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miércoles, 26 de noviembre de 2014

En defensa del feminismo

Sé que llego tarde a las respuestas a la columna de Alas de Orquídea, tan tarde que ya hasta le tocó salir intentando retractarse. 

Para quiénes no se han enterado, doña Anna Bolena Meléndez publicó un artículo donde criticaba a las feministas diciendo que el feminismo es "tan arcaico como ser machista, tan extremista e ignorante" porque aparentemente "hoy en día las mujeres gozamos de todos los derechos y beneficios que buscábamos (...) La realidad es que ya las mujeres pasamos de moda, Cirilas feministas, hoy en día son los gays los que emprenden su lucha por los beneficios que merecen y nosotras debemos comprender que ya, tenemos lo que queríamos". 

Y es muy difícil quedarme callada. Porque resulta que desgraciadamente el problema no está resuelto. En efecto, hay que agradecerle al movimiento feminista que hoy tengo derecho a votar, a comprar una casa y a demandar a una empresa por no contratarme por tener un par de ovarios. Pero estamos lejos de tener todo lo que merecemos y queríamos. Y queremos.  
*Y antes de que se me olvide, de una vez voy aclarando que resulta que como sociedad no tenemos una sola lucha. No es que si estamos demandando igualdad de oportunidades no podamos también demandar los derechos civiles para la comunidad LBGTI. Si vamos a hacer nuestras luchas por turnos, no vamos a terminar nunca porque resulta que en mi opinión como humanidad no estamos nada bien y al mismo tiempo que luchamos por los derechos de las mujeres y de los gays, tenemos que hacerlo por los desaparecidos de Ayotzinapa, los secuestrados en Colombia, los periodistas a los que les cortan la cabeza frente a todo el planeta y todas las demás injusticias y vergüenzas que pasan. 

Uno de los momentos más difíciles de mi vida en México fue ese en el que un cliente pidió que yo no asistiera a una junta porque "no se sentía cómodo con mi presencia ya que era un tema de hombres". Y aún cuando mis compañeros de trabajo y mi jefe estaban en desacuerdo, la decisión fue que cumpliera con lo que el cliente quería y que siguiera trabajando como siempre. Tan solo no debía dejarme ver. Porque soy mujer. Y a él eso le incomodaba. 

Quisiera decir que fue la única vez, pero he ido a muchas juntas donde piensan que soy la asistente o donde después de dar una presentación le hacen preguntas al hombre que va conmigo en vez de a mí. Y eso que soy medianamente relajada y no me emputo las miles de veces que me dicen "mi amor", "corazón", "linda" en vez de mi nombre, aún cuando eso nunca lo harían si yo fuera un hombre. 

Y digamos que a mí me ha ido bien. Aún cuando es increíblemente frustrante, desgastante y desmotivante, hay cosas mucho más graves que pasan cortesía de la desigualdad de géneros. Al parecer los indignados por la columna, le recordaron a la autora temas de la vida mexicana como "las muertas de Juárez, las mujeres desaparecidas y demás historias que no consideré". En efecto esas cosas son pruebas claras de cómo la lucha feminista sigue siendo vigente y necesaria. También podemos hablar de los miles de casos de:
  • Violencia doméstica: A 14 de cada 100 mujeres en México (14.0%) su pareja la ha golpeado, amarrado; 4 de cada 10 mujeres en México (43.1% ) han sido humilladas, menospreciadas, encerradas, les han destruido sus cosas o del hogar, vigiladas, amenazadas con irse la pareja, correrlas de la casa o quitarle a sus hijos, amenazadas con algún arma o con matarlas.
  • Desigualdad salarial: Según el Colmex la brecha salarial en México es, en promedio, de entre 6% y 8% en áreas urbanas. 
  • Falta de acceso a las oportunidades: para ver solo un ejemplo, en los 32 congresos estatales, la presencia femenina oscila entre el 8% (Querétaro) y 33% (DF), recordando que ningún estado es gobernado por una mujer. 
Pongo los ejemplos de México porque es a donde la columnista se refiere, pero podría llenar este texto de cifras del resto de Latinoamérica y gran parte del resto del mundo. 

El problema no es la columna, tampoco es su autora. Cada quién tiene derecho a pensar lo que quiera. Yo en lo personal quisiera que los columnistas estuvieran más informados y no tuvieran que recordarles que son de un país donde entre 2012 y 2013 en promedio cada día cinco mujeres fueron asesinadas de forma violenta, pero qué le hacemos. 

El problema es que su voz no es la única. Hay millones de personas, hombres y mujeres que han dejado de ver la discriminación que sigue existiendo hacia las mujeres. Y precisamente por eso, sigue habiendo discriminación. Y por eso, no estamos dónde deberíamos ni tenemos lo que queremos y merecemos. 

Y eso es grave para todos. 



sábado, 29 de marzo de 2014

Hora de resolver el problema frente a mí

Esta semana claramente insulté a algún dios y por eso decidió castigarme. Tal vez fue porque comí carne, dejé que me vieran el pelo, no intenté convencer a nadie para que sea mormón o testigo de Jeohvá ni fui a misa en domingo (ni en los últimos 3500 domingos). No sé cual pero alguno se ofendió y decidió castigarme. 

Porque esta semana todo lo que podía salir mal, salió mal. Fue una semana de dormir pocas horas, resolver temas que eran imposibles de predecir y que sé que algún día llegarán a darme risa porque en realidad fueron demasiadas cosas. 

Pero la semana pasó y quisiera decir que solo quedó el cansancio físico y mental. Pero hay dos cosas que quedaron revolviéndome el estómago. 

1. El dolor del insulto intolerante y sin fundamento. Todos me han dicho que no haga caso, que ante las palabras estúpidas, oídos sordos. Pero esos que me lo han dicho, no han vivido ese dolor, no han tenido que lidiar con un odio que incluso es penalizado por la ley pero ante el cual yo no puedo decir nada, porque "no es tan grave, no dejes que te afecte, etc, etc, etc".

Una parte de mí esta de acuerdo en que no debería dejar que me afectara, pero me afecta. Me duele que me juzguen por el país donde nací y sobre todo, por no haber nacido en el que vivo. Por haber dejado mi país y por estar aquí haciendo mi vida. Recordando lo que dice la psicóloga sobre preguntarme por qué algo me afecta tanto, debo reconocer que al final la intolerancia me duele porque siempre habrá días en que me pregunte qué estoy haciendo aquí y para qué. Entones cuando me entero que me están juzgando por extranjera, más fuerza cobran esas preguntas.

Y entonces viene el punto 2. De nuevo esta la sensación de no tener el apoyo que espero y necesito de los que considero deberían dármelo. Y claro, eso resuena con mis propios issues del pasado de cuando sentía que no contaba con las personas que debían estar en mi vida.

Al final, la sensación de no contar con los que deben respaldarme, es algo que he sentido por ya mucho tiempo y para lo que estoy tomando las medidas necesarias. Es solo cuestión de tiempo me repito una y otra vez hasta que el día llegue.

Y claro, esta la tentación de entregarme al odio como los otros lo hicieron. Quise insultar, agredir de vuelta y decir todo lo que pienso. Pero no quiero jugar ese juego, no quiero ser esa persona. Ya nos lo enseñó Cady en Mean Girls:



Así que eso es lo que haré, ver the big picture y dedicarme a resolver el verdadero problema que tengo frente a mí, el resto no merece mi tiempo ni mi tristeza y furia. 

viernes, 22 de febrero de 2013

A través del espejo

Han sido unas semanas extremadamente largas. De trabajo en exceso, cansancio, gripa, desespero por  sentir que estoy dándome contra paredes que jamás había visto, de una enorme frustración por no tener acceso a mis espacios, que siempre han sido mi punto de equilibrio. 

Y en medio de todo esto, un día, mientras corría a comprar un sánduche para comer frente a mi computadora, Adri, mi mejor amiga, me mandó un mensaje. Habíamos hablado el fin de semana y como siempre, encontramos que vivimos momentos parecidos, que aún con lo distintas que somos, con las vidas diferentes que llevamos, las sensaciones y reflexiones eran similares. Ella también estaba cansada, perdida y frustrada. 

Pero su mensaje decía otra cosa. Y tal vez son los 15 años de estar cerca, tal vez es lo que llaman la intuición femenina, que la conozco mejor que muchos o que -desde la perspectiva masculina- como dijo Pollo, era algo que era obvio que iba a pasar. No sé. 

A mí me bastó leer un "Estoy feeeeeeliz y necesito hablar contigo" para saber que de repente la vida nos había cambiado. Que mi Adri, mi amiga con la que hicimos sopitas de bon-bon-bum en piña colada (para descubrir al día siguiente que era pésima idea ya que el azúcar sumado al trago nos estaba matando), con la que compartimos la emoción de enamorarnos de verdad luego de un primer noviazgo que no era lo que creíamos, la que me abrió las puertas de su casa y me dio una familia adoptiva donde siempre me he sentido cómoda, la primera en ponerme como referencia en una hoja de vida, la que en su momento fue una de las que me salvó la vida, a la que ayudé a vestir el día que se casó y por la que hice las cosas que jamás haría ni por mí misma, con la que hay tantas historias para contar y aún más que jamás contaremos pero que nos servirán cuando estemos viejitas y queramos recordar esos años donde exploramos, jugamos, viajamos y nos divertimos (incluyendo una que involucra una pata de pollo, una cámara y prueba que ella la buena y yo soy la mala).... esa que pasó de ser adolescente a ser joven y a ser adulta y jamás dejó de ser mi amiga... esa que es tan parecida a mí y al mismo tiempo tan radicalmente distinta... esa va a ser mamá. 

Una vez más viví uno de esos momentos de miles de sentimientos, todos al tiempo, muchos contradictorios, todos intensos. Lloré frente al celular y sin poder guardarme la noticia, se la conté a la señora de los sánduches quién se conmovió tanto que las siguientes veces que he ido ya hasta me pregunta por "su amiga, la que esta embarazada". 

La cosa es que siendo yo tan poco maternal, con tantas dudas sobre si quiero tener hijos, estando tan lejos de una vida de señora casada con bebé a bordo... jamás pensé que podría sentir una felicidad tan grande. Porque lo primero que sentí fue eso. La inmensa felicidad de saber que sus sueños se están logrando, que esa mamá que siempre ha estado en su interior va a salir y va a generar a un ser humano que desde ya sé que va a ser absolutamente increíble. Que para mi sorpresa, desde ya quiero. Porque ¿cómo no quererlo? 

Y por el lado de la felicidad, fueron saliendo el resto de los sentimientos. El dolor y la culpa de la distancia, de saber que no estaré para acompañarla, que no podré verla cambiar, que me perderé tantos momentos y que para ese bebe que va a llegar, yo seré la amiga loca de la mamá que a veces llega llena de regalos pero que no esta cerca. 

También estuvo el miedo... ese miedo que de repente siento de que la vida nos cambie y nos aleje. Que la vida de mamá, esposa y residente de Bogotá, sumada a mi vida de no-mamá, no-esposa y no-residente de Bogotá, acabe con los años de querernos sin juzgarnos. Y es que eso es lo especial de nuestra amistad: siempre hemos valorado que aunque somos muy parecidas en el fondo, vivimos nuestras vidas de formas muy distintas. Y ahí siempre estamos, para mostrarle a la otra, que todo podría ser distinto. Pero que no es lo que queremos. Constantemente vivimos situaciones similares y cada una ve en el espejo de la otra cómo podría ser una vida diferente. 

Hay días... hay días donde yo me pregunto qué hubiera pasado si nunca me hubiera ido a India, si me hubiera casado con el Ex o con algún otro que quisiera esa vida, si no tuviera esta profunda necesidad de ver qué hay allá afuera, que me ha traído hasta México y si en mí no hubiera ese gen independiente que logra que yo no dure más de 30 segundos contemplando la posibilidad de volver a Colombia. Y cuando tengo esos días, pienso en ella. Y la veo feliz, casada, llena, ahora embarazada. Y sé que aunque esa es una vida posible, no lo es para mí. 

Aunque sé que yo también soy su espejo, a veces me pregunto cómo me ve ella a mí. Si también me usa como referente en las noches donde se pregunta qué hubiera pasado si sus decisiones hubieran sido distintas, si Francia hubiera sido algo más que unas complicadas vacaciones o si la especialización hubiera sido en otro país. No sé exactamente qué se responde, pero también sé que ella me sabe feliz y me sabe bien, pero sabe que esta vida, aunque es posible, no es para ella. 


Volviendo al cúmulo de sentimientos... de nuevo hubo esa sensación de que mi mundo crece, se hace adulto y yo... yo lucho por vivir una vida donde yo me sienta cómoda y donde este bien. Donde sienta que puedo ser yo. Y eso, de alguna forma, no encaja en la definición - tal vez arcaica e infantil - que tengo de lo que es ser adulta. Recordé entonces lo que me dijo Pollo luego de leer esa entrada y es que nunca me di cuenta que la primera en armar una vida adulta fui yo. Y que no por no tener marido e hijos, soy menos adulta que ellas. Y pues si. Es un poco así. 

Al final, luego de la cascada de sentimientos, los que realmente han quedado, han sido el profundo cariño que le tengo, las ganas de estar más cerca de ella que siempre. Debo ser sincera, un poco la frustración de saber que me perderé de tantas cosas importantes... La felicidad de saber que ella esta haciendo la vida que siempre quiso. 

Y además, queda esa otra enorme felicidad y profundo agradecimiento, de saber que para ella era increíblemente importante contarme y hacerme parte, porque como para mí, las cosas se sienten realmente reales cuando la otra las sabe y las comparte. Sentirme así de querida, de valorada, aún después de 5 años de distancia, más de 15 después de esas fiestas de quince... es de las cosas que siempre agradeceré y que serán motivos para sonreír incluso en el peor de los días. 







sábado, 26 de enero de 2013

Quejas desde la edad media.

Como dirían estoy que mato y como del muerto. Si fuera uribista diría que estoy cargada de tigre. En pocas palabras estoy absolutamente emputada. Óiganme bien: Em-pu-ta-da. 


