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sábado, 24 de marzo de 2012

Empacando

Suspiras mientras sientes que tu cuarto ha explotado. Cajas por todos lados, bolsas de basura, ropa, las maletas que sabes que tienes que renovar antes de tu siguiente viaje y un caos infinito. Sientes el cansancio de los últimos meses, así que le subes el volúmen a la música para distraerte.

Empacas en automático mientras tu mente divaga... tratas de evitar recordar que deberías hacer esa traducción para que el lunes no sea un infierno, te acuerdas del día que compraste ese vestido negro que ahora vas a tirar porque se ha desteñido y ya no tiene gracia, piensas que hace rato nadie te visita y que eso te hacce falta. Ante todo las visitas son cortes de la rutina. Y a ti la rutina laboral te tiene exhausta.

Continúas con tu tarea. Decides limpiar todas las bolsas antes de empacarlas. Agarras la roja que te prestó tu amiga hace ya muchos meses y que aún no le devuelves. Sin pensarlo mucho la abres y encuentras unos polvos y el blush que llevabas buscando hace meses. Te das cuenta que no has tocado la bolsa desde la noche que la usaste. Y ahora, sabes muy bien por qué. Fue la primera vez que saliste después de que él se fue. Cuando decidiste no quedarte llorando en tu casa y dejaste que tu amigo te llevara a aquella boda, donde toda la noche trataste de fingir que tu corazón no estaba totalmente destruido. Esa fue la noche en que llegaste y animada por los tequilas y besos que tu amigo te dio, le enviaste el primero de los correos que habrías de escribirle. Por eso no habías vuelto a tocar la bolsa. Primera mina emocional que pisas y ya estas llorando.

Le subes nuevamente a la música y prefieres concentrarte en la selección de cosas que tirarás. Papeles, chicles viejos, revistas que nunca leíste, medicamentos ya vencidos. Todo va a la basura. Sin dudas. Eliges otra bolsa para echar la ropa que le regalarás a la empleada. Los jeans que nunca te acomodaron y que hoy te quedan gigantes, un sweater negro que no has usado en 3 años, ese vestido verde que nunca te gustó. Si tan solo fuera tan sencillo tirar el resto de las cosas. El pasado. Los recuerdos. El hueco. La maldita costumbre de pensar en él.

Has empacado todo menos un cajón. Y no lo has hecho porque sabes que ahí esta la caja donde enterraste sus recuerdos. Los boletos de la película que vieron la última noche que estuvieron juntos. La página de Vanity Fair con el cuestionario de Proust que jugaron a responder en el vuelo de regreso de Zipolite. La nota que te dejo. Sabes que sería mejor no abrir la caja, pero que ya para este punto te es imposible no hacerlo. Por un momento dejas de oír la música, de sentir el cansancio corporal, el sueño atrasado de este mes y medio, solo sus palabras existen. Sus letras que hoy te parecen tristes, pero tienen el mismo efecto del día que las viste por primera vez. Penetran tu corazón con fuerza, te obligan a llorar y vuelves a ser la misma que no puede creer que él no pueda ser. You are somebody loved. You are somebody loved. You are somebody loved. You are somebody loved. Lees y relees sus palabras. Tratas de pensar que él llegó a tu vida para transformarte y ponerte en el camino hacia tu bienestar, pero en este momentoeso te suena a una explicación forzada y racional, que nada tiene que ver con la intensidad, profundidad y complejidad de un amor que ya no esta.

Te sientas en la cama. Quieres escribirle. En realidad lo que quieres es verlo, tenerlo cerca, abrazarlo. Pero eso no se puede. Así que te concentras en el deseo de escribirle que es lo único que puedes hacer. Pero sabes que no tiene sentido hacerlo. Él no responderá. Ni siquiera sabes si leyó tu correo de diciembre. Y de haberlo hecho, no sabes si le molesta, incomoda o genera problemas que lo hagas. Te da pánico que él te pierda el respeto y llegue el día donde seas "la vieja esa que me escribe aún cuando jamás le he respondido". Porque aún si no responde, aún si llevas tantísimos días de tan claro silencio, en tus manos tienes la prueba de que para él fuiste igual de importante. You are somebody loved. Y no quieres que eso cambie.

