jueves, 28 de julio de 2011

Sucede que me canso...

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.

Sucede que me canso de ser hombre.

Pablo Neruda.

Cuando estaba en la universidad analizamos este poema y me acuerdo que la frase Me canso de ser hombre resonó en mi vida. Porque a veces me canso. Hoy por ejemplo.

Hoy estoy cansada de este larguísimo proceso donde tantas cosas han sucedido. A duras penas puedo entender racionalmente que en realidad han sido unos pocos meses, porque parece que han sido años de vivir cosas fuertes, profundas y muy intensas. Amor intenso, dolor intenso, rabia intensa, soledad intensa, tristeza intensa, ira intensa, ausencia intensa... Y nuevamente he sentido que la fuerza de mis sentimientos me transforman y moldean. Tal vez a algunos les cueste trabajo entender pero siento cómo si hubiera ido a la guerra y regresado. Pero no regresé ilesa.

Y ya no me siento igual que antes.

Y la verdad es que no quiero estar igual que antes. No quiero regresar a sentir esa profunda desesperanza acerca de las posibilidades que había para mí en la vida.

Las cosas han mejorado, estoy tranquila y veo las cosas desde una perspectiva diferente. Pero, como alguien me hizo ver el otro día, no estoy del otro lado. Y hoy me cansa que que eso sea así. Porque yo quiero estar bien, quiero estar tranquila, no tener minas emocionales cerca y dejar que lo único que quede es un recuerdo de algo que transformó mi vida.

Así que hoy tan solo hoy quisiera poder adelantarme hasta ese punto donde todo este proceso haya por fin terminado de concluir y yo pueda sentarme tranquila a disfrutar las tardes soleadas.


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