Mostrando entradas con la etiqueta psicóloga. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta psicóloga. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de abril de 2015

¿Y ya viven juntos?

Uno de mis caballitos de batalla con el Sr Gelatina era que yo quería que eventualmente nos fuéramos a vivir juntos. Y él (por supuesto) no quería. Y yo (por supuesto) no entendía por qué. Esto era un motivo de frustración y miedo en la relación porque era claro que iba a llegar el día en que yo no aguantaría más que no viviéramos juntos y la cosa ya no iba a funcionar. 

Un día le conté a la psicóloga el tema y le lloré que yo qué hacía si él no quería que viviéramos juntos y ella me preguntó que cuáles eran mis motivos para irme a vivir con él. Y uno esperaría que dado que eso era tan importante para mí que yo tuviera mi lista de motivos perfectamente clara... pero pues no. En realidad entre más lo pensaba, menos ganas me daban de vivir con él. 

Resulta que soy un ser increíblemente independiente y la idea de volver a convivir con otro ser humano en realidad me resulta aterradora. A mí me encanta pasar tiempo con él pero yo he descubierto que la gente me desgasta y que recupero mi energía cuando estoy sola. Valoro profundamente los días en que salgo de trabajar, camino hasta mi casa y luego llego a encerrarme y no hablar con nadie. 

Por otra parte, esta el hecho de que aún cuando somos muy parecidos y vivimos la vida de forma muy similar, hay algunos detalles donde somos muy diferentes y que en una convivencia nos generarían conflicto. Por ejemplo, no tenemos los mismos horarios y nuestros estándares de desorden difieren. Y honestamente no tengo ningún deseo de empezar a pelear porque me despertó para irse a trabajar o porque la cocina esta sucia. 

Y ante todo hay un tema... algo que yo disfruto mucho es el hecho de que cada vez que nos vemos es porque queremos, porque hay un motivo así sea simplemente echarnos a ver televisión. Algo que oigo mucho de las parejas que viven juntas es el "nos levantamos, corremos, salimos a trabajar y por la noche llegamos a dormir entonces casi que ni hablamos". A nosotros no nos pasa eso. Buscamos que los espacios que tenemos sean de calidad y que nos dediquemos el uno al otro. A pasarla rico y hacer lo que nos gusta. Y viendo en términos de cantidad, la verdad es que sí nos vemos muchísimo y hay una convivencia permanente. 

Sé que me estoy perdiendo de cosas que solo surgen cuando uno vive con la otra persona. Y a lo mejor llegue el día en que las necesite por encima de las que tengo hoy. Pero al menos en este momento, me encanta nuestra dinámica y la forma en que nos relacionamos. Creo que parte del éxito de mi relación es precisamente que cada uno tiene su espacio y su libertad. 

Pero eso no es algo tan fácil de entender para el mundo. Así como con el hecho de no querer tener hijos, no querer vivir con él me hace a veces un bicho raro. Y entiendo el conflicto, finalmente yo lo tuve mucho tiempo y mi monja interior me gritaba histérica que si ya no quería casarme y no quería reproducirme que al menos por favor fuera tan decente de vivir en pecado. Pero pues no. No siento que sea para mí y menos para nosotros. 

Y entonces vuelvo a tener que explicar cosas que no debería. Vuelvo a sentir que odio vivir en una sociedad tan cerrada a otras formas de vivir y de amar. No solo hay que casarse con alguien del otro sexo y tener hijitos, además hay que vivir en la misma casa, dormir en la misma cama, visitar a los suegros todas las semanas, no estar nunca con nadie más y vivir felices el resto de la vida. Y pues resulta que esto no le funciona a todo el mundo. 

Hay días en que me siento sola porque vivo rodeada de parejas mucho más tradicionales. Pero sé que hay un mundo entero de personas que eligen vivir su vida de forma diferente. Fui muy feliz oyendo un podcast sobre poliamor, no porque sea algo que yo quiera hacer en mi vida, sino porque me recordó que hay muchas personas que aman bajo sus propios estándares y reglas. 

Como yo. 











martes, 14 de octubre de 2014

Mal día

Los años pasan y hay días en que todo sigue siendo como un día fue. Justo hoy, un día antes de ese aniversario que es solo mío, es evidente que he ganado batallas solamente. Hoy tengo rabia con el mundo, con los que más quiero... sobre todo, tengo rabia conmigo misma. Con mi cerebro que hace cosas que no debería. 

Voy a darme el crédito de haberme dado cuenta de las cosas, así fuera un poco tarde. De hacer lo que debo y de poner mis necesidades de primeras. No escudarme en las excusas. Saber pedirle perdón a quién puse en una situación que no debería. 

Tengo 5 horas para fingir y respirar. Y es lo que haré porque es lo único que puedo hacer. 


sábado, 29 de marzo de 2014

Hora de resolver el problema frente a mí

Esta semana claramente insulté a algún dios y por eso decidió castigarme. Tal vez fue porque comí carne, dejé que me vieran el pelo, no intenté convencer a nadie para que sea mormón o testigo de Jeohvá ni fui a misa en domingo (ni en los últimos 3500 domingos). No sé cual pero alguno se ofendió y decidió castigarme. 

Porque esta semana todo lo que podía salir mal, salió mal. Fue una semana de dormir pocas horas, resolver temas que eran imposibles de predecir y que sé que algún día llegarán a darme risa porque en realidad fueron demasiadas cosas. 

Pero la semana pasó y quisiera decir que solo quedó el cansancio físico y mental. Pero hay dos cosas que quedaron revolviéndome el estómago. 

1. El dolor del insulto intolerante y sin fundamento. Todos me han dicho que no haga caso, que ante las palabras estúpidas, oídos sordos. Pero esos que me lo han dicho, no han vivido ese dolor, no han tenido que lidiar con un odio que incluso es penalizado por la ley pero ante el cual yo no puedo decir nada, porque "no es tan grave, no dejes que te afecte, etc, etc, etc".

Una parte de mí esta de acuerdo en que no debería dejar que me afectara, pero me afecta. Me duele que me juzguen por el país donde nací y sobre todo, por no haber nacido en el que vivo. Por haber dejado mi país y por estar aquí haciendo mi vida. Recordando lo que dice la psicóloga sobre preguntarme por qué algo me afecta tanto, debo reconocer que al final la intolerancia me duele porque siempre habrá días en que me pregunte qué estoy haciendo aquí y para qué. Entones cuando me entero que me están juzgando por extranjera, más fuerza cobran esas preguntas.

