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lunes, 16 de diciembre de 2013

Apostarle a la esperanza

La esperanza siempre es complicada de manejar. Al menos en mi caso. Puedo tener todas las señales en contra y siempre hay una esperanza de que a lo mejor todo será distinto y las cosas saldrán como yo quiero. 

Por la esperanza me he quedado en lugares donde no debería, no he podido soltar a personas que hace siglos no son parte de mi vida. El "tal vez" me ha hecho seguir por años en cosas que no tienen sentido. 

Y anoche le aposté a la esperanza. Pero esta vez, le apuesto a varias esperanzas a la vez. La primera, la más fuerte, es la esperanza que me tengo a mí misma. A que ya llegué al límite y estoy haciendo las cosas diferentes. Hoy creo en que puedo poner límites y que eso es sano para mí. SI en el camino pierdo lo que más quiero, esta bien porque yo estoy primero y eso es lo que importa. Ayer me sorprendí siendo inflexible a la hora de pedir lo que siento debo recibir. O el Sr Gelatina me da más de lo que hasta ahora me ha dado y se esfuerza por hacerme feliz, o yo me voy así mi corazón se rompa. Y aunque estaba la tentación de dejar que todo siguiera como ha sido, con tal de que dejara de mostrarme lo triste que estaba, recordé que primero estoy yo y que no voy a volver a sentirme poquito. 

Luego esta la esperanza en él. Ayer vi facetas de él que jamás había visto y lo acompañé a darse cuenta de todo lo que sus issues le impedían ver. Y decidí abrir el espacio para ver qué pasa ahora que él ha visto todo lo que somos. Hoy tengo la esperanza de que lo que él vio y el miedo que sintió ante la posibilidad muy cercana de perderme, se traduzca en un verdadero cambio. En una relación más sana para mí y una posibilidad más grande para él de recibir todo lo que en su vida se ha negado. 

También tengo la esperanza de que mis planes se concreten y yo pueda conjugarlos con lo que ayer se definió. 

Sé que va a doler. Al final, no hay manera de conciliar lo que cada uno quiere para el futuro a largo plazo. Ayer por primera vez en mi vida acepté que en este momento, para mí el amor esta primero que todo. Hoy sé que lo que tengo no existirá en el futuro pero en realidad quiero darle la oportunidad a ver cómo se dan las cosas de aquí en adelante. 

"Some love stories aren't epic novels, some are short stories But, that doesn't make them any less filled with love."

Ayer di un gran paso. Por primera vez dije todo lo que quiero, lo que siento, lo que me hace feliz, lo que me hace daño, mis sueños y mis miedos. Encontré que del otro lado había alguien que no sabía muchas cosas y que los dos habíamos estado actuando bajo creencias erróneas. La tranquilidad de decir mi verdad no se compara con nada y por fin puedo actuar sin la duda de "qué hubiera pasado si yo le hubiera dicho, si él hubiera sabido..." Ahora que la verdad esta sobre la mesa es momento de ver qué nos trae el futuro. 

Espero que no sea más de lo mismo. Pero también tengo la esperanza y la confianza en mí en que si nada cambia, yo ya lo he hecho y entonces ya no habrá ninguna duda y podré soltarlo sin miedo. Con todo el dolor de mi alma, pero sin la esperanza de que algo podría ser diferente. 





lunes, 16 de septiembre de 2013

Malditas hormonas

Yo siempre he sido vulnerable a mis hormonas. Una vez al mes como mínimo, amanezco sensible y puedo llegar a llorar viendo un anuncio de televentas. Quisiera que no fuera así, pero lo es. Y aunque trato de cuidarme, de racionalizar las cosas, de decirme que no es tan grave.. Pues la verdad es que son días donde todo me afecta un poco más. 

Si la depresión es el Bell Jar de Sylvia Plath, las hormonas en mi caso son subirle el volumen a las emociones negativas. Porque eso sí, no es que una vez al mes yo pueda reírme con más entusiasmo del que toca. Pero si me emputo con más entusiasmo, la paranoia me convence de que el mundo conspira en mi contra, la ansiedad no me deja dormir y volvemos a que lloro con más facilidad que un bebé. Y no es que todo sea al tiempo. No. Tampoco soy una loca psicópata. Pero si hay un día en el mes en el que yo me pongo brava por nada o lloro por cualquier idiotez, es el día que estoy hormonal. 

Así hoy de malas porque trabajé todo el día en uno de los únicos 3 puentes que hay en este país en vez de andar de paseo. Y tengo más ansiedad de la que debería por temas laborales que al final, ni son mi tema. Y me enfurrusqué más de lo que quiero aceptar cuando me dejaron metida. 

