martes, 29 de septiembre de 2009

to dream the impossible dream

mi psicóloga me puso la tarea de soñar. soñar. y en la siguiente sesión decirle qué es lo que quiero. lo que realmente quiero.

y cierro mis ojos y siento que no puedo. cuadno sueño siento que la realidad se me atraviesa. o sueño con imposibles.

soñar con imposibles me es fácil. sueño que consigo trabajo escribiendo para el travel channel. que no importa que no tenga experiencia escribiendo para tv y que tengo una nacionalidad que no me deja ir ni a la esquina. así que me contratan. y paso dos años viajando. conociendo el mundo. con una casa en colombia a la cual llegar de tanto en tanto. dos años más tarde, cansada de hoteles y aviones me ofrecen un trabajo más estable en el mismo canal, viviendo entonces en estados unidos. y eventualmente logro llegar a nueva york. a ese apartamento bonito. con un walk-in closet. y una cocina inmensa. a unas pocas cuadras del rio. a ese rio donde solía ir y pensar. y sentir. tal como lo hice en paris la primera vez que fui. y en londres. quiero vivir en un lugar donde haya un rio donde me pueda sentar a pensar. así que vivo en nueva york. y trabajo. y salgo. y cuando quiero puedo ir a colombia. tengo un buen salario. y hay alguien. alguien de verdad. mayor que yo, independiente, al que le gustan los gatos y es la ventana a un mundo que me fascina. que me quiere. a quien yo quiero. alguien con quien reirme. y mis amigos están por ahí. los mismos de siempre más unos nuevos. y eventualmente tengo una familia. niños. y me independizo del todo. y es bien.

por qué puedo soñar con eso pero no con un sueño que pueda hacerse realidad? por qué no peudo pensar en mi futuro más allá de diciembre? lo pienso y lo pienso y me cuesta trabajo saber qué siento. sé que no quiero volver a colombia. sé que quiero buscar trabajo aquí y que si me quedo quiero que sea en unas circunstancias diferentes. pero cuando empiezo a pensar en eso me da miedo: y qué pasa si logro lo que quiero, si consigo un trabajo chévere, si me voy a otro apto, uno más central donde mi vida sea más sencilla, con un café cercano y un cuartante con más gente, si logro eso... pero aún así no me gusta lo que hay aquí? si aún teniendo todo eso no logro tener un grupo de amigos, donde voy a seguir siendo un bicho raro que deslumbra por lo que ha hecho pero que no genera empatía? si aún con el trabajo y el apto no encuentro a quien querer? y entonces sigo pasando mis días sola? porque el final del primer sueño más allá de nueva york y mi trabajo independiente, es la compañía, la familia, la pareja. es un mundo donde yo sea feliz.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Historia 3: Voldemort

Antes de empezar con la tercera historia, es necesario mencionar un incidente muy extraño. Algo que además, me recordó la historia de Voldemort. El jueves fui a ahogar mi tristeza a Coyoacán con mi mejor amiga. Estabamos tomándonos una ginebra muy tranquilas cuando de pronto lo vi. En la calle del frente estaba Psycho-Jesus. No lo veía desde aquella fatídica segunda cita y ahora ahí estaba. En la ciudad de 20 millones de personas y yo me lo encuentro. Y me lo encuentro justo después de escribir sobre él.

Como pasaba con Voldemort.

Así que para continuar invocando mi mala suerte, hoy escribiré la historia de Voldemort.

Voldemort por supuesto no se llamaba Lord Voldemort, tenía un nombre, un nombre bonito incluso, pero dado que cada vez que contaba su historia, en menos de una semana me lo encontraba, mi mejor amiga de la universidad lo rebautizó Voldemor, El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado.

Pero este es el final de la historia. A Voldemort lo conocí en mi segundo semestre de universidad. Un semestre fatídico en el que terminé con mi novio y lloré todos los días. Todavía estaba en ese período, cuando un viernes asistí a una reunión del periódico universitario del que hacia parte. Como invitado especial estaba Voldemort quién era un estudiante de noveno semestre de otra universidad. Diseñador gráfico o algo así. No era bonito. Yo no me fijé en él porque desde que había terminado con Novio-número-dos, yo no me fijaba en nadie. Yo sólo lloraba.

Pero aparentemente él si se fijó en mi. Y ese día me invitó casualmente a ir a cine con él y otros del periódico. Yo decliné la oferta sin pensarlo porque ya tenía plan. Una semana más tarde me encontré con él en frente de un ascensor de la universidad. Me dijo que le alegraba verme y que me estaba buscando. Que si quería salir con él. Yo había hecho planes con un amigo pero no eran definitivos. Así que quedamos en que me llamaría más tarde y cuadrabamos para vernos. Mi amigo llamó un rato más tarde y propuso que cambiaramos la salida para el día siguiente. Yo acepté feliz pensando que tendría mi date tranquila.

