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miércoles, 26 de noviembre de 2014

En defensa del feminismo

Sé que llego tarde a las respuestas a la columna de Alas de Orquídea, tan tarde que ya hasta le tocó salir intentando retractarse. 

Para quiénes no se han enterado, doña Anna Bolena Meléndez publicó un artículo donde criticaba a las feministas diciendo que el feminismo es "tan arcaico como ser machista, tan extremista e ignorante" porque aparentemente "hoy en día las mujeres gozamos de todos los derechos y beneficios que buscábamos (...) La realidad es que ya las mujeres pasamos de moda, Cirilas feministas, hoy en día son los gays los que emprenden su lucha por los beneficios que merecen y nosotras debemos comprender que ya, tenemos lo que queríamos". 

Y es muy difícil quedarme callada. Porque resulta que desgraciadamente el problema no está resuelto. En efecto, hay que agradecerle al movimiento feminista que hoy tengo derecho a votar, a comprar una casa y a demandar a una empresa por no contratarme por tener un par de ovarios. Pero estamos lejos de tener todo lo que merecemos y queríamos. Y queremos.  
*Y antes de que se me olvide, de una vez voy aclarando que resulta que como sociedad no tenemos una sola lucha. No es que si estamos demandando igualdad de oportunidades no podamos también demandar los derechos civiles para la comunidad LBGTI. Si vamos a hacer nuestras luchas por turnos, no vamos a terminar nunca porque resulta que en mi opinión como humanidad no estamos nada bien y al mismo tiempo que luchamos por los derechos de las mujeres y de los gays, tenemos que hacerlo por los desaparecidos de Ayotzinapa, los secuestrados en Colombia, los periodistas a los que les cortan la cabeza frente a todo el planeta y todas las demás injusticias y vergüenzas que pasan. 

Uno de los momentos más difíciles de mi vida en México fue ese en el que un cliente pidió que yo no asistiera a una junta porque "no se sentía cómodo con mi presencia ya que era un tema de hombres". Y aún cuando mis compañeros de trabajo y mi jefe estaban en desacuerdo, la decisión fue que cumpliera con lo que el cliente quería y que siguiera trabajando como siempre. Tan solo no debía dejarme ver. Porque soy mujer. Y a él eso le incomodaba. 

Quisiera decir que fue la única vez, pero he ido a muchas juntas donde piensan que soy la asistente o donde después de dar una presentación le hacen preguntas al hombre que va conmigo en vez de a mí. Y eso que soy medianamente relajada y no me emputo las miles de veces que me dicen "mi amor", "corazón", "linda" en vez de mi nombre, aún cuando eso nunca lo harían si yo fuera un hombre. 

Y digamos que a mí me ha ido bien. Aún cuando es increíblemente frustrante, desgastante y desmotivante, hay cosas mucho más graves que pasan cortesía de la desigualdad de géneros. Al parecer los indignados por la columna, le recordaron a la autora temas de la vida mexicana como "las muertas de Juárez, las mujeres desaparecidas y demás historias que no consideré". En efecto esas cosas son pruebas claras de cómo la lucha feminista sigue siendo vigente y necesaria. También podemos hablar de los miles de casos de:
  • Violencia doméstica: A 14 de cada 100 mujeres en México (14.0%) su pareja la ha golpeado, amarrado; 4 de cada 10 mujeres en México (43.1% ) han sido humilladas, menospreciadas, encerradas, les han destruido sus cosas o del hogar, vigiladas, amenazadas con irse la pareja, correrlas de la casa o quitarle a sus hijos, amenazadas con algún arma o con matarlas.
  • Desigualdad salarial: Según el Colmex la brecha salarial en México es, en promedio, de entre 6% y 8% en áreas urbanas. 
  • Falta de acceso a las oportunidades: para ver solo un ejemplo, en los 32 congresos estatales, la presencia femenina oscila entre el 8% (Querétaro) y 33% (DF), recordando que ningún estado es gobernado por una mujer. 
Pongo los ejemplos de México porque es a donde la columnista se refiere, pero podría llenar este texto de cifras del resto de Latinoamérica y gran parte del resto del mundo. 

El problema no es la columna, tampoco es su autora. Cada quién tiene derecho a pensar lo que quiera. Yo en lo personal quisiera que los columnistas estuvieran más informados y no tuvieran que recordarles que son de un país donde entre 2012 y 2013 en promedio cada día cinco mujeres fueron asesinadas de forma violenta, pero qué le hacemos. 

