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miércoles, 26 de noviembre de 2014

En defensa del feminismo

Sé que llego tarde a las respuestas a la columna de Alas de Orquídea, tan tarde que ya hasta le tocó salir intentando retractarse. 

Para quiénes no se han enterado, doña Anna Bolena Meléndez publicó un artículo donde criticaba a las feministas diciendo que el feminismo es "tan arcaico como ser machista, tan extremista e ignorante" porque aparentemente "hoy en día las mujeres gozamos de todos los derechos y beneficios que buscábamos (...) La realidad es que ya las mujeres pasamos de moda, Cirilas feministas, hoy en día son los gays los que emprenden su lucha por los beneficios que merecen y nosotras debemos comprender que ya, tenemos lo que queríamos". 

Y es muy difícil quedarme callada. Porque resulta que desgraciadamente el problema no está resuelto. En efecto, hay que agradecerle al movimiento feminista que hoy tengo derecho a votar, a comprar una casa y a demandar a una empresa por no contratarme por tener un par de ovarios. Pero estamos lejos de tener todo lo que merecemos y queríamos. Y queremos.  
*Y antes de que se me olvide, de una vez voy aclarando que resulta que como sociedad no tenemos una sola lucha. No es que si estamos demandando igualdad de oportunidades no podamos también demandar los derechos civiles para la comunidad LBGTI. Si vamos a hacer nuestras luchas por turnos, no vamos a terminar nunca porque resulta que en mi opinión como humanidad no estamos nada bien y al mismo tiempo que luchamos por los derechos de las mujeres y de los gays, tenemos que hacerlo por los desaparecidos de Ayotzinapa, los secuestrados en Colombia, los periodistas a los que les cortan la cabeza frente a todo el planeta y todas las demás injusticias y vergüenzas que pasan. 

Uno de los momentos más difíciles de mi vida en México fue ese en el que un cliente pidió que yo no asistiera a una junta porque "no se sentía cómodo con mi presencia ya que era un tema de hombres". Y aún cuando mis compañeros de trabajo y mi jefe estaban en desacuerdo, la decisión fue que cumpliera con lo que el cliente quería y que siguiera trabajando como siempre. Tan solo no debía dejarme ver. Porque soy mujer. Y a él eso le incomodaba. 

Quisiera decir que fue la única vez, pero he ido a muchas juntas donde piensan que soy la asistente o donde después de dar una presentación le hacen preguntas al hombre que va conmigo en vez de a mí. Y eso que soy medianamente relajada y no me emputo las miles de veces que me dicen "mi amor", "corazón", "linda" en vez de mi nombre, aún cuando eso nunca lo harían si yo fuera un hombre. 

Y digamos que a mí me ha ido bien. Aún cuando es increíblemente frustrante, desgastante y desmotivante, hay cosas mucho más graves que pasan cortesía de la desigualdad de géneros. Al parecer los indignados por la columna, le recordaron a la autora temas de la vida mexicana como "las muertas de Juárez, las mujeres desaparecidas y demás historias que no consideré". En efecto esas cosas son pruebas claras de cómo la lucha feminista sigue siendo vigente y necesaria. También podemos hablar de los miles de casos de:
  • Violencia doméstica: A 14 de cada 100 mujeres en México (14.0%) su pareja la ha golpeado, amarrado; 4 de cada 10 mujeres en México (43.1% ) han sido humilladas, menospreciadas, encerradas, les han destruido sus cosas o del hogar, vigiladas, amenazadas con irse la pareja, correrlas de la casa o quitarle a sus hijos, amenazadas con algún arma o con matarlas.
  • Desigualdad salarial: Según el Colmex la brecha salarial en México es, en promedio, de entre 6% y 8% en áreas urbanas. 
  • Falta de acceso a las oportunidades: para ver solo un ejemplo, en los 32 congresos estatales, la presencia femenina oscila entre el 8% (Querétaro) y 33% (DF), recordando que ningún estado es gobernado por una mujer. 
Pongo los ejemplos de México porque es a donde la columnista se refiere, pero podría llenar este texto de cifras del resto de Latinoamérica y gran parte del resto del mundo. 

El problema no es la columna, tampoco es su autora. Cada quién tiene derecho a pensar lo que quiera. Yo en lo personal quisiera que los columnistas estuvieran más informados y no tuvieran que recordarles que son de un país donde entre 2012 y 2013 en promedio cada día cinco mujeres fueron asesinadas de forma violenta, pero qué le hacemos. 

El problema es que su voz no es la única. Hay millones de personas, hombres y mujeres que han dejado de ver la discriminación que sigue existiendo hacia las mujeres. Y precisamente por eso, sigue habiendo discriminación. Y por eso, no estamos dónde deberíamos ni tenemos lo que queremos y merecemos. 

Y eso es grave para todos. 



domingo, 20 de febrero de 2011

¿Nada que decir?

Desde que llegué de mis vacaciones en Colombia he tenido la sensación de que nada pasa. Que no hay nada que contar respecto a mi vida. Parece que todo lo que hago es trabajar, ir al gimnasio, voy al curso de escritura y las ocasionales salidas con mis amigos. Pero nada extraordinario ni raro. Nada relevante. Del trabajo no me gusta hablar cuando estoy fuera de éste y qué puedo decir respecto al gimnasio? Así que siento que no tengo nada que contar.

