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martes, 20 de marzo de 2012

Y entonces uno extraña...

Encontrar casa fue un proceso largo y frustrante. Hacer llamadas, ver sitios horribles, oír una y otra vez que no quieren vivir con gatos... Pero el día que encontré casa, cuando dije que sí, pagué el estudio y me aseguraron que ya lo tenían bloqueado para mí... en ese momento extrañé a tener a alguien... Alguien como Open-Boy.

No necesité a nadie para que me acompañara a buscar casa, no necesité a nadie en específico que oyera mi frustración, para eso conté con mi mamá y mis amigos... pero en el instante en que sentí que había encontrado un lugar que me hacia feliz... ahí quise volver a tener cerca a Open-Boy. Quise poder contarle, compartir mi emoción. Y de repente el corazón fue agridulce.

Y sé que en el fondo, no lo extraño a él. Extraño la idea de él. Extraño tener a alguien para compartir mis cosas. Como le dije el otro día a Pollo en un correo, extraño tener un compañero para contarle los cambios que estoy viviendo. Pero como es muy difícil extrañar en abstracto, mi cerebro convierte el anhelo de una pareja en nostalgia de Open-Boy. Y al hacerlo, su ausencia vuelve a pesarme, el dolor por su silencio regresa. No puedo evitar preguntarme cómo esta, si esta bien, si es feliz, si logró lo que quería. Y luego me pregunto lo que menos debería preguntarme... si me extraña, si de repente él también pisa minas emocionales que lo dejan pensando en mí y con el corazón adolorido, si a veces siente que el tiempo no ha pasado y que extrañarme es parte normal de la vida.

Pero debo dejar de hacer esto. Debo quedarme con las cosas buenas, con la felicidad de los cambios positivos. Adaptándome a ellos. Y dando el espacio para que cuando sea momento, alguien más entre en mi vida.


viernes, 16 de marzo de 2012

Overwhelmed

Me acuesto en mi cama. Cierro los ojos y siento el cansancio del día. Pero en vez de dormirme empiezo: Hay que buscar un quote para el comunicado, tengo que revisar el reporte, mandar el mail para los del video, hacer seguimiento del documento que mandamos ayer, pasar las fotos a la compu para dárselas al cliente, etc, etc, etc, ETC. Entonces trato de pensar en otra cosa, distraerme para poder por fin dormirme. Y entonces mi cerebro se va a la nueva casa: dónde voy a poner la arenera de Ginebra? cabrá la tele al frente de la cama? se verá rara? hará mucho calor en el cuarto? el espacio donde esta la lavadora tendrá techo? tengo que comprar cubiertos y la cosa donde se ponen los platos y un trapero, necesitaré trapero si no hay baldosin más que en el baño?

Así se me van mis noches. Sin dormir, haciendo listas de pendientes y preguntándome cosas que no puedo saber. Y la principal razón por la cual no puedo saber la respuesta a esa pregunta es que son las 3 de la mañana! Y como son las 3 de la mañana, o las 5 -el otro día hasta oí a los malditos pajaritos- tampoco tiene sentido pensar en el comunicado del día siguiente.

Lo extraño es que no estoy mal. Usualmente en mi vida, cuando no puedo dormir es porque no estoy bien. Pereo estoy contenta. Muy contenta. Dichosa con la nueva casa. Feliz de tener nuevos retos y nuevas responsabilidades. Pero ha sido a bit too much. Todo al mismo tiempo, como ayer le dije al Ex. Pero como bien me respondió, así es la vida. Toda al mismo tiempo y sin chance para que uno pare a respirar. Los cambios se dan de forma atropellada y salvaje.

Sé que es cuestión de adaptarme y acostumbrarme a las cosas nuevas. Que todo estará mejor cuando por fin me cambie de casa y pueda responder las preguntas que me hago, que al final del día, son solo la ansiedad producto de la emoción de dar ese paso.

In any given day, I would have shot you in the face, but I'm in a transitional phase here.
Samuel Jackson en Pulp Fiction, via Pollo.

La verdad es que la idea de mi propio espacio cada vez me emociona más. A veces me pregunto por qué lo dudé tanto si en realidad es algo tan bueno para mí. Desde que mi abuelo se enfermó y mi casa la vendieron, me he sentido un tanto homeless. En estos años además, siempre he vivido en la casa de alguien más, lo cual no ayuda al sentimiento. Así que es momento de construir ese espacio para mí, sin importar por cuanto tiempo sea. Necesito hacerlo.

A chair is still a chair
Even when there's no one sitting there.
But a chair is not a house
And a house is not a home




lunes, 14 de noviembre de 2011

No a la futurología

Hoy siento que estoy haciendo el examen sobre lo aprendido en el año.

Solo que no tengo las respuestas a las preguntas.

De nuevo estoy frente a una situación donde conozco a alguien con quién me puedo conectar pero con quien las circunstancias están en contra.

Una parte de mí, dice que lo mejor es no arriesgarme a otro desastre emocional, que todo esta muy reciente y que para qué abrirle la puerta a tanto dolor. Esa es la misma parte que se cerró durante tanto tiempo y que llegó a convencerse de que no había chance de encontrar a alguien. Y yo ya no quiero hacerle caso a esa parte de mí.

La otra dice que hay que ir con cuidado pero sigue sin saber cómo es que uno se cuida emocionalmente, sin cerrar el corazón. Esa parte quiere seguir fluyendo y dejando que las cosas tomen su rumbo pero también esta asustada. Esa es la parte que sabe que tiene que dejar de pensar en el futuro, de preguntarse qué pasará y concentrarse en esa sonrisa que tiene hoy.

Possibility-boy sugirió que no se trata de tomar decisiones radicales. Es lo mismo que dice mi psicóloga. Dejar que las cosas fluyan. Y es lo que haré. Tan solo espero haber aprendido de todo lo que pasó y no quedar peor que antes.

Y seguiré disfrutando los instantes, de esos momentos en que descubro a alguien increíblemente similar a mí, que al tiempo es sumamente distinto, que se ríe de mis cometnarios tontos y sabe dejarme en mis silencios cuando lo necesito.