Este no era el fin de semana para estar enferma.
No era el fin de semana para dormir 20 horas, tener sueños con fiebre y ser incapaz de tener los ojos abiertos por más de 20 minutos.
Era el fin de semana para ir al Cirque du Soleil, abrazar a Possibility-Boy, tener una deliciosa tarde de sábado, divertirme por la noche, desayunar en domingo y seguir estando cerca. Para no pensar en lo que pasará en la semana y simplemente disfrutar que estamos. Para dejar que todo fluya.
Pero no paso.
La fiebre, el dolor de cabeza, el cansancio y los mocos pesaron más. Y mientras estoy entre mi cama, sintiéndome un poco mejor pero aún así con el cuerpo adolorido, él esta en Xochimilco y yo no puedo estar más que frustrada de saber que este era el último fin de semana juntos. Que él se va y luego yo me voy y que no hay forma de saber cuándo nos vamos a volver a ver.
Y no hay nada que hacer.
Sé que esto se trata de tener confianza en que voy a estar bien, en que las cosas se resolverán, pero hoy no me preocupa el futuro, me frustra es el presente de no poder estar con quién quiero como quiero.
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