Y esto me ha generado una extraña sensación. Y he pensado mucho en por qué siento que no tengo nada que contar. En los correos a mis amigos en Colombia, la frase, no hay nada que contar, sale en cada uno. Y eso no me gusta. Siento que no estoy avanzando en mi vida.

Y de repente, se me ocurrió que la razón por la que siento que no hay nada que contar es porque no hay nada que contar respecto a mi vida amorosa. Porque he leido libros interesantes, ido a cine, escrito cosas chéveres, he participado en proyectos, estoy en cuentas nuevas en la oficina, me he visto con amigos que no veía hace tiempo, etc. No han pasado grandes cosas pero si he vivido cosas.

Entonces me pregunto, ¿la del problema soy yo? o ¿somos todos? ¿alguien más se siente así? Tengo la idea que es una postura más femenina. A las mujeres se nos va la vida hablando acerca de los hombres, de los que están, los que no están, los que quisieramos que estuvieran y los que estuvieron. Y cuando esta uno en un momento de la vida, como yo, donde no hay hombres en el horizonte... se siente un vacío temático sin fin.

Y claro que me siento extraña de no tener absolutamente nada en mi vida amorosa. Durante años he tenido alguien que me distrae. Así no sea nada serio, relevante o determinante, alguien ronda por ahí. Pero desde que volví no hay en quién pensar. Tattoo boy es un poco la excepción a estas palabras pero en la medida en que ya lo tengo claro y que me he alejado por mi propio bien, tampoco ni siquiera lo veo. Así que cuadno me preguntan si hay alguien, la respuesta invariablemente es que no hay nada. Ni siquiera una ilusión. Y por algún extraño motivo, siento que las cosas serán así por un buen tiempo. Tal vez sea lo mejor.

Tan sólo quisiera que eso no me generara la sensación de que no hay nada que decir.

lunes, 5 de octubre de 2009

Reflexiones post-second date

Ahora ando medio amiga del Ex. Hablamos por skype y somos lo más de civilizados. Alguna vez él me dijo que sólo hacia preguntas para cuya respuesta estuviera preparado, lo que en la práctica significa que no hace muchas preguntas sobre mi vida y en cambio me cuenta bastante de la suya. Pero esta bien. De lo poco que hemos hablado de mi vida, un día me dijo que yo debía aprender a jugar más en las relaciones. Mostrar que quiero dar un beso pero no darlo, no decir siempre que si y luego puso: etc.

El problema es que yo no tengo ni idea de jugar esos juegos. Así que no sé qué significa el etcétera. Intuyo que es importante jugar sobre todo cuando el resto del planeta parece estar jugando esos juegos. Pero yo en realidad no sé. Y aunque no me gusta hablar las cosas, tampoco me gusta ocultar mis sentimientos. Entonces no sé qué hacer.



Y todo esto salió porque ayer fui a un gran second-date. Con un chico que me gusta. Me parece súper atractivo, súper inteligente y me pone nerviosa en una buena manera. Me sentí de 15 años cuando en medio de la película me rozó el brazo y a mi me dieron toda clase de mariposas en el estómago. Es muy difícil que eso pase en mi vida.

Y yo creí que era mutuo. O creo. No sé. Luego del first-date me mandó un mensaje súper bonito y me invitó a salir inmediatamente. Y ayer estuvimos muy rico. Al despedirnos nos abrazamos y nos dimos un gran beso. (de nuevo explosión de mariposas). Luego de estar en esas un ratito me dijo algo así como: "mejor me voy antes de que me den ganas de no irme". Me abrazo de nuevo y se fue. Esta vez no hicimos planes para volver a vernos.

15 minutos después de que se fuera me mandó un mensaje diciendo: "Me encantó tu beso y me sorprendió. Buenas noches". Yo le respondí diciendo: "A mí también me gustó mucho, me haces sonreir. Descansa". Unos minutos después llegó un: "gracias por tu compañía, estamos en contacto".

Y yo quedé con la cabeza jodida.

¿Por qué le sorprendió mi beso? Trato de recordar y creo que el beso fue mutuo. Pero no estoy del todo segura. En medio del abrazo y luego de un beso esquineado yo recuerdo levantar mi cara hacia él y ahí nos dimos el beso. Para mí fue mutuo en la medida en que estabamos tan cerca y tan abrazados que bastó que yo levantara unos centímetros mi cara para que nos besaramos. Pero tal vez para él fue distinto. Y entonces eso qué significa? Cómo lo interpretó él?

Y esta el espantoso: estamos en contacto. Que frase tan fea. Mi mejor amigo suele decírmela de tanto en tanto y yo he aprendido a no ofenderme. Pero me sigue pareciéndo lo más cortante del universo. Y viniendo del niño con el que acabo de darme un beso... pues más.

Entonces? He debido seguir los consejos del Ex y limitarme a abrazarlo? Pero eso ya valió. Ahora qué pasará? Yo quisiera que volviera a aparecer. Ya no sé cómo leer señales ni interpretar nada. Así que esperaré. Y no haré nada más. ... Mentiras. Putearé al universo un rato. Porque me sigue molestando el no poder actuar, estar obligada a simplemente esperar y quedar mal si hago algo distinto. Malditas feministas que no terminaron su trabajo.