Mostrando entradas con la etiqueta communist daughter. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta communist daughter. Mostrar todas las entradas

domingo, 13 de mayo de 2012

Canciones para salvar tu vida

Vino Paul McCartney a México y por muchos motivos yo no pude ir, cosa que me sigue doliendo. Más cuando todas las reseñas del que hizo en Bogotá fueron absolutamente maravillosas. Hasta Gaby dijo que era como haber visto un unicornio (aquí su entrada). Yo me tuve que contentar con verlo por internet y pensar que eventualmente volverá y yo lo podré ver como toca. 

Y claro, la emoción no fue la misma. No había gente a mi alrededor, mi pantalla es chiquita y yo estaba muy cómoda en mi silla. Pero de repente tocó Blackbird. Y yo lloré emocionada, igual que si lo hubiera tenido a un metro mío. 

Porque Blackbird es LA canción. Aquella que me ayudó a salir del peor momento. Esa que oía una y otra vez, tratando de creer que era cierto: 

"Take these broken wings and learn to fly  
All your life  
You were only waiting for this moment to arise"

La canción estaba en un cassette y yo aprendí cuántos segundos tardaba en devolverse para poder oirla sin parar cuando necesitaba sentir que no era el fin, que era un comienzo. 

Y así, cuando Paul McCartney la tocó, yo me transporté a esa tarde, un año después de terminar con Novio-Número-Dos, cuando tenía que llevarle algo que había escrito y que creía que era la mejor despedida. Tomé el carro de mi mamá, manejé las 4 cuadras oyendo solo esa canción. Le marqué y le pedí que saliera. Y mientras lo esperaba oía una y otra vez esas palabras con la esperanza de creérmelas. "All your life, You were only waiting for this moment to be free".



Como ya he dicho en este blog, yo no soy alguien particularmente musical. Eso ha quedado aún más en evidencia ahora que Mr. M ha aparecido en mi vida, cuya M podría ser por melómano. Conciertos, canciones, oye esta parte, son el día a día. En parte envidio un poco esa pasión que tiene. La mía esta dispersa en muchas cosas y siempre me he preguntado cómo sería ser así. Pero eso no significa que la música no sea importante en mi vida. Al contrario. Yo podré ser la que no sabe quién toca nada ni cual es el puente de una canción... pero yo necesito soundtrack en mi vida. De lo contrario me enloquezco. Y en los momentos difíciles, la música es aún más necesaria. 

El año pasado, durante el harakiri-amoroso, estoy segura que yo no hubiera podido salir del hoyo negro sin esas canciones que decían lo que yo estaba sintiendo. Así este blog se llenó de canciones: La primera y más difícil claro fue Somebody Loved de The Weepies, pero de ahí le siguió la lista de tristezas: The Humpty Dumpy Song de Travis, Los restos de nuestro amor de Fito Páez, Wake Up Alone de Amy Winehouse, They bring me to you de Joshua Radin,You Know Who I Am de Leonard Cohen y claro Soundtrack to the end de The Communist Daughter... 

"And they broke our hearts in two
While we walked away
So I just pushed on through
And I made my muscles move
'Cause I could never say

And all our hearts were breaking
There was music all around
And the walls were always shaking
'Cause our love was the sound
Our love was the sound"

Esas eran las canciones para llorar mi tristeza, para dejar salir el dolor y la frustración. Pero hubo una que me ayudó en la tarea de convencerme que había un "otro lado", que yo podía algún día recuperarme. Y entonces me dediqué a oír Her Morning Elegance y a creer que era cuestión de luchar por mi vida. Repetí esas palabras una y otra vez: 

And She fights for her life
As she puts on her coat
And she fights for her life on the train
She looks at the rain
As it pours
And she fights for her life



martes, 1 de noviembre de 2011

Confundida...

Tras meses de sentir que estaba avanzando en mi proceso, de volver a respirar tranquila y dejar de recordarlo a cada instante… he retrocedido y me vuelvo a encontrar en ese lugar donde las canciones duelen en el alma y no puedo evitar llorar en los buses mientras oigo esas frases que tanto daño hacen.

