martes, 25 de mayo de 2010

La felicidad y las relaciones

Hace algún tiempo oí en uno de mis podcasts sobre un estudio acerca de la Felicidad. Su director, George E. Vaillant, quiso explorar este tema y ver qué hace que una persona sea o no feliz. Para eso, realizó uno de los estudios longitudinales (Já! no he olvidado mis clases de metodología) en la historia. Durante más de 70 años, estudió a un grupo de 268 hombres que a finales de los años 30 ingresaron a Harvard. Así los ha estudiado mientras ellos estudiaban, se graduaban, casaban, divorciaban, eran padres, trabajaban, etc.

Alguna vez lo entrevistaron y le hicieron la pregunta obvia: ¿Qué había encontrado gracias a su estudio? y la respuesta es maravillosa:

“That the only thing that really matters in life are your relationships to other people.”

Hoy cuando pienso en los momentos de mayor tristeza y depresión de mi vida, me doy cuenta que han sido los momentos en donde menos personas cercanas tenía. Hace 10 años, cuando fui tan profundamente infeliz, me había alejado de mis amigos, a duras penas le hablaba a mi papá, la relación con mi mamá era pésima, las cosas con mi novio eran un desastre y mi familia era un grupo de extraños amistosos. Y fue ahí donde caí en la depresión y donde toqué fondo con los problemas y circunstancias de mi adolescencia.

Gracias a ese momento aprendí que era básico mantener a mis amigos cerca y no permitirme jamás cambiarlos por un noviazgo. Cuando empecé a salir con el Ex, lo primero que hice fue aclararle que mis amigos estaban primero, ya que durarían más que él. Y tal como lo predije, el Ex pronto fue Ex y mis amigos ahí siguieron.

Pero la familia no era tan importante para mí. No era una relación determinante.... Hasta que me vine a México y los extrañé. Y hasta que pasaron tantas muertes en el 2009 y me di cuenta que mi familia es una red de apoyo increíblemente fuerte, que me da ánimo de seguir adelante y que no deja que yo me rinda.

Leo y releo la frase y pienso en cuanta razón tiene. Y entonces pienso en los amigos que he perdido. Además de la muerte, las pérdidas de mis amigos, son las cosas que más me duelen en la vida. Algunos de los que perdí los recuperé en la distancia y ahora la relación se limita a ser algo cordial a través de Facebook. Otros no han vuelto. Al día siguiente de mi cumpleaños, me llegó un correo felicitándome de quién en un momento de mi vida fue mi mejor amigo. Sentí algo horrible cuando me di cuenta que ni siquiera había notado que él no me había escrito. Y sé que es normal que las relaciones cambien, que la gente se aleje y se acerque durante la vida. Pero fue feo darme cuenta que una de las relaciones que tanto había significado, ya no es nada.

Y la verdad es que al vivir lejos muchas relaciones se pierden. Relaciones que dependían de la cercanía física y de una rutina de eventos compartidos. Creo ser buena en darle continuidad a mis relaciones, pero es muy triste cuando me doy cuenta que en algunas de las que más me importaban, fracasé. A eso debo sumarle, que este año cometí un gran error con un amigo al que quería mucho. No creo haberlo perdido del todo, pero sé que ya no es lo mismo. Así que si pudiera cuantificarlo diría que estoy en un déficit de 1.5 amigos. 1.5 relaciones que aportaban a mi vida y hacian que fuera más feliz.

Esto no quiere decir que no haya ganado gente en estos años en México. Y hoy tengo algunos amigos que no tenía cuando ese 1.5 amigos estaba en mi vida... pero con ellos dos la relación era mucho más profunda y valiosa que los otros que he encontrado desde entonces.

Entonces habrá que fortalecer las relaciones que tengo...

***
Un gran artículo sobre ese estudio:
http://www.theatlantic.com/magazine/archive/2009/06/what-makes-us-happy/7439/1/

domingo, 16 de mayo de 2010

She gives me hope

El viernes fui al matrimonio de mi amiga Lu. Ella fue mi directora de tesis en la carrera, trabajamos juntas y nos hicimos amigas. Ella era una mexicana viviendo en Colombia y yo una estudiante lista para terminar mi carrera.

Los años pasaron y yo terminé en México. Nos reencontramos y de tanto en tanto comemos. Hablamos. Dado que el negocio es chico, Lu conoce a mucha de la gente que yo conozco. Así que nos encontramos por ahí. Y cada vez que nos vemos, hablamos, compartimos. Es una de mis amigass más queridas aquí y me hace sentir en casa. Y el viernes se casó. Con un hombre bueno, que la mira con amor y quien durante la fiesta de tanto en tanto la buscaba para abrazarla. Un hombre que la hace feliz.

Y yo volví de la fiesta con esperanza. Porque Lu y yo nos parececmos en muchas cosas. Las dos somos diferentes a la media, las dos elegimos viajar y conocer el mundo, ver muchas cosas, conocer gente, estar lejos de nuestras familias y no seguir el estereotipo. Las dos hemos dado vueltas y hemos terminado en mundos distintos a los que originalmente nos imaginamos. Para Lu el amor tampoco fue fácil por muchos años y sospecho que en gran parte, es por lo mismo que a mí, no somos mujeres fáciles de etiquetar y encajar. Y eso a muchos hombres les da miedo.

Y ahora, después de tantas cosas... encontró ese hombre que la hace sonreir como yo nunca la había visto. Con quien sueña y planea un futuro. Con quien pudo hacer las cosas a su manera sin dejar de ser ella misma. Y entonces, yo recuperé un poco la esperanza. Vi que el sueño de ser feliz con alguien que te acepta y te quiere como eres... es posible.


***Nota al pie: anoche conocí a un chico que me gustó.... ahora es cuestión de esperar que las cosas se den y el personaje no caiga en el hoyo negro de los hombres que no llaman.

viernes, 14 de mayo de 2010

Analizando la Lora.

En Colombia uno dice que alguien le esta echando lora a uno, cuando esa persona esta hablando basura. Bull-shit dirían en inglés. En general se cree que a los hombres se les facilita mucho el hablarle lora a las niñas cuando intentan conquistarlas.

Con los años, mi mejor amiga y yo llegamos a la conclusión que a excepción de contadas excepciones, la lora es determinada por el hecho de si a uno le gusta o no el chico en cuestión. Las frases pueden sonar románticas o ridículas dependiendo de si a uno el tipo le parece alguien hermoso o un ente patético.

Y entonces ayer... ayer M reapareció para decir que yo soy una mujer de la que es muy fácil enamorarse y que eso le daba miedo porque esta saliendo de una relación muy complicada. Yo sé que ese es código para "I'm not that into you" y se lo dije (al menos se lo dije).

PERO.... en la medida en que M es el único niño que realmente me ha gustado y movido el piso desde que empezó este año... sus palabras quedaron resonando y no pude dejar de pensar que tal vez es cierto. que a lo mejor si le da miedo, que tal vez si quiere tiempo. que cuando dijo "esto aún no se acaba" dejaba abierta la posibilidad de que algo en serio suceda más adelante. Y yo sé que es una tontería, yo sé que el tipo probablemente sólo quiere una cosa y que me esta hablando mierda. Echando lora. Pero no pude evitar pensar en algo más...



*** Es importante precisar que la expresión echar lora también puede entenderse como simplemente hablar o en mexicano platicar.

domingo, 9 de mayo de 2010

Gente como uno...

El año pasado cuando todo parecía indicar que volvería a Colombia, mi psicóloga me ayudó a aceptar la situación diciéndome que volver significaba la oportunidad de encontrar gente similar a mi. Me convenció que no pasaría mis días viendo a mis amigas casarme, yendo a showers y conociendo bebes.

El tiempo ha pasado y yo me quedé un rato más por aquí. Y ahora pienso que he debido seguir su consejo sin importar el país en dónde este. A veces me atoro en el mundo en el que me muevo, donde todo parece indicar que sólo hay una forma de vivir la vida. Trabajar en oficina, con horario fijo, novio fijo, matrimonio. Bodas grandes. bebes pronto.