El problema es que su voz no es la única. Hay millones de personas, hombres y mujeres que han dejado de ver la discriminación que sigue existiendo hacia las mujeres. Y precisamente por eso, sigue habiendo discriminación. Y por eso, no estamos dónde deberíamos ni tenemos lo que queremos y merecemos. 

Y eso es grave para todos. 



miércoles, 27 de noviembre de 2013

Las desgracias de la caballerosidad

"Tu no tienes novio porque no dejas que te paguen la cuenta ni que te abran la puerta". Esas son la clase de cosas que a veces tengo que oír en México y que me dan ganas de agarrar un avión e irme a uno de esos países híper desarrollados donde la equidad de género ya no es un reto. Y hoy que ando intolerante, trasnochada y con el cansancio del año encima... menos puedo aguantarlas. 

Resulta que a mí no me gusta que me paguen todo porque yo tengo un trabajo que me permite gastar en lo que quiero y porque he descubierto que de verdad no hay nada gratis en la vida. Cada peso que gastan en mí, lo pagaré de una u otra forma. Como dijo un amigo, esos hombres, suelen esperar que uno pague su parte de la cena, tan solo que no con dinero. Lo siento pero yo no me prostituyo por un pollo en salsa.

Y en el fondo de la historia esta el tema de siempre. Yo no quiero salir con tipos que esperan que yo les abra las piernas porque ellos me abrieron la puerta. Yo busco alguien con quién hacer equipo, alguien con quién poder enfrentar el mundo de la mano. Como iguales. No un papá que me pague las papas fritas. Yo sí tengo daddy issues, pero no me dan para tanto. 

Ese es uno de los grandes motivos por los cuales estoy en la gelatina en la que estoy. Porque ante todo, es un personaje que me respeta, me considera su igual, me valora por lo que soy y para quién el hecho de que sea mujer no es un factor a la hora de pensar qué tan capaz soy. 

Al final, cuando pienso en mi futuro, yo quiero un hombre seguro de su masculinidad, que no necesite afirmarse como macho alfa anulando mi opinión. Cuando tengo estas discusiones con los machos con los que convivo, siempre sale el argumento de "es por caballerosidad". Pues resulta que yo no soy una princesa del medioevo buscando un caballero. 

Para mí más bonito que me abran la puerta es que les interese mi opinión sobre la vida; yo prefiero pagar mi parte de la cuenta pero ser incluida en las decisiones. No le veo nada de malo a que el tipo no se baje a acompañarme 50 centímetros hasta la puerta de mi casa cuando llegamos. Le veo mucho de malo a que no admiren mi independencia, mi valor y mi obstinación por vivir mi vida como la quiero. 

E incluso si en el mundo en el que vivo se pudieran las dos cosas (el tipo que se baja del carro a abrirme la puerta y que me ve como una par en su vida), esos no son los detalles que a mí me gustan, enamoran o alegran la existencia. 








jueves, 16 de mayo de 2013

Bicho raro

Estas últimas semanas, he ido a comer muy seguido con dos amigos del trabajo. De esos que cuando yo quiero describir cómo son los mexicanos me sirven de modelo mental. Buenos, amables, caballerosos, con un sentido del humor distinto al mío y con una visión del mundo exactamente opuesta a la mía. 

Y entonces he recordado que muchas veces yo paso por bicho raro en este mundo. He tenido que responder una y otra vez las mismas preguntas "¿pero por qué no quieres tener hijos?", "¿no dejas que los hombres te inviten a todo cuando sales con ellos????", "¿cómo así que para ti es suficiente con irte a vivir con alguien, por qué no quieres una ceremonia?", "¿por qué no quieres comprar un departamento?", "¿por qué saldrías con alguien que no quiere casarse?"

Y así. Por horas. Y es cierto. Yo no necesito una ceremonia para sentir que estoy comprometida con alguien, sigo sin saber si quiero tener hijos pero tengo muy claro que si no pasa, yo no me voy a morir frustrada. Y no. No quiero un departamento. No es una prioridad para mí. Y odio que me inviten a todo solo por el hecho de ser mujer y estar en proceso de cortejo. Mis ovarios no son motivo suficiente para que paguen todo por mí. Yo tengo un salario. Ah! y puedo estar en relaciones extrañas, amorfas y sin definición en la medida en que me sienta cómoda y contenta. Punto. 