Y entonces viene el punto 2. De nuevo esta la sensación de no tener el apoyo que espero y necesito de los que considero deberían dármelo. Y claro, eso resuena con mis propios issues del pasado de cuando sentía que no contaba con las personas que debían estar en mi vida.

Al final, la sensación de no contar con los que deben respaldarme, es algo que he sentido por ya mucho tiempo y para lo que estoy tomando las medidas necesarias. Es solo cuestión de tiempo me repito una y otra vez hasta que el día llegue.

Y claro, esta la tentación de entregarme al odio como los otros lo hicieron. Quise insultar, agredir de vuelta y decir todo lo que pienso. Pero no quiero jugar ese juego, no quiero ser esa persona. Ya nos lo enseñó Cady en Mean Girls:



Así que eso es lo que haré, ver the big picture y dedicarme a resolver el verdadero problema que tengo frente a mí, el resto no merece mi tiempo ni mi tristeza y furia. 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Ilusionarse o no ilusionarse...

Una de las cosas que más trabajé con mi psicóloga fue el tema de aceptarme y no darle tanto peso a las voces de los demás a la hora de definirme. En particular estaba el tema de "es que soy muy intensa para México", que después de oirlo tantas veces se convirtió en una verdad en mi vida... y no. No es eso. Soy alguien que se apasiona y siente las cosas profundamente.

Y eso esta bien. 

Porque así soy yo.

Y no voy a cambiar mi forma de sentir las cosas. Porque no tiene nada de malo sentirlas de esa forma.

En estos días he pensado mucho en ese tema. Específicamente en el tema de las ilusiones. Para mí es imposible no ilusionarme cuando hay una posibilidad de algo que me gusta (un tipo, un viaje, un cambio de vida). Y cuando la cosa sale bien todo es felicidad y emoción. Nadie anda diciéndome que vea, que las cosas pasaron así para que yo aprendiera a medir mis ilusiones. Porque ando feliz y nadie anda diciendo tonterías cerca. 

Pero cuando no pasan... ahí si tiene uno al tarado de turno diciéndole que para qué se ilusionó tanto, que mejor no hubiera dejado que los sueños llegaran tan alto. Claro, uno tiene que ser inteligente, no se trata de que si salí una vez con un personaje y no vuelve a llamar porque cayó en el hoyo negro de los que no llaman, entre en la depresión absoluta porque yo ya le tenía nombre al helecho que mataríamos juntos en el apartamento en el que viviríamos (porque ni en mis ilusiones yo me siento capaz de mantener viva una planta). 

Pero digamos que hay ilusiones razonables. Esas que uno ve crecer con el tiempo. Y así hoy sienta la tristeza de algunas ilusiones rotas, sigo convencida que hay que tenerlas y que valió la pena sentirlas. Ilusionarme, soñar con lo que sería si todo funcionaba. Y esta bien. Porque es la forma en que yo me muevo, en que lucho por las cosas, me esfuerzo y dedico. Si no estoy ilusionada, no voy a echarle ganas a la cosa como dirían los mexicanos. 

Así que para que las cosas funcionen, es necesario trabajarlas y para que yo pueda y quiera trabajarlas, tengo que estar ilusionada. 

No importa si eso significa estar luego con la tristeza y frustración que tengo hoy. 




domingo, 14 de octubre de 2012

On my own

Decidí no seguir en terapia. Tras un larguísimo año de muchas, muchas sesiones decidí que es hora de dejar de ir. 


Las últimas sesiones habían sido extrañas al descubrir que no había nada de lo que yo quisiera hablar. Cada día tengo más claro qué es lo que quiero, qué necesito y tengo mucho más presente qué debo hacer para estar bien, para dejar atrás tantas concepciones erróneas que tenía de mí cuando llegué a ese consultorio... que a mí me cuesta muchísimo que alguien me guste, que soy muy intensa para vivir en México, que nadie va a apreciarme por lo que realmente soy... tantos que. 

Ahora mi corazón ya no llora por Open-Boy. Además, entendí que cuando me siento sola, siento que lo extraño porque es más fácil sentir ese vacío con una forma específica que extrañar un abstracto. Y pude entender que gran parte de las razones por las cuales llegué al punto en el que estaba antes de conocerlo fue por el vacío que dejó mi abuelo cuando se murió. 

Aprendí a ponerme a mí primero y no dejar que hicieran conmigo lo que querían, incluso si eso significaba dar una batalla cada tres segundos con Mr. M quién nunca quiso oír mi voz, pero yo peleé intensamente por tener un lugar en la relación. 

Hoy la tarea es poner todo lo que aprendí de mí misma en la práctica. Darme mi lugar en el mundo y en las relaciones que tengo. Saber imponer los límites para que no pasen por encima mío pero sin que se conviertan en barreras que no dejan pasar. 

Me da susto no poder, pero confío en mí. Siento que es un buen momento en mi vida y que es hora de hacerlo sola sin la safety net que es la terapia. 

Y anoche... anoche di un primer paso al atraverme a decir lo que pienso y quiero... y eso siempre es bueno. No sé cuál será el resultado, si habrá un resultado pero al menos yo estoy tranquila con cómo hice las cosas. 


viernes, 29 de junio de 2012

One week Volumen 2

Ayer leí mi entrada One Week. Que diferencia entre esa primera semana y esta primera semana. Alguna vez conoci a alguien que decía "edificios más altos se han caído" y si... la verdad es que todo se resume en que edificios más altos se han caído en mi vida y sé que este ni a duplex llegó. Y eso, me genera una tranquilidad que nunca había tenido.

Pero como en todo hay subidas y bajadas. Hay momentos donde me acuerdo y me pesa. Donde me da rabia que las cosas no continuaran fluyendo. Ya no sé si es que él se mostró como algo que no era o si cómo sugirió mi psicóloga, aunque se mostró como realmente es la presión de sus líos sin resolverse lo hizo poner una máscara que logró que los dos nos desencantaramos. Eso no importa. Lo que fue en las últimas semanas es lo que iba a seguir siendo y lo único que podía ser. Y los dealbreakers solo iban a seguir haciendo ruido.... Pero de tanto en tanto, lo extraño.

Y entonces me pesa sentir que él no me piensa. Que él no me extraña. Y sé que da lo mismo. Si me extraña o no. Pero me duele sentir que ese que se abrió, que me mostró lo que había en su interior y que me quiso... hoy ni se acuerda.