Voldemort llegó ese viernes a mi casa y me llevó a uno de los sitios a los que mi ex solía llevarme. Pero esto no me generó tristeza. Yo estaba tan contenta con Voldemort que ni me acordé del ex. Hablamos y hablamos. Era inteligente y había hecho muchas cosas. Había sido locutor de radio, hacia el diseño gráfico de la revista Shock y yo ya no me acuerdo que más cosas. Yo que tengo mi delirio por los pilos quedé matada. Salimos del bar y volvimos a mi casa donde nos quedamos hablando hasta las 4 de la mañana. Hubo un abrazo largo a la despedida y yo esa noche me dormí con una sonrisa.

El sábado amanecí contenta. Me llamó pero sabía que yo estaba ocupada así que me invitó a tomar onces el domingo. Acordamos mi casa y yo quede contenta. El domingo me cambié varias veces y ni me acordé de mi ex. Hablamos largamente. Recuerdo que hizo una analogía entre el portero de fútbol y la red que yo no entendí del todo pero era sobre como nos estabamos enredando el uno en el otro (súper porno barato... que oso). Y entonces nos dimos un beso, que pasaría a mi historia personal como uno de los peores de mi vida.

Además de un evidente falta de química y de la pésima técnica de su parte, yo contribuí a dañar el beso ya que me acordé de mi ex y me sentí culpable (siempre he sido estúpidamente fiel). Le di un abrazo y lo despaché de mi casa entendiendo que había ido demasiado rápido. Le lloré a mi mamá quién me tranquilizó diciendome que era un date casual, que no tenía que preocuparme y que además, no tenía motivos para sentirme culpable ya que yo estaba soltera.

Al día siguiente con un fuerte sentimiento de culpabilidad decidí evitar toda la situación escondiéndome en la casa de mi mejor amiga de la universidad. Rentamos un par de películas y me quedé en su casa hasta las 9 y media de la noche. Llegué a mi casa mucho más tranquila y sintiéndome menos culpable. En el momento en que abrí la puerta oí a mi mamá decir que yo todavía no había llegado pero que en cuanto llegara me avisaba. Subí y le pregunté quién era: Voldemort, quién ha llamado 4 veces desde que yo llegué y otras 5 a lo largo del día. Nueve veces en un día???? No tenía mucho sentido.

Así que marqué el número que mi mamá, mi abuelo y mi empleada habían anotado en diferentes papelitos. Contestó una voz femenina:

- Buenas noches, Voldemort por favor?
- De parte de quién?
- De Lina
- Ay Hola Lina, habla la mamá de Voldemort, que rico oirte. Mira él se acaba de sentar a cenar pero apenas termine yo le digo que te marque.
- Ehh este, bueno si. Gracias.
- No te preocupes, Voldemortcito (efectivamente ella añadió un cito al nombre de su hijito) seguro te llama, de todas formas espero verte por aquí muy pronto porque tengo muchas ganas de conocerte. Que rico oirte.
- Ehh ahh si, lo mismo. gracias. Hasta luego.

Ah?? En nuestras únicas dos dates, Voldemort y yo jamás habíamos tocado el tema de la mamá. Por todo lo que yo sabía, a él lo habían criado los lobos. Y ahora su mamá sabía todo de mí, le parecía rico oirme y esperaba verme pronto en la casa. Colgué absolutamente espantada y llamé a una amiga. Mientras tratábamos de descifrar a este personaje que aparentemente llevaba tanto tiempo solo que bastaba un beso para que la mamá fuera feliz, sonó la otra línea.

Era él. Le colgué a mi amiga y empecé a hablar con Voldemortcito. Su primera pregunta fue que en dónde estaba yo a las 10 de la mañana. Pues en la universidad (tenía 18 años, en dónde más iba a estar un lunes a las 10 am?). Ahh, es que quería verte y fui por los lados de tu casa, pero me dijeron que no estabas. La conversación siguió con más o menos normalidad hasta que dijo algo sobre como tenía muchas ganas de darme besos como si fuera un vámpirito (si... dijo vámpirito, a lo mejor es el hijo perdido de Uribe). Y yo ahí no pude. Yo que seguía sintiéndome culpable y espantada por tan mal beso, decidí que había que frenar las cosas.

- Mira Voldemort, yo te dije que acabo de terminar una relación muy seria y que este no es mi mejor momento. Yo quisiera que fueramos un poco más despacio.
- ¿Más despacio?
- Si, yo no quiero hacerte daño y siento que tu vas muy rápido.
- Ay... yo no quería que lo nuestro se acabara tan pronto!

Lo nuestro??? Acaso Voldemort era una niña de la era Victoriana? Un beso no es una relación, no es un lo nuestro!

Colgamos, él triste, yo aterrorizada de pensar que este era el mundo del dating. Como siempre, muy pronto estaba riendome de tan bizarro encuentro y contándolo. Y así se construyó el mito de Voldemort. Cada vez que lo conté, en el plazo de una semana me lo encontré. Esta vez no sé qué sucederá. Ya no estoy en Colombia. Pero juro que si luego de publicar esto, me encuentro con él en México le pongo una orden de caución.



miércoles, 23 de septiembre de 2009

no debía ser así...

alguien me puede explicar qué carajos pasa con los hombres mexicanos? por qué tienen esta maldita imposibilidad de ser claros?

esta bien... lo acepto, yo tampoco fui clara. yo no dije lo que pensaba.

pero yo no estoy enamorada de mi ex.

él si.

y son las 12:30 de la noche y estoy triste. y sola. y me duele. y tengo rabia. entonces escribo. porque no sé qué más hacer.

aparentemente él no había pensado en qué estaba pasando entre los dos. él creía que esta conversación la tendríamos en unos 3 meses. y no sabe. y esta confundido y por eso manda señales confusas.

y yo... así no quisiera aceptarlo y no quisiera decirlo... estaba tragada. y me hacía sonreir. y no sé si quiera o pueda ser su amiga.

Historia 2: Psycho Jesus

La semana pasada inicié esta serie sobre los personajes con los que he salido. Hoy vamos con el segundo personaje, mejor conocido como Psycho Jesus.



Como todos mis personajes, este empezó pareciendo lo más de normal. Lo conocí en la cineteca en una de esas coincidencias que a veces me hacen creer que el destino existe y todo esta escrito en una piedra cósmica. Los dos ibamos solos, nos sentamos cerca, pronto nos encontramos hablando y al terminar la película fuimos por un largo café. (Para mayores detalles aquí esta la entrada que escribí aquel día antes de ser conciente de lo freak que era el personaje: http://divagacionesextras.blogspot.com/2009/06/happy-go-lucky.html). Ese día noté la tendencia a analizarme pero en su momento me pareció chévere: "se le nota que es filósofo. cuestionó cada frase y me puso a pensar". El personaje ante todo me pareció normal y por eso le di mi teléfono con la esperanza de volver a saber de él.

Unos días más tarde llegó a mí el mensaje de texto más miedoso de mi historia:

"Ay, Lina!... Pasa el tiempo y yo conservo vivo tu recuerdo! Pienso en tu voz, en tu acento y tu sonrisa! Te recuerdo soltandote el cabello o llevandote los dedos a la boca para limpiar de ellos los restos de chocolate, y yo deseando que tu boca fuera la mía para prestarte ese mismo servicio!.. Me gustas, Lina, y tengo ganas de volver a verte!"

Fue a las 11 de la noche de un domingo y yo quedé paniqueada. Así que le respondí (grannnnn error) que a mí me había gustado conocerlo, que podíamos algún día tomar un café pero que yo prefería ir despacio. Pensé que así se relajaría un poco y dejaría de mandar mensajes porno. De nuevo me equivoqué:

"Yo digo que sí, por supuesto! Dime cuando y en donde sugieres! Y de lo otro, bonita, vayamos despacio entonces, pero eso no impide que te diga que quiero colmarte de besos y caricias!"

En realidad lo que significaba mi mensaje era exáctamente eso, que por favor no me mandara mensajes con las palabras besos, caricias ni aluciones a mis dedos y boca. Yo no respondí nada. Pero al día siguiente cuando le conté a mi mamá pensando que se escandalizaría, recibí una respuesta aún más sorprendente: "bueno, es claro que el personaje tiene intenciones sexuales evidentes... pero eso no esta mal... a lo mejor es muy directo pero no dices que te aburre que los mexicanos no son directos?".

Ante esta evidente pérdida de confianza en mis futuros prospectos por parte de mi señora madre decidí preguntarle a mi mejor amigo mexicano a ver si opinaba que los mensajes de texto eran tan miedosos (y un poco lobos) como me parecían a mí. De nuevo para mi sorpresa, a él no le parecieron tan graves y me dijo que tal vez debería perdirle el mail para medir un poco qué tan psicópata era el personaje. Como el niño se llamaba Jesus y yo andaba encarretada viendo la cuarta temporada de One Tree Hill donde Peyton habla de Psycho-Derek, empecé a hablar de Psyco-Jesus.

Y la verdad es que estaba en una de esas épocas en donde no tenía prospectos en el horizonte. Mi amigo erótico me tenía abandonada y no había nadie más en quién pensar. Así que decidí intentar comunicarme con él a punta de mails. La excusa era perfecta: a la semana yo me iba 3 semanas a Estados Unidos y sólo podríamos escribirnos. Con muy poco entusiasmo Psycho-Jesus aceptó y empezamos a escribirnos.

Los mails eran chéveres. No lo niego. Pero seguía siendo increíblemente intenso. Hablaba de "nosotros", mandaba besos, caricias y demás. Y yo no sabía muy bien cómo explicarle que no había un "nosotros", que nos habíamos visto dos horas y que francamente yo no me acordaba muy bien de cómo es que era. Pero de nuevo... era un buen distractor en el estres de mi curso de verano, eran mails entretenidos y yo no tenía nadie más en quién pensar. Él argumentaba que su intención no era asustarme sino por el contrario hacerme claro que yo realmente le gustaba y quería tener algo serio conmigo.