Resulta que desde que me mudé a este edificio le llevo subsidiando a todos sus inquilinos el gas. Todos viven en apartamentos grandes, con secadoras, viven de a dos personas, cocinan y gastan gas como felices suicidas. Yo en cambio vivo sola, no tengo secadora, no cocino y para lo único que uso el gas es para calentar el agua con la que me baño. Y por eso pago cantidades estúpidas de dinero. Entonces me cansé, hablé con los dueños del departamento y logré que me aceptaran la propuesta de comprar un tanque independiente donde lo que yo pague sea lo que yo me gaste. Ya veré si quiero hacer fiestas de gas con Ginebra. Será mi problema y no me peleará la del tercer piso que porque estoy gastando mucho. 

Así que esta mañana debían llegar los del tanque. Pero amanecí sin luz. Y esto ha significado un desgaste que no termina. Para empezar porque tenía que estar pendiente de la puerta porque sin luz no hay timbre. Tampoco pude hablar con mi mamá porque el teléfono es inalámbrico y así tuviera uno viejo, yo llamo a través de internet. Y sin luz no hay modem y sin modem, no hay llamada  a la mamá. Fin del contacto familiar por este día.  

Para empeorar las cosas tampoco tengo agua porque la bomba es eléctrica. Y sin luz, no hay bomba y sin bomba... no hay agua. Para ese momento tampoco tenía gas porque ya estaba que se acababa y no íbamos a pedir más si íbamos a cambiar el tanque. Finalmente llegaron los encargados lo instalaron y resultó que los que traen el tanque no lo llenan. Se limitan a llamar a otros que se dedican a esos menesteres. 

Esos prometieron que antes de las 4 lo traían. Así que de nuevo a pasar el día junto con mis vecinos (que también decidieron vivir en repúblicas independientes de gas) pegados a la ventana de ellos (yo no tengo ventanas que den a la calle... de hecho no tengo ventanas por lo que escribo en total oscuridad) esperando primero que llegaran los del tanque y luego los del gas. 

Pero para lograr que los del gas llegaran tuvimos que hacer unas 5 o 6 llamadas porque cada vez nos decían algo distinto. Que se dañó el camión, que es que no les habían dicho, que es que, quesque. Y al quejarme de eso necesito desahogar toda mi IRA (porque yo ya no tengo furia, yo tengo IRA. En mayúsculas y todo) contra los tarados e ineficientes de la Comisión Federal de Electricidad, CFE. 

A ellos yo los llamé a las 930 am a decirles que no había luz. Y ahí me aseguraron que entre 1 y 4 horas venían. Como ya sabemos como son las cosas, a las 12 mi vecina volvió a llamar y le dijeron que no había ningún reporte. (Seguro aluciné la primera llamada aunque tengo el reporte de la misma). Así que volvimos a poner otro reporte. A las 2 seguían sin llegar y un idiota de atención al cliente me dijo que los fines de semana el plazo de 1 a 4 horas no era cierto porque es fin de semana. Y con lo que me gusta a mi que me digan mentiras. Pero que ya volvía a enviar el reporte para que vinieran. 

A las 4 (aún sin gas) descubrimos que detrás de mi calle estaban los genios de la CFE, quiénes procedieron a informarnos que ellos llegaron a las 10 de la mañana por una revisión programada. Es decir NO por mi reporte. De hecho ni sabían del reporte. Lo que sí sabían era que el daño era grave. Muy grave. En realidad eran 3 daños. Uno en el transformador, otro en una línea y otro en yo no sé qué. Y que ellos ya estaban terminando el turno y que se iban a ir. Que le tocaba ahora a otra cuadrilla. Cuadrilla a la que no le informarían lo que ellos ya sabían porque eso pa'qué. 

Volvimos a llamar, volvimos a pelear y volvimos a oír versiones encontradas. Más tarde nos encontramos con los de la otra cuadrilla que nos aseguraron que el único problema era el transformador y cuando les contamos que unos vecinos habían visto a las 6 am como un poste del otro lado de la calle botaba chispas, hicieron cara de total sorpresa. 

Yo para ese punto ya estaba absolutamente emputada, desgastada y frustrada. Habían sido mínimo 10 llamadas entre mis vecinos y yo, y cada vez nos dijeron algo distinto. Así que un buen samaritano me prestó su ducha y yo me largué a esos lugares tan absolutamente modernos que tienen agua, agua caliente, luz y hasta internet. Lo que es la modernidad, ala. 

De ahí me fui a cine y regresé a las 11 de la noche para descubrir que las dos calles con el problema ya tenían luz, incluyendo mi cuadra. Excepto por 3 putos edificios que seguimos a oscuras. Sin siquiera intentar calmarme antes de llamar, volví a hablar con los de la CFE quiénes primero me aseguraron que el problema estaba resuelto (seguro es que yo de loca no quiero prender la luz en mi casa y de paso se las apago a todos mis vecinos) y luego de mucho rogar y explicar y pelear, me dijeron que mi reporte señalaba que el problema estaba resuelto PERO que había otro reporte en mi mismo domicilio que indicaba que tanto a las 4 pm como a las 10 de la noche habían intentado resolverlo y que la calle estaba bloqueada y que por eso no lo habían arreglado. Así que aparentemente los 3 edificios somos el gato de Schödinger donde tenemos y no tenemos luz. "Como si hay una contradicción, voy a levantar un nuevo reporte para que entre 1 y 4 horas vayan a su domicilio a revisar el problema, señorita Obregón". Esa fue la respuesta. Pues si, idiota, claro que hay una contradicción y yo ya llevo 20 horas sin luz así que manden a alguien pero YA. 