Continuas empacando. Ya casi terminas. Quieres adelantar el tiempo al siguiente sábado, cuando te pases a tu nueva casa, esa que tanta ilusión te genera. Esa donde estarás en tu espacio y podrás contruir un mundo propio. Con la ya conocida mezcla de dolor y resignación, sabes que aún cuando él jamás haya pisado tu nueva casa, de alguna forma ahí estará. Sus recuerdos ya los empacaste.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Ejercicio, día 2. Nine things about yourself.

Seguimos con el ejercicio a ver qué sale (este se parece a una lista que ya había hecho, pero digamos que muchas cosas han cambiado)

Day Two: Nine things about yourself.

  1. Me gusta bañarme oyendo música, la lista de esta semana ha incluido a Madeleine Peyroux, Shakira y Norah Jones.
  2. Aprendí a que me gustara el arroz a mis 29 años cuando fue la única harina que me dejaron comer en la dieta (por cierto, sigo y seguiré sin comer nada que nade o flote en el mar)
  3. Solo tengo los huecos de fábrica, es decir no tengo aretes ni piercings ni nada.
  4. I'm a nipple racist.
  5. Odio tener correos sin revisar en la bandeja de entrada de la oficina, pero desde hace dos años tengo 28 nuevos en el mail personal.
  6. Me encanta la piña pero no el jugo de piña.
  7. Soy buenísima en el cyber-stalking... si me pagaran por eso sería rica.
  8. No sé si quiero tener hijos, si los tengo será con alguien con quién me sienta muy segura de que estará por ahí... y si no... no pasa nada.
  9. En la vida me he pintado las uñas de los pies.

sábado, 28 de enero de 2012

Oda contra la tecnología

Why'd they even invent caller ID?
It's, like, who is this service helping?
I mean, for centuries
Okay, well maybe not centuries,
but for, like, a lot and lot of years
people have been answering their phone,
not knowing who it is,
and as far as I can tell,
no one's died from that.

This constant obsession
with needing to know who's calling all the time
it's, like, so gross.

Like, you pick up the phone,
you find out who it is,
then you know.
Look, all I'm saying...
...if a guy doesn't call me,
I would like to reserve the right
to call him at 15-minute intervals
until he picks up.

But if he looks down
and sees my numbers
he's gonna think I'm some kind of psycho or something.
Which I'm not.
Obviously.
Yo me acuerdo llamando al niño que me gustaba a los 13 años y colgando en cuanto oía su voz. Y sé que no fui la única.

Pero eso ya no se puede. Los teléfonos tienen identificador de llamadas. La tecnología nos jodió la posibilidad de oír la voz de alguien. Y hay cosas peores.

Peores como descubrir por accidente (juro que fue por accidente) que gmail guarda todas las conversaciones que uno ha tenido y entonces un día, uno va a buscar un dato entre sus correos y se encuentra a cambio con una enorme emotional landmine. Así fue como terminé leyendo la conversación que tuve el último día que Open-Boy estuvo en México. Y ese viejo dolor que a veces creo que ya no existe, regresó. Leer como me decía "my love", "my girl" y hablaba de "my Lina" fue la estupidez más grande. He hecho el ejercicio de ver a Open-Boy como aquel que se fue, aquel que no es lo suficientemente fuerte para mí, como aquel que eligió irse... y de paso, he hecho el ejercicio de recordarlo como ese a quién amé con todo el corazón, que logró despertarme, sacarme del hoyo negro en el que estaba y cambiar por completo mi vida. Pero para lograr todo esto, sin darme cuenta hice el ejercicio de olvidar que él también fue el que me amó, el que me dijo las cosas más hermosas, se enamoró de lo que soy y me lo hizo saber de cada forma que pudo.

Y entonces, ahí voy yo, con la ayuda de la estúpida tecnología, leyendo sus palabras de amor y recordando que él me amó. Y que ni por esas, se pudo. Y entonces llevo tres días con el corazón revuelto.

Lo bueno es que ni eso me ha detenido a la hora de moverme en realizar mi proyecto personal. Él no será una excusa. Él fue el motor de los cambios, no voy a dejar que se convierta en algo que me detiene en la búsqueda de mis sueños.

*** Y dentro de las quejas contra la tecnología, por supuesto esta el hecho de que hace aún más evidente cuando alguien no quiere hablar con uno. Así uno entra a gtalk o abre Facebook y se da cuenta que Possibility-Boy esta online y que decide permanecer en silencio. Y entonces, su silencio duele un poquito más.

jueves, 26 de enero de 2012

Pensando en su silencio

"El Universo no gira a tu alrededor".