Dejando de lado mis profundos issues con el compromiso... seamos sinceros, el tipo me había visto dos horas. Y yo seré chévere y todo pero en dos horas uno no conoce nada de la otra persona. Pero ahí iba él diciendo como yo le encantaba y fascinaba. Hablando de mi cabello (let's not go there) y de lo mucho que anhelaba verme.

Y finalmente volví a mi casa. Me pidió mi teléfono y hablamos un par de veces. Una noche quiso tener phonesex conmigo. Lo frené y le dije que estaba loco. 1. no soy fan del phonesex, no me entusiasma. 2. uno no puede tener phonesex con alguien a quien ni siquiera le ha dado un beso. Pero esto no fue el único problema, al hablar descubrimos lo que yo ya intuía: que eramos totalmente distintos. A él le encantaba levantarse temprano a hacer ejercicio, no le gusta salir, prefiere las cosas serias (qué cosa con los serios y su atracción hacia mi que soy tan poco seria) y cuando le pregunté su trago favorito respondió que los jugos boing (que además, son feos). Y para rematar él se había convencido que yo era alguien que no soy (seria, madrugadora, aburrida y trascendental).

Pero había que confirmar las impresiones saliendo. Acordamos vernos un sábado y el propuso vernos a las 10 de la mañana. Me rehusé y le expliqué que no hay posibilidad en el mundo de que yo vaya a un second date cuando el reloj todavía no ha puesto el pm. Conciliamos en las 5pm (seguía incomodándome el tema de que fuera de día pero por lo menos no tenía que levantarme temprano para el evento). Y él decidió que debíamos repetir exáctamente nuestra primera salida: película en la cineteca, café caminando. ahhh la cursilería.

Yo tenía miedo de cómo sería ese primer encuentro. Llevaba un mes diciendo lo mucho que me deseaba y lo mucho que anhelaba estar conmigo. Como le dije a mi mejor amiga: "I don't want him to say hello to me stucking his tongue down my throat". Afortunadamente se limitó a darme un abrazo.

Y a la salida de la película pasó de ser Pyscho-Jesus a Freud-Jesus. Un bonito recuerdo de mi psicoanalista y del gringo (ver entrada anterior): "eso es un punto interesante el que tocas, ahondemos por favor", "por qué te sientes inclinada a decir eso?", "qué te hace manifestar eso?" (además hablaba como un profesor de principios del siglo pasado). Arghh. No sé. No sé porque digo ciertas cosas que digo. No soy una tesis doctoral, no tengo por qué justificar cada frase que digo. Así que lo frené y le dije que no soportaba más el tema.


Ante esto, encontré que mi negativa de ser analizada en cada frase era precisamente su deal-breaker. Me miró con seriedad y me dijo que él no podía renunciar a eso. Nos despedimos con un abrazo y jamás volví a saber de él.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Entrega 1 de las historias de mis adorables psicópatas

Hoy por Twitter me llegó este link: http://melodymaker.posterous.com/the-reason-some-girls-stay-single-very-funny es la historia de una niña en Toronto que se levanta a un personaje un poco intenso (para mis lectores mexicanos, levantarse en colombiano significa ligar a alguien) y para que él deje de molestar le da su tarjeta. Lo siguiente que pasa son dos mensajes divertidísimos de un personaje que uno no creería existe en la vida real.

Pero existen.

Y creo que la única razón por la cual no he conocido a dicho personaje es que no vivo en Toronto, de lo contrario seguro ya tendría esos mensajes de voz en mi celular. Porque aparentemente yo tengo un imán para los personajes psicópatas, problemáticos, con deficiencias sociales únicas-en-su-clase, etc. Les encanto. Y siguiendo el consejo de un buen amigo (que probablemente algún día entrará en esta lista) voy a contarles las historias de estos personajes en esta y las siguientes entradas. Por favor no me escriban diciendo que eso no pasa en la vida real porque lo que aquí escriba es verdad. I know. My life is that pathetic sometimes (y por fin puedo aceptarlo).

Personaje 1.

Empecemos por el gringo. Este no estoy ni siquiera segura que pueda considerársele un ser humano. Como lo definió una amiga, es un mero intento de ser humano. El gringo apareció mientras vivía aquí en México en un momento de particular vulnerabilidad. Hacia unos pocos meses me había partido la mano (para enterarse de la historia: http://colombiaenmexico.blogspot.com/2008/09/cunto-cuesta-partirse-la-mueca-en-mxico.html y era la primera date que tenía una vez me retiraron los clavos de la mano. En su defensa el gringo era increíblemente bonito, ojos azules tipo Tom Cruise, ni un solo gramo de grasa (escalaba montañas… pronto volveremos sobre esto) y era lo suficientemente desgarbado como para gustarme. En un inicio la cosa fluyó medianamente bien. Me consentía y me mandaba mensajes de texto bonitos.