Eso suele pesar más cuando recuerdo lo bonito. Acepto que pasa menos seguido de lo que hubiera creído. A veces como hoy, es en medio de una comida, donde la gente habla de cosas sin importancia y algo me recuerda un buen momento con él, cuando me sonreía con cariño o buscaba mi mirada en medio de la conversación de grupo. 

No debo ir ahí. Me debo quedar donde he estado tranquila. Donde sé y siento que lo mejor fue desprendernos y aceptar que en realidad juntos no podíamos.


lunes, 9 de abril de 2012

Vencer el miedo

Ayer mi tía fue a conocer mi nueva casa y estuvimos hablando de todos los cambios que he vivido recientemente. Se siente un poco extraño que todo fluya tan bien. Y sin ser pesimista, sé que esto no va a durar para siempre así que trato de difrutar el momento.

Al final, más que los cambios exteriores, el que me tiene más feliz es el cambio interior. Darme cuenta que mi forma de ver las cosas y enfrentar las situaciones se ha transformado. Todo el trabajo de este año, empiezo a verlo reflejado en mi vida diaria. Me siento tranquila, confío en mí y en que las cosas se darán de la mejor manera.

Esto además me ha permitido ¡por fin! poner los límites necesarios para estar tranquila. Tantas veces en mi pasado sacrifiqué mi paz mental por el pánico de "si le digo que no, va a salir corriendo y entonces me voy a quedar sola para siempre". Hoy ya no siento eso. Por primera vez en muchos años, no creo que me vaya a quedar sola para siempre y a cambio estoy convencida de que la única forma de tener una relación que valga la pena y que funcione, es cuidándome y poniendo mi tranquilidad por encima de todo. Si el que esta del otro lado no lo entiende... dolerá pero mi vida va a continuar y yo estaré bien.

*** Además, ciertas dos palabras escuchadas el sábado me hacen pensar que el del otro lado, me entiende. Y eso es un gran plus.

viernes, 30 de marzo de 2012

Dos de tres

La otra noche me fui a celebrar con Tattoo-Boy que por primera vez en semanas salí a mi hora (mi vida es así de patética últimamente), y hablamos de cómo a veces uno encuentra a alguien chévere pero que no es atractivo y él salió con una de sus máximas respecto a las mujeres. Según él:

"women can only be two out of three: hot, cool or sane".

Y cuando lo pienso, es un poco cierto... Por mucho tiempo salí con los psicópatas donde siempre eran dos de tres (atractivos y completamente locos o chéveres y completamente locos) pero quiero pensar que la terapia y la experiencia han servido y hoy en día ya no es así. Sin embargo, al pensarlo bien, creo que hay un nuevo dos de tres:

  • Atractivos
  • Chéveres
  • Comprometidos

Al mirar los últimos personajes... ese siempre ha sido el problema. Pueden son chéveres y atractivos, pero entonces son unos yo-yo's humanos incapacitados de comprometerse. O encuentra uno a los chéveres y que pueden comprometerse pero sin atractivo alguno.

Pero volvemos a que la terapia sirve. Y hoy puedo ver que realmente necesito a alguien que se comprometa, que esté conmigo para que las cosas puedan salir bien. Y a veces, cuando los astros se alinean y uno ha pasado por tantas cosas y ha trabajado tan duro en estar bien... uno descubre que para que alguien cumpla la tripleta, es necesario cumplirla uno primero. Y hoy siento que por fin estoy comprometida conmigo misma y con lo que soy, que soy chévere y que hay muchas cosas de mí que son atractivas.

El resto... ya sucederá.

jueves, 26 de enero de 2012

Pensando en su silencio

"El Universo no gira a tu alrededor".

Es una de esas cosas que uno sabe. Pero que en la práctica, uno no aplica. Porque es muy difícil no tomarse las cosas de forma personal. Sobre todo, cuando las acciones de personas cercanas lo afectan a uno.

En la terapia he podido ver cómo la gran mayoría de las veces las acciones (y reacciones) de los otros responden a sus propias historias y momentos. Que entonces, nada, o muy poco, tienen que ver con uno.

Entonces hoy ando con la duda de si el silencio de Possibility-Boy es conmigo o no. Las cosas no terminaron como yo quería pero él una y otra vez insistió que yo era alguien muy importante para él, que nuestra amistad (y sí... no fui tan feliz de que eligiera esa palabra para definir lo que éramos) era fuerte y que superaríamos lo que pasó en sus últimos días en el DF. También me dijo que él no era bueno para mantenerse en contacto y que eso era algo que quería cambiar, así que si yo veía que se estaba distanciando que por favor le dijera. Y yo estuve tranquila.

Pero los días han pasado y no volvimos a hablar. Pasamos de una rutina donde yo abría el chat y casi de forma inmediata me encontraba con su Buenos días, a un silencio donde yo a veces lo saludo y no hay respuesta. Así que hice mis intentos... mandé un mail, el cual por supuesto nunca me respondieron. Espacie mis saludos para que no me acusara de intensa... y nada.

Y hoy fue mi último intento. Intenté ser lo más clara y directa posible. Decir las cosas como las pienso y siento. Hasta ahora solo ha habido silencio de su lado y tengo la sensación de que será lo único que habrá.

Y estoy molesta. Porque siento que esto tiene muy poco que ver conmigo, pero eso no significa que una respuesta no sea necesaria. También siento que esto muestra que para él, las cosas no eran tan simples como alegó en su momento.

Al final... en estos días he podido depurar todo lo que pasó y ver que al final mis sentimientos eran lo que creía: un cariño muy grande. Y por eso me duele. Porque extraño conversar con mi amigo, hablar de mil temas y tener cerca a alguien que ampliaba mi mundo. Pero si él no quiere o puede, no hay nada que hacer. Lo intenté y traté de hacer las cosas como mejor pude. Eso me da tranquilidad, aunque no me quita el dolor de sentir la pérdida de alguien que es importante.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Despidiéndome del 2011

La lección de la noche: conócete a ti mismo.


Ayer fui a tomar un larguísimo café con Pollo, que por supuesto terminó en un par de ginebras, una cena y una sobremesa con meseros revoloteando a nuestro alrededor con ganas de que nos fuéramos ya a la casa.


Hablamos del año, de todo lo que ha pasado y cuánto nos ha cambiado la vida, para que al final, casi todo siga igual. Por muchos años, al final de cada año, me tomaba el trabajo de escribir un resumen de lo que había vivido. Por algún motivo, dejé de hacer esto cuando llegué a México.


Pero el 2011 ha sido muy largo, muy intenso y muy profundo para no escribir al respecto.


