martes, 9 de marzo de 2010

Releyendo a Hamlet...

Me encontré esto y me pareció absolutamente necesario:

"No des voz a tus pensamientos, ni des cumplimiento a ningún pensamiento desproporcionado: sé familiar, pero de ningún modo vulgar. Los amigos que tengas, de afecto puesto a prueba, sujétalos al alma con aros de acero, pero no te embotes la mano acariciando a todo camarada implume y recién salido del cascarón. Cuidado con entrar en peleas, pero una vez dentro, llévalas de tal modo que tu adversario tenga que guardarse de ti. Presta oídos a todos, pero a pocos tu voz; recibe la censura de todos, pero resérvate tu juicio: que tu traje sea tan precioso como lo pueda comprar tu bolsa, pero sin extremarte en fantasía; rico, no vistoso, pues la ropa muchas veces revela la condición. (...) No pidas prestado, ni prestes; pues el préstamo muchas veces se pierde a sí mismo y al amigo, y el pedir prestado embota el filo a la economía.

Esto sobre todo: sé fiel a ti mismo, y a eso seguirá, como la noche al día, que no podrás ser entonces falso para nadie".

Polonio. Escena tres, acto primero. Hamlet.

0 comentarios: