Ayer escribí sobre cómo creía que ante todo entre Possibility-Boy y yo había una gran amistad. Pero también acepté que no sabía muy bien cómo incorporar la parte física en la definición que estaba creando.
Porque como diría alguien con quien trabajé hace mucho tiempo "las cosas de piel son fuertes".
Y hoy la piel me pesa.
(Probablemente pesa aún más por mis bonitas hormonas, pero qué le hacemos, es parte de lo que soy).
Me pesa porque sé leer las señales y desde ayer sabía que él estaba en un date. Y aunque nunca ni siquiera se contempló hablar de exclusividad y, bajo esa lógica yo he actuado con libertad, yo soy, lo que siempre he sido: una loba herida.
Y entonces estoy triste, frustrada, enojada y con la malparidez alborotada porque hoy me contó de su date. Y si, fui yo la que pregunté, porque no importa cuanta terapia haya hecho en mi vida, sigo siendo la que pregunta lo que no quiere oir. La que no se aguanta la incertidumbre y es una masoquista que busca que le digan "the date was good".
Y no puedo decirle nada. Porque no somos nada, porque él me ve como una gran sorpresa y una bonita amiga, y porque probablemente a él la piel le pese menos. Pero a mi sí. Así ayer haya dicho que simplemente tomaré su amistad y veré a ver qué pasa.
Trato de pensar en lo que he aprendido este año. En cómo todo al final se ha relacionado con poner límites. Y de nuevo siento que estoy en una situación donde no los hay. Y donde para rematar, yo ayudo a que no los haya y voy hiriéndome por el camino. ¿Cómo va él a no responder lo que le pregunto fingiendo que soy muy casual? Si yo no digo nada, él no puede saber lo que siento. Y es fácil querer hacer lo mismo de siempre, enfurruscarme, no decir nada y fingir que las cosas no me duelen. Pero ya vi que eso no me sirve y eso no me hace bien.
Así que hoy, cuando vaya a comer con él, haré el intento por hacer las cosas de manera diferente y decir que aunque soy una sola contradicción, lo que pasó, me dolió.
Porque como diría alguien con quien trabajé hace mucho tiempo "las cosas de piel son fuertes".
Y hoy la piel me pesa.
(Probablemente pesa aún más por mis bonitas hormonas, pero qué le hacemos, es parte de lo que soy).
Me pesa porque sé leer las señales y desde ayer sabía que él estaba en un date. Y aunque nunca ni siquiera se contempló hablar de exclusividad y, bajo esa lógica yo he actuado con libertad, yo soy, lo que siempre he sido: una loba herida.
Y entonces estoy triste, frustrada, enojada y con la malparidez alborotada porque hoy me contó de su date. Y si, fui yo la que pregunté, porque no importa cuanta terapia haya hecho en mi vida, sigo siendo la que pregunta lo que no quiere oir. La que no se aguanta la incertidumbre y es una masoquista que busca que le digan "the date was good".
Y no puedo decirle nada. Porque no somos nada, porque él me ve como una gran sorpresa y una bonita amiga, y porque probablemente a él la piel le pese menos. Pero a mi sí. Así ayer haya dicho que simplemente tomaré su amistad y veré a ver qué pasa.
Trato de pensar en lo que he aprendido este año. En cómo todo al final se ha relacionado con poner límites. Y de nuevo siento que estoy en una situación donde no los hay. Y donde para rematar, yo ayudo a que no los haya y voy hiriéndome por el camino. ¿Cómo va él a no responder lo que le pregunto fingiendo que soy muy casual? Si yo no digo nada, él no puede saber lo que siento. Y es fácil querer hacer lo mismo de siempre, enfurruscarme, no decir nada y fingir que las cosas no me duelen. Pero ya vi que eso no me sirve y eso no me hace bien.
Así que hoy, cuando vaya a comer con él, haré el intento por hacer las cosas de manera diferente y decir que aunque soy una sola contradicción, lo que pasó, me dolió.
“Sometimes I wish I could walk around with a HANDLE WITH CARE sign stuck to my forehead."
Ahora... que tal vez sería mejor escribir el letrero en un lugar donde YO pudiera verlo y así me obligara a recordar constantemente, que debo cuidarme y hacer las cosas como tocan para así estar bien.
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