Claramente hay días en donde me estreso porque yo no tengo en dónde caerme muerta. Esos días usualmente pasan cuando me relaciono con mi mundo colombiano, ese que ya anda tan casado, tan con casa propia y todas esas cosas que yo no tengo. Porque al final, mis posesiones se limitan a un refrigerador que compré usado, un microondas que también compré usado, una laptop que realmente no funciona, un sofá-cama lleno de pelos de Ginebra y una cama que anoche se rompió y me mostró que lo malo de ser independiente es que las camas se rompen cuando uno esta solo, sin hacer nada divertido y por tanto, le toca a uno volver a armarla estando solo para dormirse sin hacer nada divertido antes. 

El tema es que esas son las cosas que menos me importan. Mis verdaderas posesiones son Ginebra, mis libros, las fotos de Pollo que decoran este depa, el reloj de mi abuelo, un escritorio en Guasca que probablemente nunca usaré en mi vida... 

Al final, luego de semanas de interrogatorios, he podido concluir que yo vivo muy contenta con mi vida. Sé que tengo prioridades distintas a las de la mayoría, pero siento que tengo lo que realmente quiero. Yo prefiero no tener donde caerme muerta y no ser parte del mercado inmobiliario pero haber hecho los viajes que he hecho. Haber tomado los cursos que he tomado. Vivir por fuera. Mi libertad de hacer lo que quiero como quiero, sin la red de seguridad (siendo la palabra clave RED) que representa tener a la familia y a los amigos cerca. 

En vez de gastarme la plata pagando cuotas para un departamento, yo me la gasto en mi taller de escritura, yéndome a Toronto a visitar a Pollo y a ver películas de 25 dólares, en viajes express a Chicago solo porque sí, tirándome de paracaídas (mi regalo de cumpleaños para mi misma de este año), comiendo rico con mis amigos los fines de semana y en cuanta cosa se me ha ocurrido. 

En 5 años probablemente seguiré sin tener el departamento, pero quiero pensar que tendré mi novela lista (y si no, al menos habré hecho el intenso ejercicio de haber escrito), habré caminado a 356 metros de altura,  tendré la foto desnuda de Tunick, habré enfrentado el miedo de pararme frente al mundo y contar mis historias de la forma más graciosa que puedo, habré viajado, conocido países, hecho amigos increíbles que están conmigo sin importar la distancia y se convirtieron en mi familia, la otra familia seguirá siendo el apoyo que siempre necesito y ante todo, tendré la enorme tranquilidad y felicidad de saber que he vivido mi vida como quiero, así la forma no siempre sea la que el mundo espera. 




jueves, 18 de octubre de 2012

Necesito más amigos hombres

Durante mucho tiempo en mi vida yo tuve más amigos hombres que mujeres. Nunca fui la de tener un grupo de amigas que se ven por las tardes y chismosean. Hasta que lo tuve. Y fui muy feliz y aunque ya no hago esos planes (en parte porque ya no vivo en Colombia, en parte porque ya no somos las mismas y esos planes solo se dan muy de vez en cuando) las quiero con el alma. 

Pero creo que esas tardes de niñas, sumadas a que ahora tengo más amigas que amigos... me han dañado la perspectiva. Porque ahora, como a toda niña, se me da con una facilidad divina la interpretación, re-interpretación y sobre interpretación de la vida. Particularmente cuando estamos hablando de hombres. 

Si no me creen, aquí esta la entrada de Solterica donde lo muestra mucho mejor que yo. Y es que sí, a uno le llega un mensaje de texto y uno empieza el proceso de colado y destilado. Y para hacerlo uno va con sus amigas, a quiénes se les ocurren más formas de sobre interpretar y sobre dimensionar la cosa. 

Pero eso nunca sirve. 

Porque cuando el tipo quiere, lo deja clarísimo. No hay necesidad de interpretar la cosa. Lo invitan a uno a salir, mandan mensajes que no dejan dudas y le arman planes. Punto. 

El problema es que uno no quiere ver las cosas. Que la maldita esperanza que siempre existe hace que uno crea que el personaje se partió los 10 dedos y por eso no ha mandado mensaje, que está inconsciente en una clínica, que se quedó sin pila o que no tiene señal (bueno, esa en México a veces es válida... pero uno se mueve tres cuadras y la recobra). Y entonces uno se duerme pensando que a lo mejor al día siguiente si aparece. 

La forma en que uno logra no pensar en todas esas tonterías es teniendo un amigo. Ellos son claros y van al punto. Le dicen a uno que si el man no apareció fue porque uno no se lo dio y le dio pereza seguir en la cacería o porque es un idiota que no vale la pena. O porque simplemente no hay motivo y uno no debe desgastarse en el tema. 