El año empezó conmigo derrotada. Me cuesta un poco de trabajo de pensar en cómo pasé los primeros meses. Decidí poner distancia con Tattoo-boy para no salir herida cuando él se fuera del país. Barreras sobre barreras, muros sobre muros. Y se fue dejándome un vacío extraño de saber que él no era, que no lo sería y con la infinita sensación de que nadie lo sería. Los meses pasaron y mientras escribo esto, sigo teniendo problemas recordando esa época, tal vez por el hecho de que iba en automático, viviendo sin ganas, haciendo lo que tocaba, sin sentir.


Me aburrí en la casa, me mudé y traté de pensar que sería un nuevo inicio. Pero de nada sirvió cambiar de escenario cuando la sensación de haberme rendido, llenaba gran parte de mis días. Para complicar un poco más las cosas, los que en un momento consideré mis grandes amigos, mi familia en México, se desvanecieron dejando solo preguntas sobre su ausencia.


El único momento de ese inicio del año donde me sentí realmente bien, fueron los 4 días que vine a Colombia para el matrimonio de Adri. Por primera vez desde que me fui del país, sentí que encajaba, que mi presencia tenía sentido y esa sensación de incomodidad que tantas veces he sentido desde que vivo en México, no estuvo por ninguna parte. Como le diría mucho después a Open-Boy, fueron los 4 días más felices en mucho tiempo. Y fueron así de felices porque sentí que estaba compartiendo algo realmente grande con alguien a quién quiero con el corazón, porque tuve tiempo de estar con los que más quiero, de ver a mi familia y tener un día de felicidad con mi mamá. Por una vez, no tuve la culpa de no estar en los grandes momentos de la gente que quiero. Estuve y fui parte. Y eso significó mucho más de lo que me pude haber imaginado.


Pero regresé para seguir en el piloto automático de siempre, con la certidumbre de que no había, ni habría, a nadie a quién querer.


It was the best of times, it was the worst of times.


Y una noche, en una salida de guía turística mi vida cambió. Le decía a Pollo que aún recuerdo la sensación cuando Open-Boy abrió la puerta y yo lo vi por primera vez. Sonará cursi, pero desde el saludo, yo sentí que algo se movió en mi interior. Dadas las circunstancias, inicialmente me negué a aceptar que me gustaba, pero sin darme cuenta a qué horas, mi corazón volvió a abrirse. Encontré a alguien con quién me conecté como jamás lo había hecho, que me hizo sentir lo que pensé imposible, a quién amé como jamás he amado y quién me amó por lo que soy. Fueron los mejores y los peores días de mi vida. Ya no hubo barreras, no hubo muros, no hubo nada. Solo el amor que sentimos y la profundidad de una conexión que muchos meses después aún resuena en mi vida. Por primera vez entendí lo que era amar a alguien tanto, que su felicidad era más importante que el estar juntos; en la medida en que comprendí que para él la única opción posible de estar bien y ser feliz era alejándose, lo dejé ir, con la esperanza de que él este en lo correcto y así pueda tener una vida con la felicidad que se merece.


Open-Boy fue un terremoto cuyo impacto aún no termino de vivir. Y, como todos los clichés, tan rápido como llegó, se fue; dejándome destruida y sin saber cómo armar mi vida, sabiendo que era posible sentir amor pero que no era posible tener su amor. Los días que siguieron fueron de los más dolorosos de mi vida. Hoy me parece como si solo hubiera habido llanto en esa época de mi vida, volqué mi corazón en este blog y traté de exorcizar mi dolor a punta de palabras y canciones. Como nunca antes en mi vida, la música llenó mis días y me apoyé en las palabras de otros para decir una y otra vez lo mucho que me dolía su ausencia, sus palabras, su silencio. Mi frustración ante una vida que no era posible.


Pero ni el harakiri emocional que fue Open-Boy logró convencerme que era posible encontrar a alguien con quien compartir mi vida. Fue necesario que en medio de la inmensa tristeza, apareciera el Sr. S para que yo empezara a contemplar que las cosas pueden ser distintas. Unos besos atorados de sentimientos se convirtieron en salidas donde yo sentía algo distinto al dolor de la ausencia de Open-Boy. De repente me encontré disfrutando del Sol, teniendo conversaciones inteligentes y ante todo, me encontré sintiendo.


No era igual. No era tan profundo. No era tan intenso. Pero yo sentía. Y el Sr. S, también sentía. Y eso tuvo un gran efecto en la forma en que veía el mundo. Para lograr salir del hondo hueco en el que me metí, fue necesario volver a terapia. Y ahí aprendí la importancia de preguntarme para qué y no por qué. De dejar entrar y de tener confianza en el universo y sobre todo en mí. Volví a confiar en que las cosas saldrían bien. Hoy pienso y siento que las cosas, saldrán bien.


Y mientras pasaba mis días asoleándome, yendo a terapia e intentando terminar de dejar ir a Open-Boy, el universo se encargó de obligarme a frenar y detenerme. Me tocó darme contra el mundo, terminar en muletas y con el cuerpo totalmente golpeado, para que yo me permitiera estar conmigo misma, para que dejara de esconderme en la música, las películas, las series de tv. Tuve que parar, descansar, aceptar el silencio y la soledad. Con dolor acepté que el Sr. S nunca sería alguien dispuesto a estar de la forma en que yo quiero y lo solté también a él, agradecida de que al hacerme parte de su vida, me hubiera permitido recobrar la confianza en las posibilidades.


Al mismo tiempo, por fin dejé ir a V, quién tras repetir las promesas de siempre, continuó siendo una ausencia cuando más lo necesitaba. En las últimas sesiones de terapia he hablado mucho sobre la importancia de poner límites. Es algo que me cuesta trabajo y que me ha generado grandes problemas. Con V fue necesario soltarlo y darme cuenta que él realmente hacía mucho no era parte de mi vida. Anoche encontré algunas conversaciones que tuvimos cuando éramos más cercanos y me dolió su ausencia; lo veré próximamente pero ya no quiero continuar en una dinámica donde él promete, yo me ilusiono y luego enfrento la realidad de una ausencia. Quiero pensar que podré tener un contacto casual como lo tengo con tantos en Colombia, pero yo ya no quiero nada más profundo.


En septiembre, volví a Colombia, en muletas y por primera vez, en un plan distinto a las vacaciones. Crecer en el trabajo culminó en mí, dando un entrenamiento, con conocimiento de causa y con el Ex tomando nota. Entendí que el universo da las vueltas que quiere y que la ironía es parte de la vida, que incluso lo imposible pasa y que no puedo convencerme de que algo no sucederá, porque no controlo mi futuro.