Es una de esas cosas que uno sabe. Pero que en la práctica, uno no aplica. Porque es muy difícil no tomarse las cosas de forma personal. Sobre todo, cuando las acciones de personas cercanas lo afectan a uno.

En la terapia he podido ver cómo la gran mayoría de las veces las acciones (y reacciones) de los otros responden a sus propias historias y momentos. Que entonces, nada, o muy poco, tienen que ver con uno.

Entonces hoy ando con la duda de si el silencio de Possibility-Boy es conmigo o no. Las cosas no terminaron como yo quería pero él una y otra vez insistió que yo era alguien muy importante para él, que nuestra amistad (y sí... no fui tan feliz de que eligiera esa palabra para definir lo que éramos) era fuerte y que superaríamos lo que pasó en sus últimos días en el DF. También me dijo que él no era bueno para mantenerse en contacto y que eso era algo que quería cambiar, así que si yo veía que se estaba distanciando que por favor le dijera. Y yo estuve tranquila.

Pero los días han pasado y no volvimos a hablar. Pasamos de una rutina donde yo abría el chat y casi de forma inmediata me encontraba con su Buenos días, a un silencio donde yo a veces lo saludo y no hay respuesta. Así que hice mis intentos... mandé un mail, el cual por supuesto nunca me respondieron. Espacie mis saludos para que no me acusara de intensa... y nada.

Y hoy fue mi último intento. Intenté ser lo más clara y directa posible. Decir las cosas como las pienso y siento. Hasta ahora solo ha habido silencio de su lado y tengo la sensación de que será lo único que habrá.

Y estoy molesta. Porque siento que esto tiene muy poco que ver conmigo, pero eso no significa que una respuesta no sea necesaria. También siento que esto muestra que para él, las cosas no eran tan simples como alegó en su momento.

Al final... en estos días he podido depurar todo lo que pasó y ver que al final mis sentimientos eran lo que creía: un cariño muy grande. Y por eso me duele. Porque extraño conversar con mi amigo, hablar de mil temas y tener cerca a alguien que ampliaba mi mundo. Pero si él no quiere o puede, no hay nada que hacer. Lo intenté y traté de hacer las cosas como mejor pude. Eso me da tranquilidad, aunque no me quita el dolor de sentir la pérdida de alguien que es importante.

jueves, 9 de junio de 2011

Y entonces el dolor regresa

Te levantas y descubres que ese dolor que te perfora, te desgasta, te parte en mil pedazos ha regresado. Justo dos semanas después, estás en el mismo lugar, donde respirar implica un esfuerzo enorme y cualquier palabra, sonido o incluso silencio, genera más lágrimas. Haces las cosas de siempre, pedaleas la bicicleta, te sirves agua, prendes la computadora y trabajas, pero todo en automático, sin verle sentido. Porque lo único que puedes hacer ahora es sentir el dolor. Ese dolor que te atraviesa y que aunque racionalmente sabes que se mermará, por ahora esta más vivo que nunca.

"I'm coming to terms with an understanding that it's going to sit there forever, a piece of me now."

Para este momento ya te sabes su carta de memoria. Agradeces que te haya tumbado, en un solo movimiento, todas tus inseguridades producto de su silencio. Relees la frase "I see you everywhere, and I never know when a piece of you is waiting around a corner for me. And I'm glad. It hurts like hell, but I wouldn't trade it for anything" y sabes que para ti es exáctamente igual, que cada día que pasa, lo encuentras en todas partes, incluso en los lugares donde nunca estuvo. Al mismo tiempo, te emociona y parte el corazón saber que tu ausencia/presencia es tan fuerte en su vida.

Quieres tener rabia. Recuerdas a tu amiga que hablaba de cómo la tristeza hace que todo se detenga y la furia te impulsa y te mueve hacia adelante. Pero no puedes. Por más que lo intentes, no te puedes molestar con él. Sabes que él esta haciendo lo que cree que es correcto. Pero no lo entiendes del todo, finalmente él dice cosas como "And I miss you desperately, every day" y tu sabes que el sentimiento es mutuo. Y entonces quieres que el mundo sea diferentes y que él se atreva a ser feliz contigo y deje el resto del mundo en otro lugar. Quieres que la vida sea justa por una vez y ustedes tengan el chance de explorar ese amor tan intenso, esa conexión tan profundo y esa felicidad tan real que solo sucede cuando están juntos.