Y no es que yo no quiera casarme. Anhelo una pareja profundamente. Y eventualmente me gustaría tener hijos. Y lo del trabajo con horario fijo no es exáctamente ajeno en mi vida. PERO yo quiero otras cosas. Yo quiero seguir viajando, prefiero irme a vivir con alguien a casarme, no sueño con una boda enorme y un cura autorizándome a vivir con la persona que quiero. Y creo que todavía me falta mucho para pensar en reproducirme.

Tal vez sean mis commitment issues hablando por mí. Pero esa es la forma en que hoy veo la vida. Me cansa abrir el Facebook y encontrar que una más de mis amigas esta comprometida, embarazada o casada.

Y entonces ayer salí con mi ex-roomie. Que también es soltera. Que es mayor que yo y no esta buscando casarse. Que se va ir a vivir a Canadá en unos pocos días. Y recordé que hay gente como yo. Que no todo el mundo esta en el mismo canal. Que simplemente es cuestión de buscar a esos que tienen intereses como yo y donde no voy a sentirme tan extraterrestre.

La pregunta ahora claro es: ¿y dónde los encuentro?

viernes, 7 de mayo de 2010

Missing him

Por esto odio el exceso de tiempo libre. Porque la cabeza da vueltas y vueltas. Y el corazón da aún más.

Hoy por ejemplo, tuve tiempo para ver Grey's Anatomy. De ver a Christina Yang hablando de la muerte de su papá y a mi se me formó ese maldito nudo en la garganta que no se ha desecho desde que mi abuelo se murió. Levanto los ojos y veo su foto sonriendo. Y no puedo sonreir.

Es extraño... mi abuelo supo darme el espacio para conectarme con mi papá. Para que a hoy tengamos una gran relación donde estamos y somos y donde me hace feliz. Donde realmente siento su presencia en mi vida. Pero eso no hace que no deje de sentir un infinito dolor por la ausencia de ese otro papá que tuve. No es fácil explicarlo porque mucha gente cree que fue sólo la muerte de un abuelo. Pero no es así. Mi otro abuelo murió hace muchos años y aunque me duele su ausencia, nunca sentí esta pérdida. Nunca tuve este dolor, esta sensación de que el mundo dejó de ser un lugar donde quiero estar.

Los meses han pasado. Y sigue doliendo. Sigue siendo un tema que no puedo ni mencionar. Sigo sintiéndo que estoy vacía, que jamás nadie me va a querer como él me quiso a mí y que sobre todo, jamás habrá nadie que me haga sentir tan valorada, apreciada y querida.

No entiendo. Mi rutina no ha cambiado. Mi vida sigue siendola misma que antes de que él muriera. Yo ya llevaba aquí mucho tiempo. Pero mi vida se siente distinta. Mis espacios se sienten distintos. Cada tanto, en las noches me llegan recuerdos de él, cosa que antes no me pasaba. Y yo, que jamás usé reloj, ahora tengo el que él usó en mi muñeca. A veces pienso que es un poco masoquista tenerlo porque al verlo me acuerdo que él ya no está. Pero la verdad es que cuando he intentado no usarlo, me siento aún más sola, aún más desprotegida. Aún más sin él. Así que me lo dejo. Por las mañanas antes de salir cada día veo su foto sonriendo. Decidí poner la foto en que estamos juntos un poco más arriba de mi rango de visión, para que no tenga que verla obligatoriamente. Vernos juntos duele mucho. Así que prefiero ver la otra foto, esa donde mira directamente a la cámara y sonríe. Y yo puedo pensar que me sonrie a mí.

Christina dijo que llegaba el día en que al recordarlo sólo dolía un poquito. Mi mejor amiga dijo lo mismo. Yo le dije eso a mi mejor amigo. Pero hoy no veo cómo se llega a ese día.