Y me dolió más cuando el personaje en cuestión hizo los chistes que siempre hace. Porque eso es él. El que hace chistes y usa el humor negro para todo. Es un gran componente de su atractivo. Pero hoy no. Hoy me duele, me cansa, me aburre, me frustra y de nuevo, me duele, que todo tenga que ser un chiste negro. Que todo tenga que ser en negativo. Que no pueda decir a nada que sí a la primera. Que le de pánico conocer a mi mamá y se esconda en el miedo. Que hoy no este en mi cama arrunchándome. 

Y sé que mañana amaneceré bien, que me gustará que me haga chistes, entenderé que no conozca a mi mamá y sabré que me hace muy feliz siendo cómo es. Pero nada es perfecto y las cosas que en los días normales no son graves... en estos días hormonales, son pequeñas grandes tragedias que duelen. 


lunes, 6 de mayo de 2013

Días de días

Tal vez es porque estoy trasnochada. O porque es lunes. O porque en 16 días cumplo años. O por todas las anteriores. Pero hay días en que amanezco sintiéndome sin esperanzas. Con ganas de tener a alguien y con la horrible sensación de que ese alguien no esta anywhere near. 


Así solía sentirme antes. Antes de Open-Boy, antes del harakiri emocional. Y luego la vida cambió, fui a terapia, conocí a varios personajes que me demostraron que podía tener a alguien. Pero esos personajes no han perdurado y al final sigo sin una pareja. 

Y sí, he aprendido a ser feliz conmigo misma, he entendido que eso depende de mí y no de nadie más. Pero eso no significa que no quiera compartir mi vida con alguien. Y sí, es cierto que en los últimos meses me he permitido estar cerca de alguien y que con ese alguien me siento más cómoda de lo que jamás había estado en la vida... pero ese es un alguien que no quiere nada más. 

Le he dado vueltas a ese "nada más". Hay días donde es suficiente ya que al final es mucho. Pero hoy no lo es. Hoy amanecí con el deseo de alguien que quiera estar conmigo, con quién yo me sienta tan cómoda como con Alguien y a quién yo quiera. La lista podría ser más larga y la he hecho muchas veces... pero al final, los 3 puntos clave son esos. 

Y hoy... hoy siento que no sé dónde esta ese alguien, si podré conocerlo algún día; y temo que si eso llegara a pasar yo sabotee las cosas a punta de mis miedos convertidos en pretextos y si habré dejado atrás los dolores de mi pasado. 

Y por eso es que hoy no siento mucha esperanza.  


martes, 3 de julio de 2012

Dear John o la prevención de la indigestión emocional

A veces uno necesita una buena llorada. Una de esas donde uno termine con los ojos bien hinchados, mil kleenex menos y un poco deshidratada por la pérdida de fluidos. 

Yo soy de lágrima fácil que llaman. Con casi cualquier cosa lloro. Trascendental o superficial. No importa. Pero por algún extraño motivo, no había llorado bien desde que terminé con Mr. M. 

Entonces ayer decidí inducirme la llorada. Así como uno se puede provocar el vómito cuando se ha comido algo dañino antes de terminar intoxicado, yo me provoque el llanto. Había sido un lunes de mierda, con frustraciones laborales, una lavada monumental y un malestar emocional sobre el que escribí en este mismo blog.

Así que busqué en mi colección de películas, una que me hiciera llorar. Desde hace como 2 años tenía Dear John esperando para el día en que necesitara una buena dosis de cursilería y drama. Finalmente es de los mismos de The Notebook, esas 2 horas de cine que le quitan a uno cualquier tipo de estabilidad hasta lograr que uno llore inconsolablemente. 

Dear John no es tan efectiva como The Notebook. Es menos híper dramática. Pero tiene suficientes elementos para inducirme el llanto. Para empezar es de una pareja que solo se conoce dos semanas pero que saben que han encontrado el amor verdadero. Luego tiene todo el componente de la distancia y del "es que no podemos estar juntos". El tipo no es perfecto y tiene varias cosas por las que yo hubiera salido corriendo (por ejemplo el hecho que ante una peleíta agarra a puños a medio mundo), pero (aquí vienen los spoilers entonces no digan que no estaban advertidos si me les tiré la película) es lo suficientemente charming como para que a mí me doliera que la vieja se fuera con otro y que se le muriera el papá y cuanta cosa triste le pasa en la vida. Y claro... esta el final, donde se encuentran cuando la vida ya les ha resuelto la vida y ya pueden estar juntos. Se abrazan y son felices para siempre. Y uno puede llorar tranquilamente. 

Y sé que en el fondo yo no estaba llorando por Mr. M, ni mucho menos por las frustraciones del día. Yo lloraba por lo que no fue con Open-Boy, lo que no fue con el que creí que era Mr. M y... y porque soy una berrietas que tenía varios sentimientos atascados y que si no los sacaba a tiempo, seguramente iban a terminar indigestándome.