Sabes que no sientes rabia porque en el fondo tu corazón esta derrotado. Que hace rato, desde antes de que él apareciera, te diste por vencida y que aunque la vida te demostró por un breve instante que alguien podía amarte, también te mostró que ese amor no podía ser y que por tanto, todo sigue igual, tu sigues sola, con tus verdaderos amigos a kilómetros de distancia y con la certeza en tu cabeza y corazón, sabes que la vida seguirá como ha sido desde hace tiempo. Solitaria.




miércoles, 24 de marzo de 2010

Catch 22.

Hoy estoy estresada y preocupada por mi futuro. Llegué a mi casa y discutí con mi mamá. Usualmente eso siempre me pone mal. Pero hoy si me puso muy mal. Hoy fue un día de negar mis sentimientos. De poner una sonrisa y hacer chistes. Y la verdad es que funcionó a ratos. Por ratos me creí mi sonrisa falsa y me reí de verdad.

Pero la realidad esta ahí. Y la realidad es que no tengo idea de qué va a pasar con mi vida. Es momento de definiciones. Y no puedo hacer nada yo. En todo dependo de los demás. De gente que no me conoce, a la que no le importo y a quien le tiene sin cuidado que vaya a pasar conmigo.

Trato de pensar, de desenmarañar el rollo en el que estoy pero no veo como. Mi mejor amigo me mandó un mail. Un mal mail. Un mail en el que el subtexto era "estoy cansado, son las 9:30 pm y sigo en la oficina, el domingo no me gustó cuando hablamos y tienes que lidiar con la vida porque no te queda de otra". Y yo necesitaba otra cosa. Necesitaba un abrazo, un yo sé que es una mierda pero aquí estoy para ti. Un te queiro.

Y es que el problema es que me siento sola. nuevamente soy yo contra el mundo. Sin nadie a quien contarle, decirle. Quiero tener a alguien que me abrace y me haga sentir tranquila.


miércoles, 23 de septiembre de 2009

Historia 2: Psycho Jesus

La semana pasada inicié esta serie sobre los personajes con los que he salido. Hoy vamos con el segundo personaje, mejor conocido como Psycho Jesus.



Como todos mis personajes, este empezó pareciendo lo más de normal. Lo conocí en la cineteca en una de esas coincidencias que a veces me hacen creer que el destino existe y todo esta escrito en una piedra cósmica. Los dos ibamos solos, nos sentamos cerca, pronto nos encontramos hablando y al terminar la película fuimos por un largo café. (Para mayores detalles aquí esta la entrada que escribí aquel día antes de ser conciente de lo freak que era el personaje: http://divagacionesextras.blogspot.com/2009/06/happy-go-lucky.html). Ese día noté la tendencia a analizarme pero en su momento me pareció chévere: "se le nota que es filósofo. cuestionó cada frase y me puso a pensar". El personaje ante todo me pareció normal y por eso le di mi teléfono con la esperanza de volver a saber de él.

Unos días más tarde llegó a mí el mensaje de texto más miedoso de mi historia:

"Ay, Lina!... Pasa el tiempo y yo conservo vivo tu recuerdo! Pienso en tu voz, en tu acento y tu sonrisa! Te recuerdo soltandote el cabello o llevandote los dedos a la boca para limpiar de ellos los restos de chocolate, y yo deseando que tu boca fuera la mía para prestarte ese mismo servicio!.. Me gustas, Lina, y tengo ganas de volver a verte!"

Fue a las 11 de la noche de un domingo y yo quedé paniqueada. Así que le respondí (grannnnn error) que a mí me había gustado conocerlo, que podíamos algún día tomar un café pero que yo prefería ir despacio. Pensé que así se relajaría un poco y dejaría de mandar mensajes porno. De nuevo me equivoqué:

"Yo digo que sí, por supuesto! Dime cuando y en donde sugieres! Y de lo otro, bonita, vayamos despacio entonces, pero eso no impide que te diga que quiero colmarte de besos y caricias!"

En realidad lo que significaba mi mensaje era exáctamente eso, que por favor no me mandara mensajes con las palabras besos, caricias ni aluciones a mis dedos y boca. Yo no respondí nada. Pero al día siguiente cuando le conté a mi mamá pensando que se escandalizaría, recibí una respuesta aún más sorprendente: "bueno, es claro que el personaje tiene intenciones sexuales evidentes... pero eso no esta mal... a lo mejor es muy directo pero no dices que te aburre que los mexicanos no son directos?".

