Te despiertas y antes de abrir
los ojos ya sabes que será un día donde su recuerdo pesará. Los días han pasado
y de repente, hoy se cumplen dos años desde la noche que lo conociste. Tomorrow you'll be worlds away and yet with you my world has started. Aún te acuerdas qué te
pusiste, la sensación cuando él abrió la puerta y lo viste por primera vez, el
roce con su brazo cuando tomaron mezcal. Caminar de regreso a tu casa tratando de
decirte que no te gustaba. La vida ha pasado, tú has cambiado pero hoy sientes
que aún hay cosas que no han cambiado lo suficiente. Hoy no puedes no extrañarlo,
no querer sentir su mano entre la tuya o su cuerpo cerca cuando duermes. Te
tratas de decir que es lo mejor pero hoy no se siente así. Quieres tener furia
por durar tanto tiempo extrañando a alguien, quieres que te enfurezca que dos
años más tarde te despiertes con su ausencia pesando en tu vida. Pero no es
así, hoy solo sientes tristeza de la vida que no fue. Hoy oyes las canciones
que decían lo que tú sentías. If he
asked, I’d be his. Haces tu vida y finges que todo está bien. Eres buena en
eso, ya no eres la que llora inconsolable frente a la compu. Esos días han
quedado atrás. Hoy eres la que tiene el corazón triste pero puede sonreír, dar
las gracias por el té que ha comprado, mandar mails de trabajo y hasta hacer
chistes tontos sobre por qué olvidó el cargador en la casa. Pero todo se siente
distante. Esta esa que bromea y la que tiene todos los recuerdos
alborotados. Hoy todas las preguntas que no te permites hacer en tu vida
normal, gritan en tu interior. ¿Cómo estará? ¿se acordará que hoy es hoy? ¿también
le pesará? ¿será feliz? ¿pensará en mi? ¿habrá cambiado? Hace unas semanas
cuando caminabas por la playa con Possibility-boy te diste oportunidad de hacer
lo que nunca haces, preguntar en voz alta a alguien que tiene la respuesta, por
él. Le dijiste que te dolía no haber recibido nunca aquel correo donde él te
dice que es feliz. Possibility-boy respondió que él está bien y que tal vez si
no te ha escrito es porque él solo es feliz si no se acuerda de ti, solo está
bien si no deja que haya nada de ti en su vida. Tú pensaste que sería
fantástico poder hacer eso. Pero esa no eres tú. Y sabes que estás mejor, que
cada vez son menos las noches en que te sueñas con él y amaneces con el alma
triste; cada vez eres más valiente a la hora de enfrentar las minas
emocionales, pero aún no eres capaz de ir a ciertos lugares y entonces prefieres
dejarlos tan solo como recuerdos… Y aunque cada vez su ausencia pesa menos,
nunca se desvanece del todo. Ahí está. Sabes que jamás volverás a verlo pero
hay noches donde no puedes evitar soñar con eso. Y claro, cuando hay diminutas
posibilidades de ir a su ciudad, te dan ataques de ansiedad de tan solo
pensarlo. Por más de que te digas que la probabilidad de encontrártelo en la
calle es casi nula, una parte de ti quisiera ir un día caminando y verlo. Así
sea de lejos, así sea por un instante… tal vez entonces sabrías que él realmente está
bien, que estos dos años donde no han estado, esta vida completa que te espera
de vivir sin él… todo lo que no fueron, vale la pena. Que el amor que le diste
dejándolo ir, valió la pena.
martes, 30 de abril de 2013
Dos años y el silencio
Publicado por
Li
en
17:06
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