El silencio de Tattoo-boy

Tattoo-boy es uno de esos chicos que no he podido definir. Primero fue mi amigo. Y era chévere. Era un amigo con el cual pasar el rato, salir a veces y tomarme unos tragos. No es mi estilo y por tanto, era fácil verlo sólo como un amigo.

Y una noche, al despedirse me besó. Y su beso me gustó. Pero me generó conflicto porque yo no lo veía como nada distinto a mi amigo para salir de vez en cuando. Pero volvimos a salir y volvió a besarme y volvió a gustarme. Y antes de que me diera cuenta empezó a ganar terreno. Y en la medida en que ganaba terreno me daba cuenta que las etiquetas que le había puesto inicialmente, no lo definían completamente. Yo veía a Tattoo-boy como un niño dedicado a la fiesta, que toma mucho y que no se salía de ese esquema. Y de repente me di cuenta que sabía quién era Michel Foucault y que escribía y que era más que el niño fiesta que yo veía. Y empezaron a llegar mensajes coquetos. Y yo empecé a pensar en él más de lo que esperaba.

Y entonces se fue de vacaciones. Y muchas cosas pasaron. Cosas de las que no estoy lista para escribir aquí, pero digamos que fueron cosas que me paniquearon un poco. Por su parte, estoy segura que no pensó mucho en mí durante sus vacaciones ya que precisamente estaba de vacaciones. Pero volvió y el mood cambió. Ya no nos vimos tanto, ya no hubo mensajes. Inicialmente puse distancia. Pero luego traté de volver a la normalidad. Lo invité a comer esta semana de incapacidad y me dijo que no. Le mandé un mensaje de texto el cual no respondió. Su silencio se hizo grande.

Mientras tanto en su página de Facebook una niña le deja mensajes en el wall y le hace caritas. Y yo empiezo a creer que algo sucede ahí. Y siento algo parecido a los celos.

No sé si es capricho, si es el sentir que mi arroz en bajo se enfrió o la furia del rechazo. No sé si es el sentir que nuevamente si hubiera hablado a tiempo las cosas podrían ser diferentes. Y escribo esto y sé que jamás creí que las cosas pudieran ser serias con él. Y cuando lo pienso y soy honesta conmigo misma, lo que verdaderamente me molesta es que perdí a mi amigo para salir.

*** Decisión: intentaré hablar con él. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

lunes, 3 de mayo de 2010

Incapacitada

El sábado pasado me acosté y dormí incómoda. El domingo me levanté y me dolía la espalda. Desde ese momento no me ha dejado de doler. Yo, que aborrezco con toda mi alma ir al médico, acepté que una amiga de la oficina me pusiera una inyección. Y me automediqué. No le hice caso a mi mamá de ir al médico. Tenía muchas cosas que hacer. MUCHAS. Y no había tiempo. Pero el miércoles mi jefa me vio y me mandó al médico.

El médico, un boliviano absolutametne adorable, quiso incapactirme. Pero yo tenía MUCHAS cosas que hacer. Así que acepté sus medicamentos y esperé que fueran suficientes. Luego pasé jueves y viernes corriendo. Subiendo y bajando. Con dolor todo el tiempo. Tanto que el jueves me subí en el taxi y lloré de todo el dolor que había aguantado y que aún tenía. El sábado descansé pero el dolor siguió ahí. El domingo decidí lavarme el pelo. Y ahí morí. El dolor más espantoso. Subir los brazos se convirtió en una tortura medieval. Casi no termino de enjuagarme el pelo. Así que hice lo que odio... llamé al médico, quién aceptó verme en domingo.

En su consultorio y con pinta dominguera me examinó y decretó que estaba mucho peor que el miércoles cuando me había visto. Y procedió a ordenar: doble dosis de medicamento, fisioterapia, collarín e incapacidad. Pero es que todavía tengo cosas que hacer, intenté reclamarme. Y ahí empezó su regaño tipo papá-médico acerca de las prioridades en la vida, de cómo uno no elige enfermarse pero si elige cuidarse, de pensar en mi futuro y en mi salud. Y luego esgrimió un gran argumento... si te dan incapacidad 2 veces en menos de una semana es por algo.