Pero pronto empecé a notar que era un poquito obsesivo con el deporte. Se ponía de mal genio cuando se quedaba a dormir en mi casa porque no podía levantarse en domingo a las 8 de la mañana a jugar basket (todavía tengo la duda de si el universo existe los domingos a las 8 de la mañana). Cancelaba planes los fines de semana para ir a escalar montañas y no entendía que me frustrara el tema. Un sábado vino a mi casa, le preparé una cena deliciosa, el domingo hicimos desayuno y estuvimos de pereza todo el día. Por la tarde noté que estaba más callado de costumbre. Le pregunté qué le pasaba y me dijo que estaba deprimido porque no había hecho nada. Según él, había desperdiciado el fin de semana conmigo. (nice… fantástico para mi autoestima). Al ver mi cara de furia aclaró que no es que le molestara estar conmigo, que en realidad había estado rico pero que finalmente no había hecho nada que valiera la pena, como escalar una montaña.

Pero bueno… yo hasta podía lidiar con sus deseos de ser Diana Ross y averiguar qué tan alta es la montaña. El problema era su falta de interés por CUALQUIER cosa que no fuera la montaña… o las matemáticas. Ah… es que el personaje era matemático (maybe that was the problem) y no entendía nada que no pudiera sumarse o restarse o escalarse. Al preguntarle por las películas que le gustaban respondió que veía preferiblemente documentales o especiales de Discovery. Y libros? Al niño sólo le gustaban los de matemáticas porque en su opinión la ficción no es seria. Ahora que lo pienso creo que no es que no le gustara, es que no la entendía. Una noche vimos The Family Stone, una de esas comedias románticas hiper lights. Cuando le pregunté si le había gustado me dijo que no porque había muchos personajes y eso lo desgastaba en exceso.

Es que el gringo era serio. SERIO. Increíblemente serio. Freud + Nietzche + Álvaro Uribe + Sartre. Absolutamente impedido para entender el sarcasmo y la ironía. Una noche estábamos hablando y yo hice algún comentario mordaz (como siempre), él se quedó mirándome sin entender mucho así que yo me reí y le dije: y por eso es que voy a reencarnar en cepillo de dientes (lo cual sigo creyendo es cierto). Ahh… esto trajo una de las conversaciones más bizarras de mi vida: cómo si soy agnóstica creo en la reencarnación? Y si de verdad creo en la reencarnación cómo puedo creer que se puede volver en la siguiente vida en objetos inanimados como un cepillo de dientes? O creo que los cepillos de dientes tienen alma? Arghhh!!

Pero además de no entender el humor negro, el gringo no entendía el humor. NINGÚN TIPO DE HUMOR. En los dos meses largos (larguísimos) que salimos creo que sólo lo vi reírse una vez. Y esa vez le dije que tenía una sonrisa muy bonita y que debía usarla más. Ante esto me respondió que él no entendía por qué debía reírse (no vamos a analizar que además de todo confundía reirse con sonreir), que eso era un constructo social innecesario y que odiaba la presión cultural para hacerlo. Concluyó con un serísimo: When I think something is funny I laugh in the inside, I don’t need to show others my laughter. Ahh… hay que querer a semejante personaje.

Uno podría pensar que dos meses es mucho para estar con este personaje. Y es cierto. Pero en mi defensa, sólo nos veíamos algunos fines de semana (cuando vencía la necesidad de subirse a la montaña) y nunca entre semana (vivíamos lejos y él se levantaba a las 6 de la mañana a jugar basket). Además en esos meses, me fui una semana a Colombia porque mi abuelo se enfermó. Volví un lunes y esperé hasta el viernes para verlo. Me había dicho que estaba teniendo una mala semana y yo realmente no había puesto mucha atención (again, mi abuelo estaba MUY enfermo). Y así, aquel viernes llegó a mi casa, luego de dos semanas de no vernos, con un gran ojo morado. Mi reacción natural e instintiva fue preguntarle qué le había pasado ante lo cual me insultó. Según el gringo, era absolutamente anormal que yo quisiera saber qué le había pasado. Y luego procedió a negarse a contarme porque era una historia MUY humillante y él no quería recordarla. Yo con mi maravillosa memoria imaginé toda clase de escenarios, un grupo de niñas lo golpearon, un par de enanos lo violaron, un bebé muy fuerte lo atacó. Pero nada de eso pasó. La historia humillante y degradante que él se negaba a contarme es la siguiente: estaba jugando basket con unos amigos y al intentar robarse el balón, se enredó con otro jugador y se cayó pegándose en el ojo. Ahh… mi historia de los enanos es más divertida, cierto??