Siguiendo los consejos de Twitter media hora después volví a llamar y la genio en turno que me atendió me informó que el problema no era que la calle estuviera bloqueada, que no había ningún reporte que dijera eso ni que dijera que mi problema estaba resuelto (otra locura mía seguramente), que el tema era que una línea estaba dañada y que en algún momento de la vida (seguro entre ahorita y el fin del mundo) vendrían a arreglarla. 

Así cumplo 20 horas sin luz, sin agua, sin teléfono y con la señal de internet robada del hotel del lado que tiene planta de energía. Mi teléfono lo cargo por ratitos y desde las 3 de la tarde, no supera el 35% de batería. En esta laptop me quedan 51 minutos de carga. Y algo me dice que mañana cuando me levante seguiré en esta especie de medioevo forzado en el que me tocó vivir. Y tendré que recordar por qué carajos, si vivo como en la edad media, yo no puedo ir a donde algún señor feudal a exigirle que acribille a los idiotas que se encargan de la luz y por ende del agua, del internet y del teléfono.

Al menos ya tengo gas. Así no me sirva de nada.  



miércoles, 21 de noviembre de 2012

Ilusionarse o no ilusionarse...

Una de las cosas que más trabajé con mi psicóloga fue el tema de aceptarme y no darle tanto peso a las voces de los demás a la hora de definirme. En particular estaba el tema de "es que soy muy intensa para México", que después de oirlo tantas veces se convirtió en una verdad en mi vida... y no. No es eso. Soy alguien que se apasiona y siente las cosas profundamente.

Y eso esta bien. 

Porque así soy yo.

Y no voy a cambiar mi forma de sentir las cosas. Porque no tiene nada de malo sentirlas de esa forma.

En estos días he pensado mucho en ese tema. Específicamente en el tema de las ilusiones. Para mí es imposible no ilusionarme cuando hay una posibilidad de algo que me gusta (un tipo, un viaje, un cambio de vida). Y cuando la cosa sale bien todo es felicidad y emoción. Nadie anda diciéndome que vea, que las cosas pasaron así para que yo aprendiera a medir mis ilusiones. Porque ando feliz y nadie anda diciendo tonterías cerca. 

Pero cuando no pasan... ahí si tiene uno al tarado de turno diciéndole que para qué se ilusionó tanto, que mejor no hubiera dejado que los sueños llegaran tan alto. Claro, uno tiene que ser inteligente, no se trata de que si salí una vez con un personaje y no vuelve a llamar porque cayó en el hoyo negro de los que no llaman, entre en la depresión absoluta porque yo ya le tenía nombre al helecho que mataríamos juntos en el apartamento en el que viviríamos (porque ni en mis ilusiones yo me siento capaz de mantener viva una planta). 

Pero digamos que hay ilusiones razonables. Esas que uno ve crecer con el tiempo. Y así hoy sienta la tristeza de algunas ilusiones rotas, sigo convencida que hay que tenerlas y que valió la pena sentirlas. Ilusionarme, soñar con lo que sería si todo funcionaba. Y esta bien. Porque es la forma en que yo me muevo, en que lucho por las cosas, me esfuerzo y dedico. Si no estoy ilusionada, no voy a echarle ganas a la cosa como dirían los mexicanos. 

Así que para que las cosas funcionen, es necesario trabajarlas y para que yo pueda y quiera trabajarlas, tengo que estar ilusionada. 

No importa si eso significa estar luego con la tristeza y frustración que tengo hoy. 




martes, 20 de noviembre de 2012

Días de días

Hay días donde perder la fe en la humanidad y en el universo es facilísimo. Días como hoy. Y para mí es gravísimo perder esa fe porque dado que yo no tengo ninguna fe religiosa que me haga sentir que todo va a estar bien. 

Pero sí. Hoy, por lo menos hoy y por ahora, me doy permiso de odiar al universo. Porque la verdad es que ha estado insoportable últimamente. Entre la irlandesa que mataron en una clínica al rehusarse a hacerle un aborto cuando sabían que el bebé se iba a morir de todas formas; el pendejo de Gerlein convenciéndome que definitivamente siempre habrá un homofóbico con micrófono recordándonos que no todos somos iguales aún cuando deberíamos serlo ante los ojos de la ley y los pesqueros sanandresanos que ahora no van a tener con que vivir, el universo me tiene con ganas de meterme en una cueva y no salir de ahí. 