And all our hearts were breaking
There was music all around
And the walls were always shaking
'Cause our love was the sound
Our love was the sound


Revivir conversaciones y sensaciones me está haciendo daño. Y no sé si es porque quiero ver que todo se parece o si en realidad… todo se parece. Tampoco sé si lo que debería hacer es salir corriendo y negarme a repetir lo vivido. Las palabras de mi psicóloga resuenan en mi cabeza… busca los para qué y no los por qué. Pero no es fácil… menos cuando tampoco tengo la respuesta al para qué. Para qué encontré a alguien que veo como algo similar? Acaso es la vida dándome chance de hacer las cosas distintas? Y si es así… ¿qué es lo que debo hacer distinto? Hoy solo tengo dudas en mi cabeza.


Y sé que no es justo comparar. Que debo ver las cosas de manera individual. Que debo intentar que mi pasado no determine mi presente. Que lo que pasó antes, no defina lo que está pasando ahora. Son personas distintas, momentos distintos y sobre todo… yo soy diferente. Ayer le escribí a mi mejor amiga hablándole de cómo el dolor cambia a las personas… a mí me ha cambiado, tanto dolor, tanto amor, tanta frustración, le dieron un vuelco a lo que soy, a lo que quiero y a lo que creo que es posible.



Trato de pensar en todo lo que he aprendido en estos meses, en todo lo que he descubierto acerca de mí. Y no sé cómo ponerlo en práctica. Lo único que tengo claro es que la tristeza del mes de mayo y los días que le siguieron, sirvieron para abrir de nuevo mi corazón y enseñarme que así es cómo lo quiero tener. Hoy me siento tentada a cerrarlo y no dejar que nada se acerque. Pero no lo voy a hacer. Seré cuidadosa, pero no me cerraré.


Is this the sound of our demise
Or is it just the opposite?
I love you and I miss you
What else is there to say?
It takes a hell of a lot more to complete this
Far more, far more to recreate

martes, 9 de agosto de 2011

A dos velocidades

No soy una persona particularmente musical, sin embargo, la música es parte de mi vida diaria. Necesito constantemente tener una banda sonora para poder concentrarme. Y a veces la música es la mejor expresión de lo que siento y vivo.

Hoy pasó algo extraño, dos canciones distintas evidenciaron cómo estoy enfrentando dos procesos de duelo. Y debo aceptar que me sorprendí un poco.

Esta mañana venía en el taxi y de repente sonó No hay nada más difícil. Esa canción que no paraba de sonar en mi cabeza cuando mi abuelo se murió. "No hay nada más difícil que vivir sin ti". Y antes de que me diera cuenta tenía un enorme nudo en la garganta y no pude evitar llorar. Sentí de nuevo el hueco y su ausencia dolió como siempre. Pensé en que aunque el tiempo ha pasado, el dolor sigue existiendo. No pude evitar preguntarme cuándo el dolor dejará de estar tan a flote.

En cambio, horas más tarde, estaba trabajando y sonó Soundtrack to the end, la canción que mi corazón gritaba en los primeros días de ausencia de Open-boy. "And all our hearts were breaking". Durante muchos días oirla me recordaba el vuelo de regreso: mientras esperaba a entrar al avión para encontrarlo, la canción sonó y por un instante, supe lo que venía, el dolor que llegaría y lo mucho que me pesaría su ausencia. Cada vez que sonaba, yo no podía evitar llorar. Hoy, solo noté que estaba oyendo esa canción porque tuve que ponerle pausa y entonces vi el título en mi teléfono. Y me encontré a mi misma estando tranquila, sin sentir aquel hueco que tanto tiempo ha estado en mi alma. Descubrí que de repente no tenía dolor y que podía recordar que es una canción hermosa. La puse nuevamente y la oí completa, por primera vez en meses, sin sentir la tristeza que durante tanto tiempo me acompañó.






viernes, 10 de junio de 2011

Soundtrack to the end

"And all the songs were new
And they broke our hearts in two
While we walked away
So I just pushed on through
And I made my muscles move
'Cause I could never say

And all our hearts were breaking
There was music all around
And the walls were always shaking
'Cause our love was the sound
Our love was the sound"

The Communist Daughter