La terapia es difícil. A veces salgo peor del consultorio de la psicóloga de lo que entré. Voy a ser confrontada, a ver las cosas desde otras perspectivas y sobre todo, para aprender sobre mí.
Hoy tuve una muy buena sesión. Aunque tenía sueño y lo último que quería era levantarme temprano en sábado, necesitaba poner las cosas en perspectiva. Organizar mis ideas y entender un poco más, qué esta pasando en mi vida. Para qué encontré a Possibility-boy.
Así que fui y le conté. Hablé sobre las similitudes con Open-boy, mi confusión emocional, la frustración de sentir que solo me puedo conectar con hombres que no viven aquí y la forma en que parece que ha salido nuevamente el Sol.
Y mientras hablaba, las cosas fueron adquiriendo forma. Con ayuda de la psicóloga, vi cómo yo le había pedido al universo un hombre que sepa lo que quiere y que sepa que quiere estar conmigo. Cuando lo tuve claro, cuando por fin pude sentir que eso que tanto anhelo es posible y que es factible encontrar a alguien a quién querer y que me quiera a mí... Aparece alguien. Y es alguien que no duda en decirme que le gusto y que no le da miedo acercarse o mostrarme que esta contento de conocerme, o incluso hacer planes para dentro de 15 días.
Mientras me daba cuenta de esto, las prevenciones también salían: que no vive aquí, que aunque me ha dicho que le gusto eso no garantiza nada, que la última vez que dije que me arriesgaba a querer a alguien y que no importaba si me volvía mierda terminé... precisamente en terapia, que todo esto puede salir muy mal, que y si él se aleja a mitad de camino, etc. Y es que realmente no me siento lista para otro harakiri-emocional.
Pero creo que ya no se trata de saltar a vacío sin paracaídas y asumir que el golpe es necesario. Se trata de fluir mientras camino con los ojos abiertos. Sabiendo que hay riesgos pero que también hay oportunidades. La tarea de esta semana es no pensar en el futuro. Disfrutar este presente y dejar que la vida se encargue de resolver el resto.
Hoy tuve una muy buena sesión. Aunque tenía sueño y lo último que quería era levantarme temprano en sábado, necesitaba poner las cosas en perspectiva. Organizar mis ideas y entender un poco más, qué esta pasando en mi vida. Para qué encontré a Possibility-boy.
Así que fui y le conté. Hablé sobre las similitudes con Open-boy, mi confusión emocional, la frustración de sentir que solo me puedo conectar con hombres que no viven aquí y la forma en que parece que ha salido nuevamente el Sol.
Y mientras hablaba, las cosas fueron adquiriendo forma. Con ayuda de la psicóloga, vi cómo yo le había pedido al universo un hombre que sepa lo que quiere y que sepa que quiere estar conmigo. Cuando lo tuve claro, cuando por fin pude sentir que eso que tanto anhelo es posible y que es factible encontrar a alguien a quién querer y que me quiera a mí... Aparece alguien. Y es alguien que no duda en decirme que le gusto y que no le da miedo acercarse o mostrarme que esta contento de conocerme, o incluso hacer planes para dentro de 15 días.
Mientras me daba cuenta de esto, las prevenciones también salían: que no vive aquí, que aunque me ha dicho que le gusto eso no garantiza nada, que la última vez que dije que me arriesgaba a querer a alguien y que no importaba si me volvía mierda terminé... precisamente en terapia, que todo esto puede salir muy mal, que y si él se aleja a mitad de camino, etc. Y es que realmente no me siento lista para otro harakiri-emocional.
Pero creo que ya no se trata de saltar a vacío sin paracaídas y asumir que el golpe es necesario. Se trata de fluir mientras camino con los ojos abiertos. Sabiendo que hay riesgos pero que también hay oportunidades. La tarea de esta semana es no pensar en el futuro. Disfrutar este presente y dejar que la vida se encargue de resolver el resto.
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