Y no. No voy a unir a esta lista la estrellada contra una realidad fea y decepcionante que tuve este fin de semana donde sentí mis sueños romperse contra ese universo que tan aburrida me tiene, ni la diarrea (literal diarrea) que tuve todo el fin de semana y que me tiene hasta hoy tomando Pedialyte, ni como Pollo decidió mandar un mail terminando en Saludos el peor día posible, ni como los del sitio de fotos de la boda a la que fui decidieron que no puedo bajarlas negándome el placer de perder el tiempo de buena manera... no. No voy a unir esas cosas. Porque finalmente hay otras mucho peores. 

Pero sí. Hoy ando sin fe en la humanidad y en el universo. Con ganas de meterme en una cueva y no volver a salir nunca más. Entendiendo a los que un buen día mandan todo a la mierda y se van a vivir con los monjes budistas. 

Y sí. Sé que en todo esto ha habido grandes y muy buenos amigos que han estado, se han preocupado, me han dado sus palabras y cariños para hacerme sentir menos peor. Que afortunadamente he aprendido a no volverme ostra y pedir cariño cuando lo necesito, logrando que hasta me llevaran a ver Mary Poppins a que me cantara que todo puede ser. 

Pero en este instante... nada de eso es suficiente. En este instante, me duele vivir en un mundo donde hay tanta gente idiota, donde el odio gana tantas veces, donde no sé qué va a pasar y el "casi" nuevamente es la palabra que rige mi día. 

Así que si alguien tiene información sobre vuelos baratos a una bonita cueva en los Himalayas, aquí recibo los datos. 





miércoles, 24 de octubre de 2012

El Potencial desaprovechado Vol. 2

Hace más de dos años escribí una entrada sobre el potencial desaprovechado donde me quejaba de lo que pasa cuando conozco a alguien que me gusta, me parece chévere, la cosa parece fluir y de repente desaparece. Caen en esos hoyos negros que estoy segura abundan en esta ciudad. 



Dos años más tarde vuelvo a tener la misma sensación. Y vuelvo a acordarme de M que tan bonito me parecía y con quién se coqueteaba tan chévere. O del Rasta que aunque hoy pienso que no hubiera sido tan buena idea (muy hippie para mí) me generaba emoción y con quién teníamos una química increíble. 

Hoy siento la frustración por alguien distinto. Alguien que en el papel se ve increíble, con quién hubo química y con quién me reí. Pero que antes de que hubiera espacio para nada, desapareció en el horrible silencio de los mensajes no respondidos.

Ayer le decía a una gran amiga, que el problema no es que se desaparezca. Finalmente shit happens y no hay nada que hacer. Lo que me molesta y frustra, es la sensación de hubiera podido ser algo chévere. Incluso si al final resultaba que no lo era, como pasó con Mr. M, yo prefiero la certeza de que solo fue una chispa inicial sin un sustento en la realidad, a la sensación de if only. Al menos con Mr. M no tengo la más mínima duda de que las cosas fueron como debían ser, que no había opción entre los dos y que todo terminó como debía terminar. Pero en este caso... no dejo de preguntarme qué hubiera pasado si me llamaba, si nos volvieramos a ver, si... 

Pero no tiene sentido hacerme esas preguntas.

Supongo que puedo decirme a mí misma que la prueba de que el tipo no es para mí, es que finalmente se desapareció. Y para qué voy a querer a alguien que se desaparece?

Pero incluso cuando me digo eso... la sensación del could have been... ahí se me queda. Y me jode la cabeza. 




martes, 3 de julio de 2012

Dear John o la prevención de la indigestión emocional

A veces uno necesita una buena llorada. Una de esas donde uno termine con los ojos bien hinchados, mil kleenex menos y un poco deshidratada por la pérdida de fluidos. 

Yo soy de lágrima fácil que llaman. Con casi cualquier cosa lloro. Trascendental o superficial. No importa. Pero por algún extraño motivo, no había llorado bien desde que terminé con Mr. M. 

Entonces ayer decidí inducirme la llorada. Así como uno se puede provocar el vómito cuando se ha comido algo dañino antes de terminar intoxicado, yo me provoque el llanto. Había sido un lunes de mierda, con frustraciones laborales, una lavada monumental y un malestar emocional sobre el que escribí en este mismo blog.

Así que busqué en mi colección de películas, una que me hiciera llorar. Desde hace como 2 años tenía Dear John esperando para el día en que necesitara una buena dosis de cursilería y drama. Finalmente es de los mismos de The Notebook, esas 2 horas de cine que le quitan a uno cualquier tipo de estabilidad hasta lograr que uno llore inconsolablemente. 

