Anoche sali con un hombre que me puso a pensar en muchas cosas. Gringo, 27 años, bastante atractivo. Hablamos por horas, nos reimos y debo decir que fue de las mejores salidas que he tenido en mucho tiempo; encontré a alguien que me retó intelectualmente, con quien pude hablar tanto de política como de series de televisión y demás. Ahora... hay un pequeño detalle sobre este personaje: esta casado.
Un detalle adicional: esta casado con una bisexual y tienen una relación abierta.
Salí con él porque estaría solo una noche en la ciudad y yo serviría de guía turística como tantas veces lo he hecho. Y cuando sali con él ya conocía los detalles de su relación. Tenía mil preguntas en mi cabeza, de las cuales hice muy pocas. Él me contó que conoció a quién hoy es su esposa siendo muy joven (19 años) y que ninguno de los dos quiere cerrarse a conocer otras cosas. Para ambos la vida sexual es muy importante y tras dos años de relación ella le dijo que le gustaban las mujeres también.
Mientras caminábamos por las calles del centro, él habló acerca de la solidez de su relación, de la tranquilidad que le genera y de cómo sabe que ella es un match perfecto para él. Sin embargo, ella no es un match en todos los sentidos ni en todos los momentos, razón por la cual, no hay problema en abrirse a otras cosas y otras personas. Él no siente celos y vive en paz.
Y yo hoy amanecí feliz de haber podido recordar y comprobar que hay millones de personas en el mundo que no viven en la ecuación marido-mujer-hijos-perro. Que ven el mundo de forma distinta, aman bajo otros esquemas y son felices a su manera. Y sentí esperanza.
Yo no sé si podría estar en una relación formal abierta. Sin embargo, mientras caminaba de regreso a mi casa tuve que aceptar que por muchos años he tenido relaciones abiertas con determinados personajes. En mi cabeza siempre los he enmarcado como el "amigo-erótico" que en inglés vendrían siendo simplemente mis fuck-buddies. Pero de alguna forma, siempre han sido algo más que lo físico, ya sea porque son amigos con los que puedo hablar, ir a cine o a cenar, son personas por las que yo he sentido cariño aunque siempre haya sabido que no hay chance de una relación monógama de verdad. Algunos incluso han evolucionado a algo distinto que ya no entra en la definición de amigo-erótico pero que no me atrevo a clasificar por la ausencia de palabras que tengan sentido.
La cena de anoche me puso a pensar en hasta dónde podría yo llegar. Estas últimas semanas he pensado mucho en los diferentes tipos de relación en donde he estado. Relaciones donde hay poca comunicación acerca de qué somos, pero donde el resto de las cosas se hablan, analizan y piensan. Durante estos años me he encontrado con personas con las que por una u otra razón me rehuso a tener una relación formal pero que a causa de la química que tenemos, de lo bien que nos entendemos y de la cercanía que desarrollamos, terminan siendo seres muy importantes en mi vida, que me enseñan, aportan y cambian. Y con ninguno de ellos la relación fue exclusiva. Fueron relaciones abiertas.
Tal vez la razón por la cual he podido sostener eso, es porque jamás he sentido que son relaciones reales. Siempre son un mierdas-tanto que termina convirtiéndose en algo importante cuando se mira hacia atrás.
Al final del día me conozco... yo soy la reina del doble-estandar, esta perfecto que yo haga cosas, salga y descubra el mundo. Esta perfecto que yo sienta la necesidad de otros elementos y sería ideal poder tener mis escapes de tanto en tanto... pero no voy a ser feliz pensando que mi pareja esta haciendo lo mismo. Y dado que uno no puede pedir estar en una relación abierta de un solo lado, creo que esa no sería una opción para mí.
Sin embargo, después de la cena de anoche... ya no estoy 100% segura.
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