El trabajo cambió, se abrieron posibilidades y en un año mis tareas, responsabilidades y retos se ampliaron, obligándome a desarrollar nuevas habilidades, enfrentarme a situaciones distintas y probarme que si puedo. El término frenemies adquirió completo sentido en mi vida y tuve que asumir que abrir el corazón trae sus riesgos en lo laboral, cuando los que fueron amigos dejaron de serlo. Aún así, opté por no volver a cerrar mi corazón. Porque ya no quiero vivir una vida con el corazón cerrado.


Cuando todo parecía estar volviendo a la calma, descubrí que en mi interior hay toda una faceta que yo desconocía. Ayer por primera vez hablé de ésta en voz alta con alguien diferente a mi psicóloga. Tener a alguien que no me juzga y a quien puedo aceptarle lo que me asusta, atrae y que entiende que aún estoy construyendo el significado del tema, me dio tranquilidad y la sensación de que no estoy sola.


Y otra buena noche, me encontré hablando con alguien que me generaba al mismo tiempo, atracción y rechazo. Al encontrar a Possibility-Boy temía estar repitiendo mi pasado y dudaba de qué era lo que realmente me gustaba, si él por lo que era o por su parecido con Open-Boy. Intenté hacer las cosas de manera diferente. Dejé mi corazón abierto, dejé que las cosas fluyeran y confié en mí, en el proceso que he hecho y en la sensación que él no me haría daño. Las cosas no fueron tan simples como yo hubiera querido y en un escenario ideal él y yo nos encontraríamos en un lugar donde tuviéramos la posibilidad de explorar lo que hay entre los dos. No creo que esto llegue a pasar, pero también soy consciente de que algo no termina de cuajar con él y que para rematar, él no tuvo la sensibilidad para despedirse como yo hubiera querido. Y para doblemente rematar, él no tuvo la necesidad de tener mayor cercanía antes de despedirse. Y esas tres cosas, sumadas a la certeza de que él vivió las cosas de forma completamente diferente, no las puedo obviar. Hoy tuvimos una larga conversación donde creo que finalmente se aclararon muchas cosas, pero también vi que me falta mucho para trabajar, que aún me cuesta mostrar lo que siento tal y como lo siento y que aún transmito barreras. Tengo miedo de volver al DF y encontrar que la tranquilidad que he sentido en estos días no es tan grande y que a cambio, hay una nueva ausencia. Él tiene confianza en lo fuerte que es nuestra amistad y yo quiero pensar que él seguirá siendo una parte importante de mi vida, porque ante todo, por él siento un inmenso cariño.


Y entre los diferentes hombres, en medio de los cambios laborales, las presencias y las ausencias, lo que más hice este año fue escribir. Construí una historia que está en camino, que es mi reto personal y que me hace crecer, pensar, sentir y ser mejor. Que es el mejor espacio para soltarme y sentirme bien.


Muchas cosas pasaron. Sigo en el mismo trabajo, sigo soltera, sigo viviendo en el mismo barrio. Pero soy otra. He recobrado la confianza en mí, en la vida, en el trabajo que hago, en la historia que escribo y en lo que puede suceder. Por fuera casi todo sigue igual. Por dentro, todo ha cambiado.


Y solo por eso… este año es importante.


Estoy decidida a que el 2012 sea el año en el que logre mis objetivos. Quiero que mi proyecto personal suceda y tener la fuerza para hacer mis metas realidad. Quiero ser la persona que hace que las cosas pasen y que se esfuerza por tener lo que realmente quiere y necesita. Además, quiero abrirme a más cosas nuevas, atreverme a nuevos retos, conocer más gente. Ante todo quiero seguir trabajando en mí, en tener una mejor relación con los que me rodean, donde yo tenga claro cuál es mi papel, donde los límites existan y se respeten. Quiero seguir conociéndome, quiero terminar de soltar los roles que no me corresponden, las ausencias que me hacen daño y los patrones que me impiden tener la vida que quiero. Por primera vez en mucho tiempo, siento que es posible encontrar a alguien que me quiera por lo que soy y a quién yo quiera, alguien que tenga claro quién es, que no le tenga miedo a sentir y que esté listo para construir algo a mí lado. Espero que esto suceda y el personaje aparezca; mientras tanto yo seguiré trabajando por estar bien, cómoda conmigo misma y en paz con lo que soy.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Lo que había olvidado

Hoy estoy enferma. No sé que tengo, pero como siempre que estoy enferma, me siento sensible y vulnerable. Me acuerdo de Ángela, la psicóloga diciéndome que esto siempre pasaría y acepto que es cierto: cada vez que me enfermo, todo lo siento a flor de piel.

Y entonces se me ocurrió ver Grey's Anatomy. Lexie habla con la novia de un paciente y le explica que amarlo significa alejarse, dejarlo ir porque es la única forma de que él viva. Y de repente me acordé que eso fue amar a Open-Boy.

En todos estos meses de tristeza, dolor, frustración, silencio, ausencia y finalmente, aceptación... creo que en algún punto olvidé cómo fue amarlo. Olvidé que encontré a alguien a quién quise de forma tan profunda y tan real que supe que su felicidad solo podría suceder en contra de la mía y opté luchar por la de él... Porque en el fondo, lo amaba tanto que si él es feliz, eso es lo que importa.

Después de su partida, cuando solo me quedó su silencio, vi muchas cosas. Vi lo incorrecto que era él para mí, todo lo que le faltaba para ser la persona que yo quiero en mi vida; me llené de frustración ante sus decisiones y ante lo que yo percibo que pasa en su vida. Y olvidé que en el acto de amor más grande... yo comprendí que él tenía que irse, porque la manera en que él ve la vida y entiende la felicidad, solo le permitía alejarse si quería ser feliz. Y con esa comprensión, vino mi silencio, mi despedida sin pedirle nada, mi aceptación de que lo amaba lo suficiente para fomentar que él se fuera tras su felicidad...

Luego lo juzgué, luego sentí cuan equivocado esta. Pero eso no importa.

He seguido adelante, he llegado al momento en que hay días en que no me acuerdo que él un día fue parte de mi vida, he construido sobre todo lo que se derrumbó y ahora estoy bien. Y hoy, enferma, sensible y vulnerable, reconozco que también era importante recordar qué tan fuerte fue mi amor por él... porque fue eso lo que desencadenó todos los cambios que ha habido dentro de mí y que hoy hacen que yo este bien.