Dear John no es tan efectiva como The Notebook. Es menos híper dramática. Pero tiene suficientes elementos para inducirme el llanto. Para empezar es de una pareja que solo se conoce dos semanas pero que saben que han encontrado el amor verdadero. Luego tiene todo el componente de la distancia y del "es que no podemos estar juntos". El tipo no es perfecto y tiene varias cosas por las que yo hubiera salido corriendo (por ejemplo el hecho que ante una peleíta agarra a puños a medio mundo), pero (aquí vienen los spoilers entonces no digan que no estaban advertidos si me les tiré la película) es lo suficientemente charming como para que a mí me doliera que la vieja se fuera con otro y que se le muriera el papá y cuanta cosa triste le pasa en la vida. Y claro... esta el final, donde se encuentran cuando la vida ya les ha resuelto la vida y ya pueden estar juntos. Se abrazan y son felices para siempre. Y uno puede llorar tranquilamente. 

Y sé que en el fondo yo no estaba llorando por Mr. M, ni mucho menos por las frustraciones del día. Yo lloraba por lo que no fue con Open-Boy, lo que no fue con el que creí que era Mr. M y... y porque soy una berrietas que tenía varios sentimientos atascados y que si no los sacaba a tiempo, seguramente iban a terminar indigestándome. 





sábado, 22 de octubre de 2011

Una solicitud

Yo no rezo. Mi cerebro y mi corazón no funcionan de esa forma.

Pero hoy le pido al universo que haga que ella este bien, que la cirugía salga bien y que todos podamos darle la vuelta a esta horrible página.

Y como solo sé hacer estas cosas escribiendo, aquí estoy, pidiéndole al universo, a la energía, a esa cosa que jamás he podido definir pero que creo que existe... que haga que las cosas salgan bien.

A silent prayer for her I give tonight.

domingo, 9 de octubre de 2011

Cuando la distancia pesa

Yo no me arrepiento de haberme ido de Colombia, sé que ha sido lo mejor para mí, y aún cuando a veces dudo sobre las bondades de mi vida en México, tengo claro que mi vida es mejor por fuera. Que soy más feliz y mejor persona por ende.

Pero hay días donde la distancia me pesa profundamente. Días en donde cuestiono mis decisiones y mi estilo de vida. Días donde si pudiera me iría a Colombia en el primer avión.

Esos días usualmente están atados a los momentos importantes de la gente que quiero en Colombia. Hoy no es la excepción. Hay alguien muy enfermo, alguien a quien quiero profundamente y quién ha jugado un papel muy importante en mi vida. Y una de las personas que más quiero en mi vida, esta destrozada a causa de esta situación. Cuatro de las personas que más me importan están pasando por un momento increíblemente difícil. Cuatro personas que son mi familia y mis amigos. Y yo no estoy con ellos. Como siempre, estoy detrás de un teléfono, tratando de encontrar palabras que los hagan sentir mejor, que transmitan todo mi cariño, con la esperanza de que por un momento me sientan tan cerca como yo quiero estar de ellos.

Entonces odio haberme ido, no tener los recursos y los mecanismos para poder irme y estar con quién realmente me importa.


miércoles, 24 de agosto de 2011

Frustrada

De repente, de la nada, había alguien por ahí. Y ha sido una enorme sorpresa en mi vida. Ha significado un cambio en la forma en que usualmente hago las cosas. Y siguiendo mi objetivo de aprender de todo lo que sucedió, dejé que mi adolorido corazón se quedara abierto para lo que viniera.

Y muchas sonrisas vinieron. Grandes conversaciones. Muchas reflexiones. Buenos abrazos y momentos fantásticos de sentirme tranquila. De saber que estoy en la cabeza de alguien más y que en la medida en que he ido curando mis heridas, ese alguien ha empezado a ser parte importante de mi vida.

Pero no es fácil. Nuevamente estoy en una situación donde los horarios no nos simplifican la vida y donde verse requiere de una logística digna de un jefe de protocolo presidencial. Y yo me canso. Hoy me canso. Hoy quería hacer algo rico, pasar un rato amable, desconectarme de la oficina, del estres y la ansiedad. Así que lo busqué. Y tras un "sí, vamos a cenar", llegó un "no la logro, mejor mañana o si prefieres el fin de semana". Pero mañana yo no puedo y este fin de semana tengo planeado salir de la ciudad. Originalmente el plan era con él y había sido un gran motivo de ilusión... pero no puede y aunque entiendo sus motivos, quisiera que las cosas fueran diferentes. Así, mi primer impulso fue cancelar los planes de mañana, cancelar el viaje y quedarme con él.

Pero no puedo hacer eso.

Necesito irme de viaje, necesito desconectarme y tener espacio para leer, escribir, pensar y relajarme. Últimamente estoy ansiosa, me cuesta trabajo dormir y la ida a Colombia me tiene nerviosa. Así que necesito pensar primero en mí. Y sé que lo que me hace bien es viajar. Irme. Como siempre el viaje me curará más que cualquier otra cosa.