Muy pronto después de eso el romance con el gringo se terminó. El desencadenante además de su falta de capacidad de reírse, entender el sarcasmo, tener una conversación interesante y/o divertirse, fue que yo me enfermé. Un viernes me invitó a su casa, planeábamos ir a desayunar a un sitio que él quería llevarme el sábado por la mañana. Pero por la noche yo me enfermé. Me dio una gripa horrible. Fiebre, temblor, malestar. El combo completo. Él se enteró porque en algún momento de la noche le rogué que apagara el ventilador. Molesto lo hizo. Por la mañana me despertó y me preguntó que si íbamos a salir. Con la poca voz que tenía le dije que la fiebre y yo creíamos que no. Así que procedió furioso a saltar de la cama e ir a prepararse desayuno para él solo. No me ofreció ni un vaso con agua. Unas horas después cuando la fiebre y yo decidimos que podíamos aguantar el viaje en metro hasta mi casa me levanté. Él se limitó a informarme que se encontraba muy frustrado porque yo había incumplido mi promesa de ir a desayunar con él. Fiebre o no fiebre.

Mi fiebre y yo nos fuimos y jamás volvimos.



miércoles, 16 de septiembre de 2009

"Opposites attract, but that doesn't mean they work out"

Hace 12 años y 12 días exáctamente, me cuadré por primera vez. En términos mexicanos, hace 12 años y 12 días empecé a andar con mi primer novio. 4 de septiembre de 1997. Todavía me acuerdo de la fecha, la escena y por supuesto del personaje.

C era un niño completamente diferente a mí. Dedicado a los deportes (me arrastró a numerosas prácticas de aikido y a una ceremonia donde le dieron un cinturon amarillo), no leía un libro ni por equivocación, bueno en las matemáticas y convencido que las clases de historia era una pérdida de tiempo. Le gustaba Jackie Chan y trató muchas veces de convencerme de ver Masacre en el barrio chino (puedo decir con orgullo que no lo logré y al día de hoy todavía no la he visto). En cambio me obligóa ver esa tragedia cinematográfica llamada La Colonia con Dennis Rodman intentando actuar. Peleabamos por todo. No lograbamos encontrar puntos en común. Pero me atraía. Mucho. Hay muchos motivos acerca de porqué duré 1 año y 8 meses con este personaje pero hoy no se trata de discutir eso.

Se trata de por qué 12 años y 12 días después a mí me siguen encantando los opuestos. En mi historial sólo ha habido un novio similar a mí y el resultado fue catastrófico. Nos gustaban las mismas películas, libros, sitios para ir, restaurantes, etc. y pronto olvidamos las razones por las cuales era una buena idea salir con más gente, hacer cosas sin el otro y tener una vida propia. De nuevo, hubo muchas más razones por las cuales la relación se terminó pero el mimetizarnos fue una de las más importantes. Así que el siguiente novio que con el siguiente novio que busqué era nuevamente un opuesto. Católico, familiar, de padres felizmente casados, con una visión del mundo totalmente distinta a la mía. Y aunque aprendimos sobre qué temas podíamos discutir sin odiarnos, hasta el final gran parte de su atractivo era el mundo tan distinto en el que él vivía.

Y los años pasan y yo sigo en las mismas. Me encuentro a mí misma saliendo con personajes con los que no tengo nada (o muy poco) en común. Mi psicóloga dice que esto es positivo. Y tal vez lo sea. A mi me gusta estar con personas que me abren el universo, que me ayudan a ver cosas distintas, que me enseñan sobre cosas en las cuales yo nunca me interesaría... Pero de vez en cuando... anhelo compartir lo que me gusta, mi visión del mundo, sin tener que estar en interminables debates y discusiones.





lunes, 14 de septiembre de 2009

La tara mental de hoy

Dijo Carrie alguna vez:


If you're a thirty something woman living in Manhattan, and you refuse to settle and you're sexually active, it's inevitable that you'll rack up a certain number of partners, but how many men is too many men? Are we simple romantically challenged, or, are we sluts?


Debo aceptar que uno de mis grandes miedos en la vida es que la gente piense que soy fácil, o una perra o en inglés a slut. Y ese miedo radica en que soy conciente en que si una mujer es abierta respecto a su sexualidad, es fácil que se le tilde de perra. Y eso me molesta profundamente. No quiero entrar en el lugar común acerca de cómo si un hombre se acuesta con cualquiera es visto con respeto mientras que si una mujer hace lo mismo se le considera una perra.

Sobre lo que hoy quiero escribir es el por qué de mi miedo. Creo que en esto yo soy un poco incoherente. Me considero una persona muy liberal, vivo mi sexualidad tranquilamente (al punto que aquí estoy escribiendo hoy) y considero que soy responsable. Pensando en la respuesta a la pregunta de Carrie, yo creo que si uno es responsable, si es claro con las personas con las que se relaciona y si no le hace daño a nadie, uno no es una perra-slut. Bajo esa lógica, yo no me considero una perra-slut. Y estoy tranquila con mi historial sexual. Y sin embargo, me causa conflicto lo que otros piensen de mí. No debería ser así. Yo considero que no hago nada malo, pero sé que hay gente en el mundo que ve las cosas de forma distinta... y eso me genera conflicto. Me hace sentir incómoda.