***And so I wish for him to be able to find his hapiness and wellbeing, just like I did the day I said goodbye to him.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Una buena sesión

La terapia es difícil. A veces salgo peor del consultorio de la psicóloga de lo que entré. Voy a ser confrontada, a ver las cosas desde otras perspectivas y sobre todo, para aprender sobre mí.

Hoy tuve una muy buena sesión. Aunque tenía sueño y lo último que quería era levantarme temprano en sábado, necesitaba poner las cosas en perspectiva. Organizar mis ideas y entender un poco más, qué esta pasando en mi vida. Para qué encontré a Possibility-boy.

Así que fui y le conté. Hablé sobre las similitudes con Open-boy, mi confusión emocional, la frustración de sentir que solo me puedo conectar con hombres que no viven aquí y la forma en que parece que ha salido nuevamente el Sol.

Y mientras hablaba, las cosas fueron adquiriendo forma. Con ayuda de la psicóloga, vi cómo yo le había pedido al universo un hombre que sepa lo que quiere y que sepa que quiere estar conmigo. Cuando lo tuve claro, cuando por fin pude sentir que eso que tanto anhelo es posible y que es factible encontrar a alguien a quién querer y que me quiera a mí... Aparece alguien. Y es alguien que no duda en decirme que le gusto y que no le da miedo acercarse o mostrarme que esta contento de conocerme, o incluso hacer planes para dentro de 15 días.

Mientras me daba cuenta de esto, las prevenciones también salían: que no vive aquí, que aunque me ha dicho que le gusto eso no garantiza nada, que la última vez que dije que me arriesgaba a querer a alguien y que no importaba si me volvía mierda terminé... precisamente en terapia, que todo esto puede salir muy mal, que y si él se aleja a mitad de camino, etc. Y es que realmente no me siento lista para otro harakiri-emocional.

Pero creo que ya no se trata de saltar a vacío sin paracaídas y asumir que el golpe es necesario. Se trata de fluir mientras camino con los ojos abiertos. Sabiendo que hay riesgos pero que también hay oportunidades. La tarea de esta semana es no pensar en el futuro. Disfrutar este presente y dejar que la vida se encargue de resolver el resto.


sábado, 22 de octubre de 2011

Y entonces uno descubre

En una semana atravese una puerta que ni siquiera sabía que existía en mí. Y entonces me asusté. Encontrar a los 29 años que hay cosas completamente desconocidas en mi interior, fue un poco aterrador, al tiempo que me emocionó saber que nada es definitivo, ya que todo puede cambiar en un instante.

Para aclarar mis dudas y angustias fui a una de las sesiones más productivas de terapia hasta ahora. De repente ya no me sentí tan mal por lo que he descubierto de mí y al contrario pude ver the big picture. Y es clara. Estoy en un momento de mi vida donde quiero a alguien serio, alguien que se pueda comprometer y que no le tenga miedo a sentir. Alguien que no sea un yo-yo.

Ahora es momento de dejar la fascinación, reflexionar en el para qué y continuar enfocándome en mí, en mi proyecto personal y mi historia. Tal vez no sea fácil, pero es lo mejor para mí.


*** Is all this the result of you breaking me?

miércoles, 27 de julio de 2011

Perspectiva...

"Only the heartaches have given me sight"

Hace rato encontré esta frase en una canción de Joshua Radin y se me clavó en el corazón. Siento que es precisamente eso lo que ha sucedido en estos meses. El dolor se ha convertido en perspectiva. Lo que pasó me ha obligado a pensar en quién soy, qué estoy haciendo en la vida y sobre todo, qué quiero yo.

El proceso en la terapia ha implicado enfrentar muchas cosas de mí. He empezado a aceptar que hay ausencias que aún pesan en mi alma a pesar de que han pasado años desde que se fueron. El dolor de las muertes del 2009 sigue moldeando mi vida. Por primera vez me he atrevido a aceptar que la muerte de mi abuelo rompió mi sentido de seguridad y protección. Y ahora empiezo a ver las consecuencias de su partida. Lentamente empiezo a entender que soy mi crítica más dura y que a veces debo darme chance de sentir y ser. Comprendo que dejé que los otros definieran lo que no me gusta de mí y que oí a los que no debía porque a veces me da pánico aceptar lo que soy.

Y cada día que pasa soy conciente de que no hay motivos para darme por vencida, que no puedo rendirme aún. El amor puede llegar a mi vida. El amor llegó a mi vida. Ahora es cuestión de darme la oportunidad de aprender de lo que pasó y abrirme a lo que el futuro pueda traer.

miércoles, 20 de julio de 2011

Las preguntas del momento

El lunes fui a la segunda sesión con la psicóloga y hablamos de las preguntas que deben hacerse y aquellas que no tienen sentido. No se trata de preguntar "por qué"... sino "para qué".

Y me gustó la idea. Los por qué duelen mucho: ¿por qué apareció para no quedarse? ¿por qué su silencio? ¿por qué sus palabras? ¿por qué hace lo que hace? ¿por qué no podemos explorar el potencial que teníamos? ¿por qué no tengo derecho a ser feliz con él? ¿por qué elige lo que elige? ¿por qué no puedo quedarme con el hombre que encontré y que tanto ha significado? ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? No hay respuesta para estos por qué y por eso duelen tanto.

En cambio cuando pienso en el para qué, las cosas dejan de relacionarse con él y la historia se vuelve mí historia. ¿Para qué abrí mi corazón? ¿Para qué me arriesgué a amar? ¿Para qué quiero usar lo que sucedió?

Aún no tengo claras las respuestas a estas preguntas... Intuyo que para crecer, para ser mejor persona, para recordar que no puedo darme por vencida.

Con lágrimas le acepté a la psicóloga que antes de que Open-boy apareciera yo me había dado por vencida, cansada de sentir que no se podía, dejé de intentarlo y me convencí que no había chance de amar. ¿En qué momento dejé de creer en mí? Años de soledad, de tristeza, de sentirme incorrecta y complicada sirvieron para convencerme que no había futuro y que mi corazón estaba mejor si permanecía cerrado.

Pero no quiero seguir así. Por fin entiendo que todo lo que Open-Boy me hizo sentir acerca de mí misma: atractiva, inteligente, interesante, divertida, bonita y valiosa, realmente existe en mí. Y que si él lo vio es porque es.

Aún no comprendo muchas cosas... y de tanto en tanto mi corazón se llena de los por qués que tanto duelen. Pero también he entendido que la gran respuesta al para qué es simple:

Para que me atreviera a preguntarme ¿quién soy? y solo así eligiera vivir la vida que quiero.



miércoles, 13 de julio de 2011

Blandita

Cuando Pollo esta en esa mezcla entre tristeza, nostalgia, rabia y malparidez dice que esta Blandito. Es una buena forma de decir que esta vulnerable y que el mundo le esta generando conflicto.