Que usualmente es la opción que uno debería contemplar. 


viernes, 29 de junio de 2012

One week Volumen 2

Ayer leí mi entrada One Week. Que diferencia entre esa primera semana y esta primera semana. Alguna vez conoci a alguien que decía "edificios más altos se han caído" y si... la verdad es que todo se resume en que edificios más altos se han caído en mi vida y sé que este ni a duplex llegó. Y eso, me genera una tranquilidad que nunca había tenido.

Pero como en todo hay subidas y bajadas. Hay momentos donde me acuerdo y me pesa. Donde me da rabia que las cosas no continuaran fluyendo. Ya no sé si es que él se mostró como algo que no era o si cómo sugirió mi psicóloga, aunque se mostró como realmente es la presión de sus líos sin resolverse lo hizo poner una máscara que logró que los dos nos desencantaramos. Eso no importa. Lo que fue en las últimas semanas es lo que iba a seguir siendo y lo único que podía ser. Y los dealbreakers solo iban a seguir haciendo ruido.... Pero de tanto en tanto, lo extraño.

Y entonces me pesa sentir que él no me piensa. Que él no me extraña. Y sé que da lo mismo. Si me extraña o no. Pero me duele sentir que ese que se abrió, que me mostró lo que había en su interior y que me quiso... hoy ni se acuerda.

Eso suele pesar más cuando recuerdo lo bonito. Acepto que pasa menos seguido de lo que hubiera creído. A veces como hoy, es en medio de una comida, donde la gente habla de cosas sin importancia y algo me recuerda un buen momento con él, cuando me sonreía con cariño o buscaba mi mirada en medio de la conversación de grupo. 

No debo ir ahí. Me debo quedar donde he estado tranquila. Donde sé y siento que lo mejor fue desprendernos y aceptar que en realidad juntos no podíamos.


viernes, 6 de abril de 2012

Quick quick slow

¿Cómo hace uno para ir despacio? ¿Cómo se hace eso cuando todo fluye? ¿Cuando todo es fácil, natural y cómodo?

Llevo varios días preguntándome esto. Mr. M apareció sin que yo lo esperara. Unos días antes le había dicho a una muy buena amiga que estaba en un momento donde no había nada en el horizonte amoroso pero que eso estaba bien, porque tenía encima el ascenso y la mudanza, con lo cual ya era suficiente para sentir que no hay tiempo ni de respirar.

Pero basto decir que estaba tranquila sin tener a nadie, para que alguien apareciera.

Y con él me siento feliz. Sin saberlo me ha mostrado que me hacía falta encontrar a alguien con un mundo propio que me interese, atraiga y del que yo pueda ser parte. Las cosas fluyen con una facilidad ya olvidada. Con esa misma facilidad con la que todo por fin ha empezado a salir bien.

El mismo día que le decía a mi amiga que no tenía tiempo para un chico, le dije que dejara de preocuparse por no pelear o tener conflictos con su marido... "tal vez es que ya peleaste lo suficiente y que ya tuviste todos los problemas de pareja que una persona puede tener"... Y ahora siento que tal vez eso es un poco lo que me pasa... ya tuve suficientes rollos, dramas, dolores y caídas -literales y figuradas- para poder ahora estar bien.

Llevo casi un año trabajando en mí, concentrándome en todas esas cosas que me hacían daño, que me impedían estar bien. Tal vez es que ahora puedo recoger los frutos. Casa nueva, ascenso laboral... y chico.

Pero también siento que debo ser precavida, ver con cuidado lo que esta frente a mí. Oír, leer y entender quién es. No tirarme de cabeza porque en media hora se irá de mi vida para siempre. Quiero conocerlo. Ante todo quiero darme el espacio para respirar en medio de todo lo que fluye. Como bien le dije esta noche quiero hacer las cosas bien. Y hacer las cosas bien significa hacerlas de forma que yo me sienta tranquila.

Pero eso no es tan fácil. Me encanta hablar con él todos los días y saber que vamos a salir hoy, mañana y pasado me emociona. Aún así, lentamente he detectado puntos para los que aún no estoy del todo lista, donde quiero ir con cuidado. Crear ciertos espacios, ciertas rutinas, abrir ciertas puertas.... son cosas para las que aún no estoy lista.

Y claro, no quiero asustarlo ni alejarlo con mis grandiosos issues emocionales. Para rematar, aunque yo quiera y por fin este consciente de que hay cosas que debo decir, él tiene su propia historia y le cuesta hablar las cosas. Y eso es algo que también quiero respetar.

Entonces ahí esta el gran problema: ¿Cómo ir despacio en las cosas que necesito y dejar que el resto fluya a gran velocidad?


domingo, 26 de febrero de 2012

10K!

Cuando escribí mi resumen de fin de año, señalé "Por fuera casi todo sigue igual". En ese momento me refería a la dieta que llevo haciendo desde finales de octubre. Hoy, varios meses después, he perdido 10 kilos. Me veo distinta. Y ha sido un proceso extraño en mi vida.

Yo no soy la niña que hace dieta. Al empezar a trabajar en la oficina y verme rodeada de niñas que solo hablaban del tema, pensé en hacerla. Quién diría que la presión de grupo sigue afectandome tantos años más tarde. Pero sus dietas eran mexicanas y yo podré querer bajar de peso pero no quiero cambiar de nacionalidad y no estaba dispuesta a comer nopales, chilaquiles y demás. Así que no lo hice. Pero cuando tuve el accidente supe que no podría volver al gimnasio en mucho tiempo y no quería que eso me afectara. Coincidió con que Mariana había ido a un nutriólogo (que viene siendo lo mismo que nutricionista, pero como bien dice Pollo suena a aquel que trata a las nutrias) que tenía una dieta bastante sencilla de hacer y que no implicaba tanto problema.

Y así inicié un proceso que debo decir ha sido más sencillo de lo que esperaba. A excepción de la semana que me prohibieron las frutas, no he pasado hambre ni he sufrido como otros. Lo he hecho porque quería pero sin la presión de bajar determinado número de kilos o ser de cierta talla. Yo simplemente quería verme mejor y sentirme mejor.

Los cambios han sido visibles y a mí aún me cuesta un poco de trabajo adaptarme a mi nuevo cuerpo, sigo buscando tallas que ya no me sirven y aún me pienso como antes. Ha sido extraño descubrir que mi cabeza va más lento y que aún no me hago a la idea de lo diferente que me soy.

Cosas que no esperaba han pasado, como que mis dedos y mis muñecas también se han adelgazado por lo que ahora ni mis anillos me sirven. Y claro, esta la disminución de mis boobs, que es lo único que no me ha gustado porque era algo que realmente me gustaba de mi cuerpo. Me siento diferente y no puedo dejar de preguntarme sobre mi atractivo físico.

El proceso además me ha mostrado cosas sobre la gente. Mientras en México todos los que me rodean saben que estoy a dieta, decidí no contarle a los de Colombia por el miedo a que al ir en diciembre me encontrara con el "pero no has bajado tanto" o alguna idiotez similar. Así que cuando llegué con mis 8 kilos de menos vi que en la mayoría de los casos los hombres eran directos al mencionar que estaba más flaca y las mujeres hacían alguna alusión a "te ves muy bien" solo algunas, señalaban directamente el cambio.

Y es tonto, y muestra mis inseguridades pero a veces aún me genera un poco de conflicto cuando alguien no se da cuenta del cambio. Entonces siento que en realidad no es tan grande, a pesar de que ya nada de mi ropa me queda, y racionalmente sé que la transformación es real. Supongo que es cuestión de seguir trabajando en mí y en la confianza que tengo.

Nuevamente quiero agradecerle a Mariana, mi gurú en dietas que me ha dado tips, me ha animado a seguir y me ha ayudado a que todo este proceso sea mucho más fácil. Realmente agradezco tener amigas como ella en mi vida.

Ahora solo espero poder mantenerme, continuar con las nuevas disciplinas, hábitos y rutinas que he implementado para ser más sana y seguir sintiéndome bien.

lunes, 6 de febrero de 2012

Los arrepentimientos...

Dice el cliché que uno no debe arrepentirse de nada en la vida, porque todo lo que hizo lo condujo hasta donde uno esta. Y según mi entrada anterior, creo que eso es relativamente cierto. Pero esto no significa que no haya algunas cosas que no hubiera querido hacer distinto.

Así que aquí vamos con la otra parte del ejercicio.

Day Five: Six things you wish you’d never done.

  1. La uno y la dos son muy parecidas: Me arrepiento de las cosas que he dicho. En los dos casos, sin ninguna mala intención, conté una historia que no era mía y tuve que sufrir las consecuencias. En el caso uno, logré no salir tan mal herida y sirvió para que las cosas quedaran claras con mis mejores amigos, para que los límites se fijaran y al final, quiero pensar que todos aprendimos algo positivo de mi error.
  2. En el segundo caso... cometí el mismo error, confié en quién no tocaba y el universo se encargó de mostrarme de una buen vez que uno solo cuenta la historia propia. La consecuencia fue que perdí a quién en su momento llegó a ser la persona más importante de mi vida en Méxica (no importa que para ese momento ya nos hubiéramos alejado y yo me hubiera llegado a sentir extremadamente traicionada por él... estábamos en el camino de arreglar las cosas) y aunque los años han pasado... nada nunca volvió a ser lo mismo y ya ni siquiera podemos vernos.
  3. Me arrepiento de no ser más perservarte en la lucha por alcanzar mis sueños. Sé que estoy intentando hacer las cosas de forma distinta y que hoy di varios pasos... también sé porqué me ha costado tanto no ser más activa con el tema, pero hubiera querido hacerlo distinto.
  4. Hoy me gustaría no haber sido tan tímida, tan miedosa... particularmente respecto a los hombres. ¿Qué hubiera pasado si le hubiera hablado a esos que me gustaron?
  5. Hubiera querido ser más activa durante la maestría, haber entrado al coro antes, haber tomado más clases de temas que me interesan... en fin, haber aprovechado un poco mejor mi tiempo.
  6. Esta es complicada... yo vivo tranquila con mi decisión de irme de Colombia.... pero si hubiera querido, y aún quisiera, poder estar de una forma más activa en la vida de los que quiero. No creo que sea arrepentimiento per sé... pero si me duele ser una ausencia en momentos importantes.

Coulda, Woulda, Shoulda


sábado, 5 de noviembre de 2011

Una buena sesión

La terapia es difícil. A veces salgo peor del consultorio de la psicóloga de lo que entré. Voy a ser confrontada, a ver las cosas desde otras perspectivas y sobre todo, para aprender sobre mí.

Hoy tuve una muy buena sesión. Aunque tenía sueño y lo último que quería era levantarme temprano en sábado, necesitaba poner las cosas en perspectiva. Organizar mis ideas y entender un poco más, qué esta pasando en mi vida. Para qué encontré a Possibility-boy.

Así que fui y le conté. Hablé sobre las similitudes con Open-boy, mi confusión emocional, la frustración de sentir que solo me puedo conectar con hombres que no viven aquí y la forma en que parece que ha salido nuevamente el Sol.

Y mientras hablaba, las cosas fueron adquiriendo forma. Con ayuda de la psicóloga, vi cómo yo le había pedido al universo un hombre que sepa lo que quiere y que sepa que quiere estar conmigo. Cuando lo tuve claro, cuando por fin pude sentir que eso que tanto anhelo es posible y que es factible encontrar a alguien a quién querer y que me quiera a mí... Aparece alguien. Y es alguien que no duda en decirme que le gusto y que no le da miedo acercarse o mostrarme que esta contento de conocerme, o incluso hacer planes para dentro de 15 días.

Mientras me daba cuenta de esto, las prevenciones también salían: que no vive aquí, que aunque me ha dicho que le gusto eso no garantiza nada, que la última vez que dije que me arriesgaba a querer a alguien y que no importaba si me volvía mierda terminé... precisamente en terapia, que todo esto puede salir muy mal, que y si él se aleja a mitad de camino, etc. Y es que realmente no me siento lista para otro harakiri-emocional.

Pero creo que ya no se trata de saltar a vacío sin paracaídas y asumir que el golpe es necesario. Se trata de fluir mientras camino con los ojos abiertos. Sabiendo que hay riesgos pero que también hay oportunidades. La tarea de esta semana es no pensar en el futuro. Disfrutar este presente y dejar que la vida se encargue de resolver el resto.


jueves, 3 de noviembre de 2011

Posibles respuestas

He seguido con los para qué rondando mi cabeza. Tratando con todo mi corazón de no pensar en por qué de la nada aparece otro personaje que no solo me recuerda al que me esfuerzo en dejar atrás, sino que además, consolida el patrón de encontrar hombres que me encantan, con quienes me conecto pero que por supuesto, no viven aquí y son imposibles.

Entonces me concentro en para qué. Para qué apareció Possibility-boy.

Aún no lo tengo del todo claro, estoy en la mitad de la historia y no puedo ver the big picture...

Pero hoy me aventuro a pensar que es para crear nuevos recuerdos.

Y hoy, eso se siente increíblemente bien.