Ante esta evidente pérdida de confianza en mis futuros prospectos por parte de mi señora madre decidí preguntarle a mi mejor amigo mexicano a ver si opinaba que los mensajes de texto eran tan miedosos (y un poco lobos) como me parecían a mí. De nuevo para mi sorpresa, a él no le parecieron tan graves y me dijo que tal vez debería perdirle el mail para medir un poco qué tan psicópata era el personaje. Como el niño se llamaba Jesus y yo andaba encarretada viendo la cuarta temporada de One Tree Hill donde Peyton habla de Psycho-Derek, empecé a hablar de Psyco-Jesus.

Y la verdad es que estaba en una de esas épocas en donde no tenía prospectos en el horizonte. Mi amigo erótico me tenía abandonada y no había nadie más en quién pensar. Así que decidí intentar comunicarme con él a punta de mails. La excusa era perfecta: a la semana yo me iba 3 semanas a Estados Unidos y sólo podríamos escribirnos. Con muy poco entusiasmo Psycho-Jesus aceptó y empezamos a escribirnos.

Los mails eran chéveres. No lo niego. Pero seguía siendo increíblemente intenso. Hablaba de "nosotros", mandaba besos, caricias y demás. Y yo no sabía muy bien cómo explicarle que no había un "nosotros", que nos habíamos visto dos horas y que francamente yo no me acordaba muy bien de cómo es que era. Pero de nuevo... era un buen distractor en el estres de mi curso de verano, eran mails entretenidos y yo no tenía nadie más en quién pensar. Él argumentaba que su intención no era asustarme sino por el contrario hacerme claro que yo realmente le gustaba y quería tener algo serio conmigo.

Dejando de lado mis profundos issues con el compromiso... seamos sinceros, el tipo me había visto dos horas. Y yo seré chévere y todo pero en dos horas uno no conoce nada de la otra persona. Pero ahí iba él diciendo como yo le encantaba y fascinaba. Hablando de mi cabello (let's not go there) y de lo mucho que anhelaba verme.

Y finalmente volví a mi casa. Me pidió mi teléfono y hablamos un par de veces. Una noche quiso tener phonesex conmigo. Lo frené y le dije que estaba loco. 1. no soy fan del phonesex, no me entusiasma. 2. uno no puede tener phonesex con alguien a quien ni siquiera le ha dado un beso. Pero esto no fue el único problema, al hablar descubrimos lo que yo ya intuía: que eramos totalmente distintos. A él le encantaba levantarse temprano a hacer ejercicio, no le gusta salir, prefiere las cosas serias (qué cosa con los serios y su atracción hacia mi que soy tan poco seria) y cuando le pregunté su trago favorito respondió que los jugos boing (que además, son feos). Y para rematar él se había convencido que yo era alguien que no soy (seria, madrugadora, aburrida y trascendental).

Pero había que confirmar las impresiones saliendo. Acordamos vernos un sábado y el propuso vernos a las 10 de la mañana. Me rehusé y le expliqué que no hay posibilidad en el mundo de que yo vaya a un second date cuando el reloj todavía no ha puesto el pm. Conciliamos en las 5pm (seguía incomodándome el tema de que fuera de día pero por lo menos no tenía que levantarme temprano para el evento). Y él decidió que debíamos repetir exáctamente nuestra primera salida: película en la cineteca, café caminando. ahhh la cursilería.

Yo tenía miedo de cómo sería ese primer encuentro. Llevaba un mes diciendo lo mucho que me deseaba y lo mucho que anhelaba estar conmigo. Como le dije a mi mejor amiga: "I don't want him to say hello to me stucking his tongue down my throat". Afortunadamente se limitó a darme un abrazo.

Y a la salida de la película pasó de ser Pyscho-Jesus a Freud-Jesus. Un bonito recuerdo de mi psicoanalista y del gringo (ver entrada anterior): "eso es un punto interesante el que tocas, ahondemos por favor", "por qué te sientes inclinada a decir eso?", "qué te hace manifestar eso?" (además hablaba como un profesor de principios del siglo pasado). Arghh. No sé. No sé porque digo ciertas cosas que digo. No soy una tesis doctoral, no tengo por qué justificar cada frase que digo. Así que lo frené y le dije que no soportaba más el tema.


Ante esto, encontré que mi negativa de ser analizada en cada frase era precisamente su deal-breaker. Me miró con seriedad y me dijo que él no podía renunciar a eso. Nos despedimos con un abrazo y jamás volví a saber de él.