Yo hoy estoy blandita. Ayer fui a la primera cita con la psicóloga y sali blandita. Con muchas ideas y sentimientos atravesados en el pecho. Con la sensación de que tal vez estoy repitiendo la historia familiar de relaciones disfuncionales, codependencias a la vuelta de la esquina, hombres que se van y parejas que no funcionan. Durante la cita, de repente fue muy evidente que mis cuatro abuelos se separaron, que mis papás hicieron lo mismo y que cuando lo pienso, la única relación adulta estable que conozco son los papás de mi mejor amiga. Pero no quiero simplemente culpar a mi pasado. Yo he tomado mis propias decisiones y bien o mal, he hecho mi propia vida.

La psicóloga dijo lo mismo que el acupunturista: que debo ser feliz porque amé y dejar que el amor transforme mi vida. Sin embargo, me cuesta mucho trabajo aceptar un amor por alguien que no esta y a quién estoy tratando de olvidar. Lentamente he empezado a comprender que Open-Boy llegó a recordarme que yo puedo amar y así reabrir mi corazón.

Así que este es el nuevo objetivo, el cual aún no sé cómo alcanzar: dejar que el amor me cambie, me haga bien y me sirva para tener una mejor vida. No cerrar más mi corazón.

***
Hoy el acupunturista me envío este correo:

Porque creo que el amor solo cambia de lugar, porque creo que esta experiencia no tiene que ver solo con esa persona, es tu experiencia, es tu apertura al amor... tiene el poder de abrir tu corazón irremediablemente... mucho mas allá de alguien o de algo...

Disfrútalo

Transcrito de EL PROFETA de Gibran Khalil Gibran

El amor.

Cuando el amor os llame, seguidlo por más abrupto y escarpado que sea su camino.

Si os cubre con sus alas, obedecedle, aunque os hiera la espada que oculta su plumaje.

Cuando el amor os hable, tened fe en él, aunque su vos destruya vuestros sueños y los disipe cual viento del Norte que asola el jardín.

Porque tal como os corona, así os crucifica; y tal como trabaja para haceros crecer, así os instruye y extirpa el mal que hay en vosotros; y tal como sube hasta la copa más alta del árbol de vuestra vida para abrazar sus ramas suaves que se mecen ante la faz del sol, así baja a sus raíces pegadas al suelo, sacudiéndolas en el silencio de la Tierra.

El amor os estrecha a su corazón como a mieses del Sud; os trilla en su era para descubrir vuestra desnudez; os abalea para libertaros de vuestras cáscaras y pajas; os muele para volveros cual copos de nieve; os amasa con sus lágrimas para ablandar vuestra dureza; para luego ofrendaros al fuego sacro y hacer de vosotros el pan sagrado que servirá como un presente sobre la mesa de Dios.

Todo esto hace el Amor con vosotros, porque quiere que vosotros alcancéis a conocer y ahondar los secretos de vuestros corazones; para que así podáis volver, con estas luces, una parte del corazón de la Vida. Empero si teméis, prefiriendo vivir tranquilos y gozosos con el amor, vale más para vosotros que cubráis vuestra desnudez y salir de la era del amor al mundo lejano, donde podréis reír, pero no con toda vuestra risa, y donde os será dado llorar, pero nunca con todo lo que hay de lágrimas en vuestros ojos.

Todo lo que puede dar el amor es entregarse a sí mismo; y no toma nada que no sea de sí mismo.

El amor no posee nada y no admite ser poseído; porque el Amor se conforma con el Amor mismo.

Mas cuando amas no digas: Dios está en mi corazón. Dí mas bien: yo estoy en el corazón de Dios.

No te hagas la ilusión de que puedes dominar los caminos del Amor. No; porque cuando el amor te encuentre digno de su gracia, se adueñará él mismo de tus caminos.

El amor no tiene más anhelos que si propia perfección. Más cuando amas, y siendo tu voluntad tener deseos propios, que éstos sean así: Que sean un arroyuelo que circule, alegrando con sus murmullos los oídos de la noche.

Que tu real conocimiento del Amor te hiera en el corazón, que tu sangre mane abundantemente, y que seas en ellos conforme y feliz.

Que abandones tu lecho, al rayar el alba, con corazón alado y vibrante; y así habrás cumplido tu deber, ganando otro día mas de Amor.

Que descanses a la hora del mediodía, sugiriendo, e infundiendo en tu alma la vehemencia del Amor.

Que vuelvas a tu casa a la hora vespertina, agradecido y grato.

Y así dormirás balbuceando y repitiendo en el fondo de tu corazón tu oración y cantos por Aquel que amas. Y sobre tus labios quedarán impresos los salmos y las plegarias de la Gracia y la alabanza.


sábado, 9 de julio de 2011

Decisiones

Hoy regresé al acupunturista. La llegada de Ginebra ha traido de nuevo mis alergias y me paso los días estornudando, sonándome y con los ojos hinchados. Y yo ya estoy harta de tener mis ojos hinchados. Dos meses de llorar intensamente son suficientes como para ahora ejercitar mis párpados a causa de la gata.

Y en cuanto la sesión empezó, el acupunturista con unas pocas palabras logró que yo hablara de mi dolor, del proceso que estoy realizando y de la rabia que siento. Él se limitó a oírme y luego a felicitarme... Según él, es maravilloso que yo por fin haya dejado que alguien rompiera todas las barreras que pongo, que yo me atraviera a saltar al vacío y arriesgarme a amar. Luego me dijo que soy intolerante al amor, que probablemente por eso soy alérgica a Ginebra, quiero su cariño, pero lo rechazo. Yo no sé si realmente lo que me dijo es cierto, quiero pensar que no. Pero lo que es cierto, esque efectivamente me cuesta mucho abrirme a las personas, dejarlas acercarse a lo que soy realmente y Open-Boy derrumbó todas las barreras que yo tenía, pasé de no atreverme a sostener su mirada por miedo a que me viera de verdad, a ser amada por lo que soy.