Esto es un tema que aquí en México he analizado en distintas ocasiones. (La primera vez que lo analicé quedó registrado en: http://colombiaenmexico.blogspot.com/2008/03/amor-la-mexicana.html) Al llegar, pronto descubrí que además de las asociaciones acerca de Colombia y las drogas y la guerra, existe la idea de que las colombianas somos fáciles. (¿Realmente lo seremos? )Yo creo que los mexicanos confunden el ser más abiertas sobre el tema de la sexualidad con ser fáciles. Aquí no se habla de sexo. No se discute. Les fascina el doble sentido al que le llaman albur. Y todo son chistes de ese tipo. Chistes que en Colombia sólo los niños de 13 años harían. Uno ve hombres de 40 años sonrojándose cuando se trata el tema. Pero claramente este no es un país de vírgenes. Ellos hacen y hacen... tan sólo no hablan del tema. Como si en el fondo, estuviera mal. Y cuando llegan las colombianas que no tenemos problemas en aceptar que nos acostamos con nuestros novios, maridos, amantes... ahh... que perras somos.

Mi mejor amiga de aquí considera que todo el tema va a la tradición católica. A esa terrible enseñanza que el cuerpo es malo, el sexo pecado y que vinimos a este mundo a sufrir. El dichoso valle de lágrimas. Y entre más lo pienso, creo que más razón tiene. Mi incoherencia entre lo que soy y lo que me molesta que piensen de mí también tiene su base en esa tradición. Yo no soy católica pero finalmente estudié en un colegio católico y naci en un país católico. Y aunque no creo que mi cuerpo sea malo ni que el sexo sea pecado... me preocupa que me juzguen. Que los otros me condenen.

Ahora estoy saliendo con un niño bastante conservador, opuesto a mí en su forma de ver el mundo. De derecha. En contra de todas las cosas que yo considero básicas para vivir en sociedad. Y eso no es grave. Ya lo he hecho antes. Pero hay una parte de mí que no deja de preguntarse qué pensará él de mí, sabiendo que probablemente condene una parte de mi estilo de vida. ¿Saldría conmigo si supiera las cosas que he hecho y los hombres con los que he estado? O saldría conmigo simplemente por las cosas que he hecho y los hombres con los que he estado? Esta conmigo porque cree que soy fácil? Y cuanto tiempo tendrá que pasar antes de que él deje de pensar en eso?

Él también tiene su conjunto de incoherencias. Como casi todos los niños conservadores y católicos que he conocido, eligen las partes de la religión que les convienen. Esta mal tener un aborto pero esta bien usar un condón, esta mal que los homosexuales existan y quieran tener derechos pero esta bien que ellos tengan sexo prematrimonial. Y algo me dice que para él esta bien acostarse conmigo, pero esta mal que yo me acueste con él. Suena absurdo e ilógico y no sé si él realmente lo piensa... pero sé de muchos casos de hombres católicos que piensan así.

y si todo esta en mi cabeza? A lo mejor él no me juzga, a lo mejor aunque él es conservador y tiene su mente bien cerrada, no piensa en estas cosas. Simplemente sale conmigo y punto. Y la que se arma rollos en la cabeza soy yo.









lunes, 7 de septiembre de 2009

Deal-breakers

Define el Urban Dictionary un Deal-breaker como:

An issue within a relationship that constitutes one partner breaking up with the other. Note that they do not need to be a "good" reason by society's standards, but are specific and individual to each relationship.

Example:
I can't believe he broke up with her because she didn't put out after 10 dates. I guess to him, that was a "deal breaker".

Básicamente un deal-breaker es lo que con mis amigas definimos como los mínimos de una relación. Cada persona tienen mínimos diferentes, esos puntos que no se negocian y que son motivo para no seguir en una relación. O para no intentar siquiera una relación.

Pero ahí el punto se vuelve complejo. Una cosa es estar en una relación y terminarla por un deal-breaker (él quiere tener hijos, ella no) y otra cosa es no empezarla por un deal-breaker. En principio suena lógico. Para qué me meto con este tipo si sé que quiere tener hijos y yo no? (o al revés) Si las cosas funcionan, el deal-breaker estará al final del camino esperando tranquilamente. En este punto, ya sabemos que la gente NO cambia. Así que si en la primera cita le dicen a uno que quieren tener hijos, 3 años más tarde van a seguir queriéndolos. Así uno los lleve a ver la huérfana, damian y los ponga luego a ver Barney. Eso no va a cambiar. Entonces en principio uno se esta ahorrando tiempo y sufrimiento.

