viernes, 7 de mayo de 2010

Missing him

Por esto odio el exceso de tiempo libre. Porque la cabeza da vueltas y vueltas. Y el corazón da aún más.

Hoy por ejemplo, tuve tiempo para ver Grey's Anatomy. De ver a Christina Yang hablando de la muerte de su papá y a mi se me formó ese maldito nudo en la garganta que no se ha desecho desde que mi abuelo se murió. Levanto los ojos y veo su foto sonriendo. Y no puedo sonreir.

Es extraño... mi abuelo supo darme el espacio para conectarme con mi papá. Para que a hoy tengamos una gran relación donde estamos y somos y donde me hace feliz. Donde realmente siento su presencia en mi vida. Pero eso no hace que no deje de sentir un infinito dolor por la ausencia de ese otro papá que tuve. No es fácil explicarlo porque mucha gente cree que fue sólo la muerte de un abuelo. Pero no es así. Mi otro abuelo murió hace muchos años y aunque me duele su ausencia, nunca sentí esta pérdida. Nunca tuve este dolor, esta sensación de que el mundo dejó de ser un lugar donde quiero estar.

Los meses han pasado. Y sigue doliendo. Sigue siendo un tema que no puedo ni mencionar. Sigo sintiéndo que estoy vacía, que jamás nadie me va a querer como él me quiso a mí y que sobre todo, jamás habrá nadie que me haga sentir tan valorada, apreciada y querida.

No entiendo. Mi rutina no ha cambiado. Mi vida sigue siendola misma que antes de que él muriera. Yo ya llevaba aquí mucho tiempo. Pero mi vida se siente distinta. Mis espacios se sienten distintos. Cada tanto, en las noches me llegan recuerdos de él, cosa que antes no me pasaba. Y yo, que jamás usé reloj, ahora tengo el que él usó en mi muñeca. A veces pienso que es un poco masoquista tenerlo porque al verlo me acuerdo que él ya no está. Pero la verdad es que cuando he intentado no usarlo, me siento aún más sola, aún más desprotegida. Aún más sin él. Así que me lo dejo. Por las mañanas antes de salir cada día veo su foto sonriendo. Decidí poner la foto en que estamos juntos un poco más arriba de mi rango de visión, para que no tenga que verla obligatoriamente. Vernos juntos duele mucho. Así que prefiero ver la otra foto, esa donde mira directamente a la cámara y sonríe. Y yo puedo pensar que me sonrie a mí.

Christina dijo que llegaba el día en que al recordarlo sólo dolía un poquito. Mi mejor amiga dijo lo mismo. Yo le dije eso a mi mejor amigo. Pero hoy no veo cómo se llega a ese día.


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