Luego el acupunturista señaló la importancia de hacer bien este proceso, de aceptar lo que pasó como un evento que puede cambiar mi vida, lo que soy y cómo vivo. No es suficiente con estar haciendo bien las cosas, escribiendo, yendo al gimnasio, trabajando, going thorough the motions como ya he dicho... es necesario abrirme al aprendizaje que el amor que sentí por Open-boy generó en mi vida. Encontrarlo, amarlo y perderlo, tienen que servirme para crecer, aprender y vivir mi vida de una mejor manera. Hasta ahora, gran parte de mi rabia es producto del sentir que él no esta cumpliendo con su parte del trato, que él no esta siendo feliz.... pero no se me había ocurrido pensar en qué estoy sacando yo de lo que viví. Todo lo pensé en términos de él: quién sería yo en su historia? la niña que le hizo ver lo importante que es ser feliz, etc. Cómo quedaría yo tranquila? dejándolo ir para que tenga lo que él considera es su felicidad... y yo? qué voy aprender yo de esta historia?

Con todo esto en mi cabeza, llegué a despedir a mis tías. Volví a sentirme querida y parte de mi familia. Las abrace y agradecí su visita. Y entonces, mi tía, la que vive aquí, me habló de lo maravilloso que ha sido iniciar un proceso de terapia con una psicóloga maravillosa que para mayor alegría es de formación sistémica. Le pedí el teléfono y el lunes llamaré a pedir cita. Ya no quiero simplemente estar mejor, quiero salir de esto habiendo aprendido, crecido y madurado, para así ser realmente feliz. Si su parte del trato alguna vez fue ser feliz... yo debo hacer lo mismo. Buscar y ejercer mi propia felicidad.



domingo, 18 de octubre de 2009

Sobre la tristeza de la distancia

Mi mejor amigo esta triste. Una de mis mejores amigas esta triste también. Y aunque sus tristezas están conectadas son muy distintas. Él esta en Canadá y ella en Colombia. Él vive con su roomate y ella con su familia. Él me llora por Skype y ella sale con sus amigas que la oyen, la abrazan y sospecho la emborrachan.

Y es que al vivir por fuera todo es distinto. Todo se ve desde una perspectiva diferente. Un mal día en Colombia es diferente de un mal día fuera de Colombia. Es más duro y más difícil. Últimamente he pensado mucho en este tema. Mi psicóloga dice que vivir por fuera lo pone a uno en una posición de debilidad y de extrema vulnerabilidad. Y yo creo que es cierto. Las redes sociales que lo sostienen a uno en su país dejan de estar y se convierten en llamadas por teléfono llorosas. Mails tristes. Y eso no es lo mismo.

Entonces todo se ve desde una perspectiva diferente y eso altera las relaciones que uno crea. Y no sólo las relaciones de pareja, todas las relaciones. Se hace uno amigo de gente a la que jamás le hablaría en su ambiente natural, simplemente porque es alguien con quien hablar y salir. Y eso tiene cosas buenas, una de mis mejores amigas en India, una mujer a la que llegué a querer con todo mi corazón, era una persona a la que jamás me hubiera acercado si no estuviera forzada a hacerlo. Descubre uno gente cuando se ve obligado a ir más allá de los prejuicios, estereotipos, ideas, perezas y temores.

Pero también se queda uno en relaciones por miedo a la soledad. A veces se encuentra a uno mismo pensando en mantener ciertas relaciones no por lo que aportan, sino por ese pánico de quedarse aún más solo. Se aferra uno a cosas que no son sanas. Es muy probable que yo jamás hubiera salido en una segunda cita con el gringo si no hubiera sido porque me sentía sola. Y él era alguien con quien hacer cosas.

Y cuando las cosas no fluyen o no funcionan, duele mucho más. Hay más espacio para el dolor. En Bogotá yo era una persona que cuando no me aparecía un chico, llamaba a una amiga o amigo y armaba plan. Aquí, esa opción no siempre existe porque no tengo tantos amigos. Y nuevamente, eso hace que me aferre profundamente a los que tengo... y últimamente me he dado cuenta que eso trae unos riesgos muy altos.

Pero ¿se puede hacer algo? La respuesta obvia es expandir la red social. Hacer más amigos. Pero cuando pasan cosas particularmente felices, tristes o difíciles, yo extraño a mis verdaderos amigos, a los que me conocen hace años, a mi familia que me quiere desde siempre... y eso no esta aquí.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

"Opposites attract, but that doesn't mean they work out"

Hace 12 años y 12 días exáctamente, me cuadré por primera vez. En términos mexicanos, hace 12 años y 12 días empecé a andar con mi primer novio. 4 de septiembre de 1997. Todavía me acuerdo de la fecha, la escena y por supuesto del personaje.

C era un niño completamente diferente a mí. Dedicado a los deportes (me arrastró a numerosas prácticas de aikido y a una ceremonia donde le dieron un cinturon amarillo), no leía un libro ni por equivocación, bueno en las matemáticas y convencido que las clases de historia era una pérdida de tiempo. Le gustaba Jackie Chan y trató muchas veces de convencerme de ver Masacre en el barrio chino (puedo decir con orgullo que no lo logré y al día de hoy todavía no la he visto). En cambio me obligóa ver esa tragedia cinematográfica llamada La Colonia con Dennis Rodman intentando actuar. Peleabamos por todo. No lograbamos encontrar puntos en común. Pero me atraía. Mucho. Hay muchos motivos acerca de porqué duré 1 año y 8 meses con este personaje pero hoy no se trata de discutir eso.

Se trata de por qué 12 años y 12 días después a mí me siguen encantando los opuestos. En mi historial sólo ha habido un novio similar a mí y el resultado fue catastrófico. Nos gustaban las mismas películas, libros, sitios para ir, restaurantes, etc. y pronto olvidamos las razones por las cuales era una buena idea salir con más gente, hacer cosas sin el otro y tener una vida propia. De nuevo, hubo muchas más razones por las cuales la relación se terminó pero el mimetizarnos fue una de las más importantes. Así que el siguiente novio que con el siguiente novio que busqué era nuevamente un opuesto. Católico, familiar, de padres felizmente casados, con una visión del mundo totalmente distinta a la mía. Y aunque aprendimos sobre qué temas podíamos discutir sin odiarnos, hasta el final gran parte de su atractivo era el mundo tan distinto en el que él vivía.

Y los años pasan y yo sigo en las mismas. Me encuentro a mí misma saliendo con personajes con los que no tengo nada (o muy poco) en común. Mi psicóloga dice que esto es positivo. Y tal vez lo sea. A mi me gusta estar con personas que me abren el universo, que me ayudan a ver cosas distintas, que me enseñan sobre cosas en las cuales yo nunca me interesaría... Pero de vez en cuando... anhelo compartir lo que me gusta, mi visión del mundo, sin tener que estar en interminables debates y discusiones.