El problema es cuando algunos de esos deal-breakers vienen de malas experiencias del pasado. Me explico. Hay límites que uno tiene porque son cosas mínimas para uno: tener o no tener hijos, ser o no ser de una religión, ser o no ser cuidadoso con la $. Pero hay otros límites que uno pone porque en el pasado se ha dado cuenta que es importante ponerlos. Un ejemplo. Durante tres años de mi vida yo salí con un católico efervecente que creía que el aborto en cualquier caso era pecado (no importa si te violó un elefante, debes tener al pequeño elefante... es la voluntad de Dios), que el matrimonio entre homosexuales era una infamia, etc. Y durante tres años fueron temas sobre los que no podíamos hablar sin terminar peleados. Al final resolvimos no hablar del tema. Y yo sabía que el día que tuvieramos hijos el tema volvería a aparecer. Por fortuna nunca me reproduje con el personaje y no fue un issue. Pero hoy, cuando salgo con un personaje que tiene una línea de pensamiento similar... me parece que lo lógico es salir corriendo. DEAL-BREAKER. Ya aprendí que esa clase de temas se convierten en conflicto. Entonces para qué meterme con alguien con quién voy a terminar en conflicto?

Pero realmente son deal-breakers o simple trauma por el pasado? Miedo a repetir peleas? Cómo se distingue entre una cosa y la otra? Cuándo se esta siendo sensato y racional y cuando se esta huyendo, una vez más, de algo que potencialmente puede ser bueno?

Creo que tantos años de relaciones extrañas, amorfas y sin nombre me han vuelto prevenida. Y me cuesta trabajo soltarme. Veo señales de alarma y doy un paso atrás. Y no sé hasta dónde esto es realmente sano para mi. Pero tampoco sé como no dar el paso atrás.


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PD. El mejor deal-breaker con el que me he encontrado lo puso Psycho-Jesus cuando en nuestra segunda cita le dije que no soportaba que me estuviera psicoanalizando cada frase qué yo decía (qué te hace decir eso? por qué crees que te sientes así? detengamonos un instante a analizar ese último punto que planteas, etc) y él me dijo que entonces a él no le interesaba salir conmigo.

FREAK.

y después me pregunto de dónde me salen tantas prevenciones...


miércoles, 2 de septiembre de 2009

La Bella y la Bestia unos años después

Anoche vi La Bella y la Bestia. Era una de mis películas favoritas de niña. Mi abuela me regaló la versión especial en VHS y a mi me encantaba. Tanto que, aunque no la veía hace al menos 15 años (dios estoy vieja), todavía me acuerdo de las canciones.

Y, sin embargo, me pareció tan distinta. Yo la recordaba como una película linda y cursi con un mensaje muy obvio: mira más allá de las apariencias. A lo mejor estoy más jaded que de costumbre, a lo mejor la neura de estos días la descargué contra la película...

La película empieza con Bella caminando y cantando por su pueblo. Así nos la presentan. Es una joven increíblemente bella (como su nombre) pero con unos gustos particulares: le gusta leer y a cambio no le gusta el hot-shot del pueblo (Gastón). La película la muestra como una niña especial a la que el resto del pueblo no comprende. Son muy simples para ella. Los provincianos se limitan a decir que es una bonita freak.

Bella por su parte sólo quiere irse. Anhela una vida más allá de lo que conoce (como si no me sonara familiar... será que todos mis problemas radican en un exceso de esta película?). Tiene un gran corazón y quiere a su papá con el alma. Por eso acepta quedarse en el castillo de la Bestia a pesar de que el bicho es muy miedoso. Pero tal vez... tal vez es porque también significa algo distinto y es preferible Bestia desconocida a Gastón conocido (que oso me doy yo misma).

Y el resto de la película es predecible. Ella logra ver más allá de las apariencias y se enamora. Y para no tener que ver la imagen de la niña bonita dándose besos con el bicho desagradable y belfo (nunca había notado pero la Bestia es un tilin belfa) en el momento clave lo convierten en un principe.

Ahora analicemos. Esta es la imagen con la que crecí? Que si uno es especial y diferente y tiene intereses distintos a quedarse para siempre en el pueblo en el que nació lo único a lo que uno puede aspirar es a una Bestia? Esta bien. Digamos que el problema no es que sea feo (yo puedo lidiar con eso), pero recordemos que la Bestia tiene serios problemas de actitud. Por eso lo convirtieron en Bestia. Porque el man es un neurótico, superficial y con tendencia a la ira. La mitad de la película se la pasa rugiendo y madreando a todo el que se le acerca. No tiene medio amigo y sus sirvientes le tienen pánico. No es propiamente lo que diríamos un gran partido. Y por supuesto, a la primera cagada que haya hecho Bella luego de que se acabo la película el Principe-ex-bestia debió madrearla hasta el cansancio.

Esa es la visión Disney del futuro de las freaks. O por lo menos de las niñas que quieren algo distinto en sus vidas. El problema es que Bella jamás hubiera sido feliz casada con Gastón, así su vida hubiera sido más simple.Ella no esta hecha para la simpleza. Eso ya lo aprendimos.