Y aún así tengo el hueco de saber que no lo veré. Que las siguientes semanas serán complicadas, pronto me iré a Colombia y siento que la fluidez inicial, lentamente se pierde.

Hoy no tengo ganas de cosas complicadas, de sentirme frustrada, de este sentimiento de "y para qué?" Y surge entonces, aquel viejo impulso de volver a cerrar mi corazón y regresar a donde estaba.

Pero tampoco puedo hacer eso.

Lo único que puedo hacer es respirar, esperar a ver cómo se dan las cosas, seguir planeando mi viaje y tener la confianza de que de alguna forma, las cosas se resolverán. Las cosas en mi vida, se resolverán.

I need to believe that.


martes, 14 de junio de 2011

Rebeldía y furia

Hoy amanecí con furia. Odiando al universo y todo lo que se me atraviese. Así que decidí ponerme mi vestido verde en señal de rebeldía. El vestido verde fue uno que vi antes de cumpleaños y del cual me enamoré. Supe que le encantaría a Open-Boy y en un acto de mujer lo compré para que él me viera bonita. El día antes de que él se fuera pensé en ponermelo pero todavía tenía la esperanza de que se quedaría hasta mi cumpleaños cuando tenía planeado que me lo pondría, sabía que era algo prácticamente imposible, pero yo soy esa niña que sueña con imposibles. Así que el vestido se quedó sin estrenar más allá del ratito que me lo puse la última noche que estuvimos juntos.

Y hoy, luego de amanecer frustrada, rebelde y furiosa con el universo me lo puse. Porque no quiero dejar de usar algo que me gusta solo porque me recuerda su ausencia. Porque estoy cansada de sentir su ausencia en mi vida. Porque empiezo a creer que él ha puesto aún más barreras de las que ya existen para que no sepa de él. Y eso me molesta. Y como llevo queriendo tener furia desde hace días, hoy me sumerjo en mi rabia para así movilizarme lejos del dolor que tengo. Como dije en una de las cartas que él jamás leerá:

"It may not be true but being angry helps a little. So for now I’ll stay here. And beyond all... I’m angry with the universe for not letting me be happy. It’s been too long. I had a bad adolescence. My parents separated when I was 3 and yes, I’m not traumatized by that but hey I would have liked to have a normal family and a father around. Half of my family died on the same year and I was away. I broke my hand and had to deal with the hole thing alone. I’m a good friend, a responsible employee, I do my laundry and I never hit any of the Indian kids. I deserve to be happy and right now the idea of happiness is having a partner, being in a couple, with you to be more specific. And for some unknown reason I don’t get to be with you. And it’s not fair. So the universe sucks, for not giving me the boy I love"


domingo, 28 de febrero de 2010

El Potencial desaprovechado.


Hace poco me escribió R-Boy. En su momento me daba miedo explicar la R qué significaba (rasta) porque tenía la esperanza de que él eventualmente fuera parte de mi vida y por tanto, me daba un poco de pena que él supiera que yo escribía sobre él. Ahora que lo pienso es un acto un poco tonto y un poco inmaduro.

Pero ese no es el punto. Rasta-Boy ha sido probablemente el chico que más frustración me ha generado. Salimos poquísimas veces. Pero esas salidas bastaron para que yo sintiera un inmenso potencial entre los dos. Y muy pronto él se desapareció. Luego entendería que había decidido volver con la novia y que por cobarde no me dijo nada a mí. Sigue con la novia. Viven juntos. Y el potencial que hubo entre los dos se desperdició.

Y me genera frustración porque es muy difícil que a mí me guste alguien de verdad. Es increíblemente inusual que alguien realmente me parezca atractivo, inteligente y divertido. La verdad no sé porqué. Pero así es. Entonces cuando conozco a alguien que me gusta... me frustra profundamente que las circunstancias y la vida se interpongan.

Hace poco salí con alguien que me aburrió infinitamente. Y claro, ese no vuelve con la novia. Por el contrario ese sigue llamando de tanto en tanto. Con él, con quien no hay potencial de nada... la vida me lo deja en bandeja de plata.

Y hoy... hoy amanecí pensando en el último caso de Potencial desaprovechado. M. M fue un chico con el que me conecté. Quién me hizo reir y me dio mariposas en el estómago. Con quien cometí el error de pensar que existía el potencial de algo más. De volvernos a ver. Y él como buen mexicano hablo de planes futuros. Ver cierta película ochentera juntos. Y luego mandó un par de mensajes coquetos. Muy coquetos. Y yo reafirmé mi creencia en el potencial que había.

Y luego NADA. Silencio. Mensajes cortos y cortantes. Llamadas que se caen y nunca se devuelven. El potencial desaprovechado.

Y no hay nada que hacer. Probablemente M se reencontró con su ex-novia y volvió con ella. O simplemente tiene una dosis industrial de traumas y problemas emocionales como Pandro. O simplemente yo vi Potencial donde sólo había una noche.