jueves, 29 de enero de 2009

La resolución

Este año tenía dos resoluciones y/o propósitos. Y uno de esos fracasó antes de que se acabara enero (en realidad mucho antes): tener una relación sana.

En la medida en que no estoy en ninguna relación de pareja, mi propósito no funciona. Pero si estoy en una relación conmigo misma y he decidido reescribir mi propósito: Cuidarme emocionalmente. Es algo que yo no hago y que realmente no sé hacer. Sé cuando estoy haciendo algo estúpido, pero nada me detiene para que deje de hacerlo.

Y no puedo seguir así. Eventualmente tengo que aprender. y empezar a protegerme. No quiero llegar al punto de dejar de tomar riesgos o volver a la incapacidad de querer. Pero por qué me gusta echarle sal a mis heridas? Por qué si sé que es mejor bloquearlo me costó tanto trabajo llegar a eso? Por qué le contesto?

Porque en ese momento no duele, porque por un instante se siente bien. Me gusta oir su voz. Pero colgamos o nos desconectamos y yo quedo con un vacio que no se llena. Entonces hay que aprender a no ponerme en esas situaciones donde por 10 segundos de placer, duro dos días triste. Además, si algo no controlo es la esperanza. La cual a veces surge incluso de mis propios deseos. Mi esperanza suele ir en contra de mi instinto de preservación mínimo. Así que hay que no ponerme en situaciones que generen tristeza y esperanzas sin sentido. Eso es aprender a cuidarme emocionalmente.

0 comentarios: