domingo, 16 de mayo de 2010

She gives me hope

El viernes fui al matrimonio de mi amiga Lu. Ella fue mi directora de tesis en la carrera, trabajamos juntas y nos hicimos amigas. Ella era una mexicana viviendo en Colombia y yo una estudiante lista para terminar mi carrera.

Los años pasaron y yo terminé en México. Nos reencontramos y de tanto en tanto comemos. Hablamos. Dado que el negocio es chico, Lu conoce a mucha de la gente que yo conozco. Así que nos encontramos por ahí. Y cada vez que nos vemos, hablamos, compartimos. Es una de mis amigass más queridas aquí y me hace sentir en casa. Y el viernes se casó. Con un hombre bueno, que la mira con amor y quien durante la fiesta de tanto en tanto la buscaba para abrazarla. Un hombre que la hace feliz.

Y yo volví de la fiesta con esperanza. Porque Lu y yo nos parececmos en muchas cosas. Las dos somos diferentes a la media, las dos elegimos viajar y conocer el mundo, ver muchas cosas, conocer gente, estar lejos de nuestras familias y no seguir el estereotipo. Las dos hemos dado vueltas y hemos terminado en mundos distintos a los que originalmente nos imaginamos. Para Lu el amor tampoco fue fácil por muchos años y sospecho que en gran parte, es por lo mismo que a mí, no somos mujeres fáciles de etiquetar y encajar. Y eso a muchos hombres les da miedo.

Y ahora, después de tantas cosas... encontró ese hombre que la hace sonreir como yo nunca la había visto. Con quien sueña y planea un futuro. Con quien pudo hacer las cosas a su manera sin dejar de ser ella misma. Y entonces, yo recuperé un poco la esperanza. Vi que el sueño de ser feliz con alguien que te acepta y te quiere como eres... es posible.


***Nota al pie: anoche conocí a un chico que me gustó.... ahora es cuestión de esperar que las cosas se den y el personaje no caiga en el hoyo negro de los hombres que no llaman.

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