Así que aquí estoy. Con mi collarín, mi dosis doble de medicamento la cual me tiene un poco zoombie (muy zoombie para ser sincera) y mi incapacidad. Aburrida como una ostra. Y pensando en lo que no debería, en ese sentimiento de responsabilidad, de no cumplir con lo que debo. Y sé que no esta bien, sé que hay sacrificios que no valen la pena y que yo y mi salud, estamos primero. Aún así, me siento mal. La gran ñoña que soy, odia fallar y odia no poder cumplir con lo que debe.

***
Uno de mis recuerdos más vividos de infancia es mi mamá hablando con una profesora del colegio en cuarto de primaria. Yo sentada oyendo a mi mamá decir que yo no contaba nada de lo que pasaba en el colegio cuando llegaba a la casa. Y mi profesora diciendo que en el colegio era igual, yo no contaba nada de lo que pasaba en la casa. Durante muchos años intenté mantener ese sistema. Incluso en mi antigua oficina se quejaban de que no sabían nada de mí. Y a mi me parecía bien porque estaba segura de que hay cosas que no se mezclan y que la mayoría de la gente del trabajo no era mi amiga o eran amigos circunstanciales, con quienes no era conveniente compartir tanto. Pero ahora mi vida es distinta, estando en la distancia los círculos sociales son mucho más pequeños y he terminado por compartir muchas cosas que en otras circunstancias hubiera callado. Y esta bien. No me quejo. Pero empiezo a darme cuenta, que eso no quiere decir que no tuviera razón desde el principio.

sábado, 1 de mayo de 2010

Nostalgia de los 90's

Esta fue una semana MUY intensa. Tan intensa que ni siquiera acepté que estaba incapacitada. Y en medio de las carreras y el estrés, me llegó un mail de Novio-número-dos, diciendo que viene a México por 10 semanas a un summer job.

V habla del ex-novio trauma y ese en mi caso claramente es el Ex. Pero Novio-número-dos fue el novio que definió el estándar de qué era estar enamorada, que era querer a alguien con todas mis fuerzas y que fue sentir que jamás lo superaría. Al día de hoy sigue siendo el novio más parecido a mí. Después de terminar con él dejamos de hablarnos por 5 años. Y aún cuando dejé de pensar en él, de recordar su exisstencia y dejó de dolerme, nunca dejé de extrañar un poco su presencia en mi vida. La verdad es que antes de ser Novio-número-dos, él fue mi primer mejor amigo. Nos gustaba el mismo cine, los mismos planes, libros, etc. Y aunque él era fan total de Metallica y yo no, en el resto de la música coincidíamos. Y ahora pienso que eso era lo que más extrañaba de él. Más que el novio, yo extrañaba al amigo.

Cuando terminamos pensé que jamás dejaría de doler. Y por cinco años no nos hablamos. Y luego, un día, mi mejor amiga logró que habláramos. Y la química seguía intacta. La misma conexión profunda que tuvimos desde el día que nos sentamos en un café a contarnos nuestras historias de dolor. Así que él volvió a estar en mi vida. Y por un momento en la historia, hubo algo parecido a un dating. Pero el daño que yo le hice cuando terminamos no se había ido y a él le daba pánico acercarse. Yo recuerdo tener mis propios issues al respecto pero hoy ya no sé cuáles eran. Así que nos volvimos a alejar. Pero ya no fu tanta distancia, a veces comíamos, a veces hablábamos y era tenerlo en mi vida de alguna forma y eso esta bien.

Y entonces esta semana me entero que viene a vivir a mi ciudad. Y la verdad es que me da emoción. Y estando en esta emoción ahora veo muchas cosas que me recuerdan nuestro pasado. Han empezado a dar Dawson's Creek y hoy dieron la lista de las mejores canciones de los 90's en VH1... y el 90% de las que yo conocía, me recordaban momentos con él. Así que mientras descanso en mi cama.... recuerdo mi adolescencia y me pregunto cómo será ver al Novio-número-dos en México.