que una de las cosas que la gente debía saber de mí es que Creo en la escritura como única forma de salvación personal. Hoy lo creo más que nunca. Estas semanas han sido increíblemente dolorosas y la única forma en que he sabido manejar las cosas ha sido escribiendo. Le escribo cartas a Open-Boy en un archivo de word que él jamás recibirá, escribo en este blog y dejo salir todo mi dolor. Le escribo correos a Open-Boy aún cuando sé que no debería hacerlo. Y por encima de todo... escribo ese texto, que lentamente he empezado a aceptar que podría ser una novela y que sin importar si algún día se convierte en algo público, es la mejor cura para el dolor que tengo. Me meto en ese mundo que he construido, que es solo mío y lo navego, lo construyo y descubro, todo al mismo tiempo. Y entonces el dolor se va, mientras estoy en el mundo de las hermanas, ya no siento su ausencia, ya no siento su despedida ni tengo que luchar contra la esperanza de volverlo a ver algún día. Me concentro en ese mundo y recuerdo lo que es estar bien.

Así que eso es lo que seguiré haciendo, seguiré escribiendo para salvarme.



***

Mis amigos parecen tener más confianza en mi futuro que yo, así que al tiempo que escribo para seguir con mi vida, dejaré que ellos crean en mí y me quieran lo suficiente para curar mis tristezas.

domingo, 8 de mayo de 2011

Todo puede cambiar

Esta fue una semana extraña. Muchas cosas pasaron y creo que, en gran parte sucedieron para despertarme, sacarme del estupor en el que me encontraba (para más información ver: ¿Detenida?)

De la nada apareció Open-Boy que no sólo me puso a pensar, sino que me hizo reir, creó espacios para divertirnos y me hizo sentir que hay esperanza, que es cuestión de estar abierta al universo. Hoy se fue a la playa y lo volveré a ver dentro de unos días. La parte de mí que desde hace tantos años le tiene pánico al dolor de corazón anda diciendo que es un sin-sentido, que el personaje esta en una complicada y abstracta relación, que así no estuviera en esas de nada serviría ya que no vive aquí y que en unos pocos días se irá.

Pero ahora parece que esa voz no tiene suficiente fuerza, Open-Boy es alguien con quien puedo hablar, reir, discutir de los temas que a nadie más le interesan. Caminamos dando vueltas y recordé lo mucho que me gusta esta ciudad, recordé que hay edificios hermosos, colores fantásticos, pájaros que cantan y agua que refresca. Siento que sacó lo mejor de mí... tal vez por eso, esta mañana cuando me levanté encontré la forma de sobrepasar las paredes que bloqueaban una parte de la historia que escribo. Abrí los ojos y minutos después estaba escribiendo para que no se me olvidaran, sentía la historia más viva que nunca y por ende, me sentí más viva que nunca.

Así que no me importa el resto... que si esta en una relación abierta, que si vive en otra parte, que si al final del mes sentiré el hueco de su partida... me devolvió la sonrisa, la emoción de sentir y me motivó a seguir escribiendo. Y eso es más que suficiente.

jueves, 27 de enero de 2011

Tal vez es por eso...

"Stories happen only to those who are able to tell them"

Paul Auster